jueves, 30 de diciembre de 2010

SAN SILVESTRE VALLECANA 2010... ENTRANDO EN AGUJAS...


Poco más de 24 horas. Mañana volveré a la San Silvestre Vallecana Internacional. Mi prueba favorita. He corrido distancias desde 800 metros hasta el marathón. He participado en competiciones en pista, cross, en ruta y en montaña. En España y en el extranjero. De día, por la tarde y por la noche. En verano y en invierno. De todas las competiciones en las que he participado, esta es mi prueba favorita. Y toca mañana. Volveré a los aledaños del Santiago Bernabeu hacia las 19:00, todavía alterado por la huella de la carrera popular, en la que este año participarán 35.000 corredores. Vallas, bolsas, ropa, mucha ropa… con cientos de personas recogiendo y limpiando mientras otros seiscientos o setecientos corredores merodeamos hasta que de la hora de comenzar a calentar. Será de noche ya. Bajo la luz mortecina de las farolas y sobre el asfalto mojado por las máquinas limpiadoras o por la lluvia (este año el pronostico vuelve a proponer una carrera pasada por agua) haremos el último ajuste del cuerpo antes de someterlo a la prueba de 10 kilómetros a tope. Y esta vez es a tope de verdad. Esta es, quizá, la única carrera en la que doy más allá del 100%. Sentiré un cosquilleo en la salida. No son nervios. Hace tiempo que no me pongo nervioso por correr. Más bien es… emoción. Desde el primer metro compito sin reservas. Solo la experiencia de muchos años me permite saber que esa sensación de esfuerzo extremo que siento al terminar la primera cuesta de medio kilómetro, es soportable. Esa sensación de estar corriendo a un ritmo por encima de lo razonable no es más que la prudencia que el cerebro pretende imponer al cuerpo. “Reserva para luego”, resuena en la cabeza. “Guarda para la cuesta”, insiste. Pero no. En esta carrera no. No hay reservas. Aquí se da todo. Ya veremos qué ocurre en el Puente Vallecas. Allí, ocho kilómetros más allá de la salida, cuando la fatiga ya se acumula en los músculos, cuando los pulmones trabajan como los pistones de una locomotora, con el corazón impulsando oxígeno como una bomba a tope de revoluciones, allí está lo peor y lo mejor de la carrera. Lo peor porque el cuerpo va al límite y aún se le exige más. Lo mejor porque, a pesar de que los primeros ya han pasado hace muchos minutos, la gente sigue haciendo pasillo a los corredores y animando y gritando y saludando, dando ánimos, sabedores de que esas palabras son las que permiten al corredor dar todavía un poco más, ese poco más que el cerebro quiere guardar, pero el espíritu de la competición obliga a dar. Y así, tras una última y agónica cuesta, entraremos en el estadio de futbol de Vallecas, convertido, una vez al año, en el templo del atletismo. Una entrada bajo los focos, bajo los aplausos y con el reconocimiento de quien se da cita en las gradas del estadio. Y tras un último sprint, una mirada a ese cronómetro que impasible, inalterable, pero siempre justo, determinará la medida de tu esfuerzo.

lunes, 27 de diciembre de 2010






Un año más se celebró la carrera de Navidad organizada por la Asociación de Vecinos Arturo Duperier. Tiene mucho mérito y yo quiero reconocerselo desde esta ventanita y también agradecerselo. Es una carrera más en Ávila. Es un poco más de deporte. Y, como siempre, la gran atracción de la jornada fueron los chavalillos más pequeños que corren con autentica ilusión. La alegría que produce ver tal cantidad de pequeños en la línea de salida solo se ve empañada por la pena que ese número se vaya reduciendo progresivamente, a medida que las salidas se corresponden con las categorías de más mayores. Muy pocos juveniles y juniors y aún menos entre las chicas. Queda mucho trabajo por hacer para que los que empiezan no lo dejen a los pocos años y, como ya he comentado aquí en más de una ocasión y lo diré tantas veces como encuentre quien quiera escucharme, es un trabajo que corresponde tanto a las instituciones como a la Federación de Atletismo y es una cuestión de poner la pasta encima de la mesa para promover el deporte (monitores, entrenadores, instalaciones, competiciones), anteponiendo esta inversión a otras que se realizan en la ciudad.
La carrera de los mayores se celebró en un ambiente de fiesta. Se notó la coincidencia con la San Silvestre salmantina, porque varios incondicionales de esta carrera no estuvieron presentes. La prueba, en su ámbito competitivo, no tuvo más historia que la habitual cuando está presente Galindo, que ganó sin problemas a pesar de la gran carrera de Borja Herranz, con Olivares en tercer puesto. Muy buena carrera de Chusmari Piedelobo y Encabo. Yolanda Vazquez ganó en categoría femenina con gran autoridad.
Por mi parte corrí muy bien y me encontré muy a gusto sin forzar a tope para afinar de cara a la San Silvestre. Mejoré el tiempo del año pasado en unos segundillos, lo cual es importante para coger confianza. Siempre es conveniente un refuerzo de la autoestima. Quedan cuatro días y hay que ajustar la máquina. Tengo toda la ilusión puesta en esa cuesta de Vallecas rodeado de corredores y público.
Ángel ganó en categoría cadete sobre sus compañeros de la Escuela Pablo y Manuel en una carrera que se decidió a sprint. Se me cayó un poquito la baba.


viernes, 24 de diciembre de 2010

A UNA SEMANA DE LA SAN SILVESTRE

Queda una semana. Siete días. Siete días de Navidad. Siete días de esos que forman parte del periodo más especial del año. ¿Por qué especial? Porque, a diferencia del resto del año que buscamos hacer cosas diferentes para no caer en la rutina, en Navidades hacemos precisamente lo contrario: lo mismo año tras año. La lotería de Navidad, la salud (en Ávila nunca toca), el Belén, cenamos en Nochebuena con la familia, comemos en Navidad con la familia, el cuñado pone verde a los funcionarios, comemos turrón, cantamos villancicos, volvemos a cenar en Nochevieja con la familia, volvemos a comer en Año Nuevo, el cuñado vuelve a poner verde a los funcionarios (tal vez no quedó claro la vez anterior), nos comemos 12 uvas, brindamos, vemos los saltos de esquí desde Garmisch Partenkirchen, el concierto de Año nuevo desde Viena, seguimos comiendo turrón, vemos la cabalgata, vienen los Reyes Magos y …de pronto… siempre hay un día siguiente en el que se ha acabado todo. Y un año después, vuelta a empezar. Y entre toda esta tradición… una carrera. La San Silvestre Vallecana del último día del año. La última carrera del año. Mi primera edición fue en 1983, es decir, hace 27 años. A pesar de que ha pasado mucho tiempo, no siempre ha participado. Este año será la decimo quinta vez. Desde el año 99 solo he faltado en el 08 por aquél maldito dolor de rodilla que ya no me ha abandonado, aunque ahora convivimos, incluso nos vamos entendiendo.
Este año volveré a estar allí, merodeando alrededor del Bernabeu desde las 19:00. Tal vez antes si voy a ver la salida de la carrera popular. Otro año más estarán Mercedes (quizá algún día me atreva a contar la brutal fuerza de voluntad que reune para estar en la linea de salida) y mi padre, otra vez convertido en el abuelo de la San Silvestre y otra vez acompañado de sus incondicionales del equipo de rugby de Veterinaria. Su escolta pretoriana.
Rondaré por las aceras en busca de caras conocidas, cada vez menos numerosas. El tiempo no pasa en balde y muchos de mis colegas de hace años, fieles a este ritual, han ido abandonando. Comenzaré un trotecillo suave a eso de las 19:15. Me quitaré el chándal y la ropa de abrigo hacia las 19:40 y haré la cola más histérica que se puede formar en Madrid: cuatrocientos o quinientos corredores intentando dejar la bolsa en una furgoneta atendida por un par de solitarios y desbordados voluntarios que no entienden de nuestras prisas. La organización siempre ha fallado en este aspecto. Tal vez este año sea diferente. Y minutos después me pondré en la salida, sabiendo que salga en primera fila (reservada para las estrellas, o sea que no) o en la última, desde el primer metro formaré parte de una manada de ñus en estampida. Tal vez este año vuelva a alcanzar el premio de un copo de nieve. Otro año más intentaré conseguir la mínima para estar el 31 de diciembre de 2011 cumpliendo el ritual. Esa mínima que no es más que un pasaporte para que, un año más, las navidades vuelvan a ser iguales. Una prórroga para que todo vuelva a ser igual que siempre. Y que sea así por muchos años.

lunes, 20 de diciembre de 2010

DOCE DIAS DE NAVIDAD

Un pequeño regalo de Navidad para todos los lectores del blog.


No sabeis lo que os agradezco que me leais.

Andabamos de viaje con unos amigos, de vuelta desde Zaragoza a Soria. Era de noche y después de una paliza de montaña, en el coche no había muchas ganas de charla. Así que mi amiga Helen, de California, decidió que nos iba a enseñar un villancico. Un villancico en inglés para que pudieramos dar color internacional a las navidades que no tardarían en llegar. Así que empezó estrofa por estrofa. Lo que al principio era un desastre, poco a poco, entre más risas que cánticos, se fue convirtiendo en algo parecido a la realidad. Nos faltaron unos cuantos kilómetros para rematar la faena, pero estuvimos cerca de completar el cante. Todos menos el conductor. Además de estar a punto de volverse loco, veinte años después todavía no admite siquiera escuchar el principio de la melodía.

Esta versión del video es un poco más sofisticada. Fuera del alcance de la mayoria de los mortales.

Y aquí está la letra por si quereis aprenderla y cantarsela a vuestros cuñados en Nochebuena. Es una buena venganza por aquél video de las vacaciones en Tenerife.

On the first day of Christmas, my true love sent to me A partridge in a pear tree.

On the second day of Christmas, my true love sent to me Two turtle doves,
And a partridge in a pear tree.

On the third day of Christmas, my true love sent to me Three French hens,
Two turtle doves, And a partridge in a pear tree.

On the fourth day of Christmas, my true love sent to me Four calling birds, Three French hens, Two turtle doves, And a partridge in a pear tree.

On the fifth day of Christmas, my true love sent to me Five golden rings, Four calling birds, Three French hens, Two turtle doves, And a partridge in a pear tree.

On the sixth day of Christmas, my true love sent to me Six geese a-laying, Five golden rings, Four calling birds, Three French hens, Two turtle doves, And a partridge in a pear tree.

On the seventh day of Christmas, my true love sent to me Seven swans a-swimming, Six geese a-laying, Five golden rings, Four calling birds, Three French hens, Two turtle doves, And a partridge in a pear tree.

On the eighth day of Christmas, my true love sent to me Eight maids a-milking, Seven swans a-swimming, Six geese a-laying, Five golden rings, Four calling birds, Three French hens, Two turtle doves, And a partridge in a pear tree.

On the ninth day of Christmas, my true love sent to me Nine ladies dancing, Eight maids a-milking, Seven swans a-swimming, Six geese a-laying, Five golden rings, Four calling birds, Three French hens, Two turtle doves, And a partridge in a pear tree.

On the tenth day of Christmas, my true love sent to me Ten lords a-leaping, Nine ladies dancing, Eight maids a-milking, Seven swans a-swimming, Six geese a-laying, Five golden rings, Four calling birds, Three French hens, Two turtle doves, And a partridge in a pear tree.

On the eleventh day of Christmas, my true love sent to me Eleven pipers piping, Ten lords a-leaping, Nine ladies dancing, Eight maids a-milking, Seven swans a-swimming, Six geese a-laying, Five golden rings, Four calling birds, Three French hens, Two turtle doves, And a partridge in a pear tree.

On the twelfth day of Christmas, my true love sent to me Twelve drummers drumming, Eleven pipers piping, Ten lords a-leaping, Nine ladies dancing, Eight maids a-milking, Seven swans a-swimming, Six geese a-laying, Five golden rings, Four calling birds, Three French hens, Two turtle doves, And a partridge in a pear tree!

domingo, 19 de diciembre de 2010

LEBID


En plena semana de la "operación Galgo" se disputó en La Albufeira (Portugal) la decimoséptima edición del Campeonato de Europa de Cross, una prueba creada en 1994 para que los corredores europeos pudieran proclamarse campeones de cross en algún evento, visto que en los mundiales el dominio de los corredores africanos suele relegar a los del viejo continente a más allá de la vigésima posición.
Este año la prueba estaba marcada por la ausencia de los dos campeones anteriores, Mo Farah y Bezabeb, así que se suponía algo más abierta, con varios candidatos al título.
La carrera se desarrolló de una forma poco habitual, con diez corredores disputando hasta la última vuelta. Y entre ellos un ucraniano que lleva participando en el campeonato todas ediciones celebradas. Parece increíble que este tipo llegue al europeo a pelear por la victoria año tras año, independientemente de quien sean sus rivales. Esta vez los más fuertes eran el italiano Lelli, Jesús España, el portugués Pedro Silva y otros seis portugueses-franceses-españoles de origen magrebí. Para el último kilómetro quedaron tan solo Lebid y Lamdassem. Un sprint muy largo le dio el título por ¡novena vez! al ucraniano. Yo no puedo engañar al blog. Confieso que iba con él. Me deja los pies tan fríos Lamdassem como el año pasado la victoria de Bezabeb. Ya sé que no es políticamente correcto decirlo, pero…
Yo iba con Jesús España, que es un luchador que lleva toda la vida dejándose el pellejo en las pistas. Iba con Javi Lopez, al que conozco desde que era pequeñito y ayudaba a su padre en la tienda Bikila en la Avenida Donostiarra de mi barrio madrileño. Iba con Ricardo Serrano con el que corrí (a una distancia prudencial) el otro día en la carrera de Rivas. Iba con Guerra, hijo de otro Guerra legendario de los crosses de los ochenta.
Pero… entre Lamdassem, El Kalai, Meftah, Benhari, Amdouni o Mbengani, todos ellos entre los diez primeros, pues ... me daba bastante igual. Así que, como el atletismo se refuerza a través de personajes épicos, Lebid es, según mi forma de entender, el que más se lo merecía. Desde 1994 ha ganado nueve ediciones, 1998, 2001, 02, 03, 04, 05, 07, 08 y 10, ha sido segundo en el 2000 y tercero en 1997, 2005 y 09. Es decir, ha subido al pódium 13 veces de 17 posibles. Contrasta un poco con su palmarés en el resto de las competiciones, con un bronce en el europeo de pista de 5000 en 2002 y una plata en el mundial de cross en 2001, tal vez la única edición en la que se le vio correr cross a un nivel similar al que luce en el europeo.
Para el año que viene ya ha prometido volver a por el décimo título. Tendrá 36 años. Es muy capaz de pelearlo.

lunes, 13 de diciembre de 2010

SE ME OCURRE RESPECTO AL CASO GALGO…



Veinticinco canales de televisión y más de 70 periodistas en la sala de prensa de la Federación Española de Atletismo. Nunca, ni en los mayores éxitos deportivos había pasado algo semejante. Qué triste que la noticia de mayor repercusión sea la más desagradable.

Odriozola se equivoca. Él no es una víctima. La victima es el Atletismo Español y él es quien debería haber evitado que esto ocurriera. Si es verdad que algunos atletas “ya se lo temían”, tal como recogen los medios informativos, entonces él debería conocerlo. Tiene a media selección española viviendo en la Residencia Blume. Si no a él directamente, si a alguno de sus colaboradores le debería haber sonado la alarma antes de que le reventara el escándalo en las narices.

La Justicia española es lenta. Eufemiano Fuentes debería estar fuera del ámbito deportivo desde hace años. Concretamente desde la no resuelta Operación Puerto. ¿Qué hace el caso aparcado en la Audiencia Nacional desde hace cuatro años? Una vez más, si la Federación conocía vínculos entre este individuo y entrenadores o atletas, podía haber estado un poco más atenta a esas conexiones. No hace falta ser policía, Odriozola, basta con estar al tanto.

La sombra de la duda se extiende por todo el Atletismo Español. En este país hay mucho escepticismo y lo normal es encontrar comentarios del estilo de “todos están igual de manchados, a unos los pillan y a otros no, pero todos toman algo”. Basta con que haya un solo atleta limpio para que esta generalización sea tremendamente injusta. La mayoría de los atletas no se dopan. Ahora, además de tener que competir con los que si lo hacen y no les pillan, tienen que soportar que la gente piense mal de ellos. Muy injusto.

Los medios de comunicación lanzan nombres de atletas o entrenadores, sin que sobre ellos recaiga aún evidencia de culpabilidad. Por el bien de todos, la Justicia debería acelerar los procedimientos, inculpar a quien lo merezca y dejar claro quién está libre de cargos. Cuanto más tiempo se tarde, más asfixia producirá la incertidumbre.

Marta Domínguez había alcanzado lo que contadísimos deportistas logran: no solo el éxito deportivo sino, además, el reconocimiento social, el cariño de la gente. Si se confirman las informaciones se habrá roto en mil pedazos su mejor trofeo. Y ese jamás lo volverá a ganar.

España está en el ojo del huracán. El mundo entero piensa que en el deporte español hay más casos de dopaje de lo admisible. La cuestión es ¿Hay más dopaje en España que en otros países del mundo? O ¿es que se controla más en España que en otros lugares? Convendría que nos lo aclararan.

jueves, 9 de diciembre de 2010

MARTA




Cuando apareció en el recinto donde se celebraban las carreras toda la atención se desvió hacia su persona. Era reconocible desde lejos por su melena rubia, aunque no tuviera la cinta rosa en el pelo. Inmediatamente el “speaker” avisó de la llegada de Marta. La gente se olvidó por unos momentos del cross y alzaba la vista buscando a nuestra campeona. A medida que avanzaba, los niños se acercaban a ella pidiendo un autógrafo y los mayores buscando una foto junto a la gran atleta española, junto a la campeona del mundo. Ella se dejaba fotografiar, daba a mano a quien se la tendía y no dejaba de sonreír constantemente. Un torbellino de gente la acompañaba, la seguía, la admiraba.
Meses después, en el Estadio Olímpico de Barcelona sucedió otro tanto. Se celebraban varios concursos de lanzamientos y saltos. El público estaba expectante por las finales que se avecinaban. Opciones de medalla para el atletismo español. Esas medallas que, hasta ese momento, habían sido esquivas para nuestros atletas, pero que, a buen seguro, esta tarde comenzarían a caer de nuestro lado. Cuando apareció Marta en el estadio, las gradas comenzaron a vibrar. Un grito unánime de “Marta, Marta” acompañaba su presencia en el desfile de presentación de competidoras. Pocos minutos después, tras la salida, a su paso por los distintos sectores del estadio se aplaudía su paso a rabiar. Así hasta que a dos vueltas para el final, la rusa Zarudneva y la palentina se escapan de sus rivales. La distancia es suficiente como para que se pueda dar por segura la medalla, pero el público sabe que Marta va a por el oro. Peleará hasta el último palmo por conseguirlo, así que los 35.000 espectadores vamos a empujarla hasta conseguirlo. El último salto de la ría lo pasa detrás de la rusa. A falta de 100 metros pelea por rebasarla. Todas las esperanzas están en el último obstáculo, el más difícil. El más duro. Lanzadas en un sprint vertiginoso, la que falle en el salto perderá el oro. El griterío en la grada es ensordecedor. Un par de metros por delante la rusa se impulsa y salta como una corredora de vallas, no flojea, no se resiente del salto, no pierde velocidad. Marta, a su zaga tampoco, pero no es capaz de superar a Zarudneva, que se lleva el oro. Marta es segunda y ¡12 segundos después! comienzan a llegar el resto de competidoras. ¡Qué carrera! ¡Qué emoción! El público se rinde ante las dos atletas. La ovación en la vuelta de honor es unánime para ambas corredoras. Todo el estadio reconoce la gran victoria de la corredora rusa. Pero Marta se lleva el cariño y la admiración del público. Es la mejor atleta española de todos los tiempos. Pero no solo eso, también encarna los valores esenciales del deporte, el esfuerzo por alcanzar las metas, la dedicación, el sacrificio, la sonrisa tanto en las victorias como en las derrotas…

… Y de pronto hoy…

miércoles, 8 de diciembre de 2010

DOBLE RACION DE CROSS


DOMINGO: CROSS DE LA CONSTITUCIÓN (ALCOBENDAS). DOY LA CAMPANADA.

El club de Atletismo Popular de Alcobendas organizó un año más el Cross Internacional de la Constitución, una carrera que se ha convertido con los años en una de las mejores pruebas del calendario invernal del país, algo que se refleja en la gran categoría de los participantes de la prueba senior, que, de nuevo, fue dominada por los atletas africanos en categoría masculina, pero que dejó constancia de la buena preparación de algunos de los fondistas españoles de cara al campeonato de Europa del próximo fin de semana.
La Escuela de Atletismo, el Club Puente Romanillos y el Ecosport de Ávila estuvieron presentes y, para no abandonar una tradición de años, con presencia en el podium, con el compacto equipo alevín femenino de la Escuela en primera posición por clubes y con Aurora como segunda veterana en una gran carrera. Muy buen puesto también para Borja Herranz, sexto en promesa.
Ángel corrió en categoría cadete. Una vez más salió tranquilo, bastante atrás y fue remontando posiciones hasta terminar en el puesto 34º en una carrera dominada por chavales de origen magrebí, cada vez más habituales en los puestos de cabeza de las clasificaciones en categorías menores.


En mi prueba participábamos júnior y veteranos conjuntamente, con casi 170 corredores en la salida, de manera que hubo un cierto atasco en el pelotón durante la primera vuelta. Fruto de esta aglomeración sufrí un incidente que quedó en mera anécdota, pero que me pudo costar caro. En el primer giro, después de los primeros doscientos metros de subida desde la salida, yo transitaba completamente rodeado de corredores, muy pegado al que me precedía. En un momento dado pude ver como este corredor se agachaba instintivamente evitando algo que, sin esperarlo, impactó en mi cara causando un gran escándalo: la campana que avisa de la última vuelta me golpeó de lleno en la frente y en el pómulo. Solo supe que era la campana porque la dejé dando vueltas y repicando. Tuve suerte de no darme en el ojo o en los morros porque me hubiera hecho daño de verdad. El caso es que después de eso y otro par de “ramazos” de árboles, me pude poner a velocidad de crucero y disfrutar de la carrera. No todos los días se puede correr un cross algo más parecido al autentico cross que lo habitual: circuitos llanos y de buen firme. Este tenía sus cuestas y su poquito de barro. Poco a poco fui recuperando posiciones junto a dos chavales de categoría júnior que me acompañaron en las dos últimas vueltas de las tres del recorrido. Muy buena carrera de Roberto Moreno del Ecosport, en el puesto 15 y no menos buena la de Juan Carlos Jiménez “Jime”, el 22, dos semanas después de su último marathón. Yo terminé en el puesto 36, con 22’26’’, bastante contento de la carrera e incluso de la clasificación.

RESULTADOS

MIERCOLES: CROSS DE CANTINPALOS (SEGOVIA)

De madrugada andaba yo transitando por los caminos de la indecisión. Que si corro, que si no corro. Que quien me manda a mi correr, que por qué no voy a ir a correr. Que si estoy cansado, que si cómo voy a estar cansado por un cross de 5,6 kilómetros. Que si patatín, que si patatán campanitas de San Juan. Y así hasta que a las 6:30, harto de dar vueltas en la cama pongo la radio y escucho las noticias. Y, entre ellas, esta: hoy hace 30 años John Lenon fue asesinado a la salida de su casa por un individuo tras firmarle un autógrafo. Hace 30 años estaba yo preparando unas láminas de dibujo técnico cuando escuché la noticia en la radio. Fue un impacto brutal para mí. Lenon era el ídolo de mi amigo Pedro Miguel “Perucho”. Bueno, era mucho más que un ídolo, era casi su dios. Así que desde entonces, todos los años, desde hace treinta años, me acuerdo de mi amigo y del dolor que sufrió durante los días, las semanas siguientes. En cuanto termina de sonar en la radio “Imagine” me levanto y me visto “de romano”. Voy a correr. Qué demonios.
Hay una excelente participación abulense, una vez más. Estamos casi todos los que corrimos el domingo y unos cuantos más.
Angel corre con los cadetes terminando 12º, otra vez de menos a más. Buena carrera. A los veteranos nos toca correr con los juveniles y junior, en una salida bastante masiva (hoy no hay campanas). El circuito es llano y de hierba. Aunque ha llovido mucho, no está excesivamente pesado. El primer kilómetro es muy rápido. Voy tras “Jime” y Diego Zazo, muy cerca de Alejandro, otro veterano abulense. En la segunda vuelta voy remontando, a pesar de que noto que voy perdiendo velocidad. "Jime" se me escapa definitivamente. Aún adelanto a tres o cuatro corredores en el último kilómetro, para terminar el 37º de la carrera y 22º veterano, en 17’ 53’’. Estoy contento. Los resultados mejoran lo que debería salir a tenor de los entrenamientos que hago. De aquí a la San Silvestre tengo que afinar un poco más porque la intención es correr a este ritmo los 10 kilómetros. Ya veremos.

domingo, 28 de noviembre de 2010

RIVAS: TRES PREMIOS EN UNA MISMA CARRERA




Son las 10:00 de la mañana. Hace frio, no más de dos o tres grados. Corre una ligera brisa heladora, pero el Sol parece dispuesto a salir, de manera que tal vez la mañana acabe siendo agradable. Angel está en la línea de salida con otros 14 cadetes de los años 95 y 96. Otra vez le toca ser el más joven. Tres kilómetros (mal medidos) con una fuerte cuesta a la salida del polideportivo. De inicio se lo toma con calma, va el décimo, pero en grupo. En la segunda vuelta comienza a remontar posiciones, sobre todo en la cuesta abajo. Al comienzo de la tercera vuelta ya pasa sexto y tirando con fuerza a la caza de los que marchan por delante. En la cuesta arriba alcanza a uno, quinto, puesto que conservará hasta la meta, aunque tiene que aguantar un fuerte sprint con un par de corredores. Muy buena carrera.




Dos horas después es mi turno. A pesar de que José María, el bombero de Navalacruz, me dijo que estaría en la carrera, no lo veo por ningún lado. Lo siento porque esperaba salir con él. Su opinión es que corro demasiado rápido la primera mitad de las carreras y me hundo en las segundas. Bueno. Tal vez sea un poco así, pero … Casi desde la salida se forma un grupo en el que voy a gusto. Me encuentro con buenas sensaciones, así que fuerzo un poco. Miro el crono en el kilómetro 2: 7’25’’. Bien. Muy bien. Hay que mantener. Solo hay un problema: la diferencia entre un kilómetro cuesta arriba y uno cuesta abajo es de más de 15’’, así que habrá que esperar a terminar la primera vuelta para valorar el ritmo. En el kilómetro 3 hay una rampa dura. Varios corredores que van detrás de mí me adelantan recortando las esquinas del trazado. Me mosqueo. Encima uno me cierra contra una valla. Me mosqueo más. Bajada hacia la pista. Kilómetro 5: 18’42’’, es decir, a 3’ 44’’. Tengo que seguir a este ritmo. No puedo relajarme. A la salida de la pista me sorprende una voz a mi espalda:
- Vamos Angel. ¿Ves como vas muy rápido al principio?
- Pero Jose María. ¿Dónde estabas? Te busqué en la salida.
- He llegado tarde. Mira, llevo la ropa encima y todo.
En efecto, lleva una sudadera enrollada en la cintura.
- Ya sabía yo que me pillabas en el 5.
- Venga vamos. Tira.
Y se queda conmigo el resto de la carrera. Así que junto a él voy pasando los kilómetros a buen ritmo. ¡Vaya liebre de lujo! Otra vez la rampa a las puertas del kilómetro 8 y otra vez dos tipos que van a mi rueda me adelantan recortando las esquinas. ¡Vaya morrazo! Doy un fuerte tirón en la bajada. Jose Maria me anima y tira de mí. El tio va sobrado y yo ya voy justito. Pero en la entrada de la pista veo que puedo hacer un buen tiempo y cambio de ritmo. Paro el crono en 37’ 36’’. ¡Premio!. Mejor de lo que esperaba. Por poco, pero volví a mejorar el pronóstico y eso que esta vez me lo puse difícil. Bajé 48'' el tiempo del año pasado. Pero aún hay más. Lo mejor es que NO ME HA DOLIDO LA RODILLA NADA DE NADA. ¡Premio! Tengo que darme aún un poco de tiempo, pero creo que, si esto sigue así, me voy a "dar el alta". Voy a dejar de ser un atleta lesionado. Ya veremos. Al salir de la pista veo los resultados de la carrera: 36º de la general y… 3º veterano B. ¡Premio! Al pódium.
¡No todos los días se consiguen tres premios en una carrera, uno de ellos verdaderamente importante!

sábado, 27 de noviembre de 2010

OTRO ENSAYO

Una nueva prueba sobre 10.000 para ir preparando la San Silvestre Vallecana. La segunda después de Getafe. Esta vez toca en Rivas. Será la cuarta vez que corro esta carrera. El año pasado terminé en 38'14''. El recorrido consta de dos vueltas con salida desde la pista de atletismo (¡qué envidia de polideportivo!). En mitad de la carrera se vuelva a entrar en la pista, lo que constituye el único tramo llano de toda la prueba. El resto son subidas y bajadas. Se trata de una de esas carreras en las que vas por una amplia avenida y regresas por el carril contrario, de manera que puedes ir viendo en todo momento como va la competición, incluso, si tienes ganas, ir contando el puesto en el que te encuentras. El objetivo es bajar de 38 minutos. Por ponerle un poco más de sangre al asunto y ser un poco más ambicioso, voy a intentar darle un mordisquillo al tiempo del año pasado. Pongamos para la quiniela un 37' 44'', es decir, medio minuto menos que en la temporada anterior.

martes, 23 de noviembre de 2010

CUANDO LA PRESION SUPERA UN INCIERTO VALOR X DE CONSECUENCIAS NO PREDECIBLES. (TAL VEZ UNA HISTORIA REAL)

Dani entró en la escuela de atletismo con 12 años. Desde el primer momento hizo migas con sus compañeros Pancho, David, Santi y el “Lechuza”, todos ellos de la misma edad y camino de ser fondistas a las órdenes de uno de los entrenadores clásicos del club, Paco, apodado con el poco original mote de “el Mister”. Dani entrenaba casi todos los días, a pesar de que no vivía cerca de las pistas, pero su padre le llevaba todas las tardes y esperaba pacientemente hasta que finalizaban las sesiones.
La primera temporada de cross fue un descubrimiento para Dani. Disfrutaba enormemente con los viajes a las carreras, el compañerismo entre él y sus amigos, unidos por su afición y su deseo de clasificarse entre los primeros equipos, antes aún que conseguir un buen resultado individual. Adoraba esa sensación en la salida de la carrera, los nervios, las palmadas y los ánimos entre ellos y “el Mister”, que les daba los últimos consejos:
- “id juntos todo lo que podáis, ayudaos. Solo en la última vuelta os ponéis a tope, con todo lo que os quede, ¿De acuerdo?”.
Ellos asentían respetuosos y cumplían las “órdenes de equipo”, sabiendo que al final ganaría el más rápido y el más fuerte, es decir, David. El padre de Dani no se perdía ninguna carrera y siempre les animaba, con especial énfasis a su hijo, del que esperaba lo mejor. Los de los otros chicos iban a veces, pero no siempre.
El segundo año la cosa empezó a torcerse desde los entrenamientos. El padre de Dani ya no se quedaba en las gradas, sino que bajaba a pie de pista y hacía comentarios sobre tal o cual entrenamiento. “El Mister”, siempre respetuoso, le daba explicaciones y de vez en cuando, le aconsejaba un poco de tranquilidad:
- “Don Antonio, hay que dar tiempo a los chavales. A estas edades solo tienen que disfrutar, les queda mucho atletismo por delante y no es momento de forzar la máquina. Sus cuerpos están en pleno desarrollo. Tenga paciencia y no le exija más al muchacho”.
“El MIster” sabía que Dani estaba un poco molesto con su padre. Prefería que se mantuviera en un plano más discreto. Pero dependía de él para ir a entrenar. Cuando llegaron de nuevo los crosses, la cosa empeoró. En la segunda prueba del campeonato provincial, Don Antonio quedó muy desilusionado. Dani había quedado el vigésimo cuarto y solo cuarto del equipo, incluso por detrás de “El Lechuza”, el más bromista y vago de todos ellos, aunque también el que llevaba más tiempo entrenando y que esa temporada comenzaba a dar muestras de su progresión. Dani no había tenido un buen día, pero su padre le recriminó con dureza:
- “Tú ¿de qué vas?, ¿Para eso te llevo todas las tardes a entrenar? ¡Podías haberte esforzado un poco más!, Te ha ganado hasta el gañán de “Lechuza”, que es un inútil”.
- “Papá, Lechuza es mi amigo, no es un inútil y yo he hecho todo lo que he podido”.
- “Ya te puedes espabilar para la próxima carrera”.
Y así fue. En la siguiente prueba del provincial, Dani espabiló, igual que el resto de sus compañeros y ganaron por equipos. Era la primera vez. Aquello fue un verdadero espaldarazo para su orgullo y valoración personal. Pero también fue el principio del fin. Esa temporada no volvieron a conseguir nada parecido. Tan solo David y Pancho se metieron en un par de carreras entre los diez primeros.
La siguiente temporada cambiaron de categoría. Ya eran cadetes. La sombra del bigote se asomaba a la velocidad con que estiraban sus piernas. Don Antonio seguía presionando a Dani, para que entrenara más, para que corriera más, para que ganara a sus compañeros. Tenía que ser el mejor de ellos esta temporada. Los entrenamientos del invierno les llevaron hasta la primera carrera. Seguían siendo un grupo compacto y, por tanto, muy competitivo. “El MIster” les llevaba con mucha prudencia, sin machacarles. Su experiencia y sus planes le indicaban que hasta que no tuvieran 16 años no comenzarían los entrenamientos reglados y exigentes. Mientras tanto solo quería que se lo pasaran bien, que se enviciaran de atletismo a través de la amistad entre unos y otros. Que amaran este deporte. Si lo conseguía sabía que tenía entre sus manos al mejor equipo de cross de la Comunidad para muchos años…
La primera carrera puso a los chavales en su sitio. Se enfrentaban a chicos un año más mayores que ellos a una edad en la que un año es mucho más que 365 días. Y salieron escaldados. El mejor fue Pancho, el decimoquinto. De ahí hasta el trigésimo entraron los cinco. Cuartos por equipos. Un gran resultado para Paco. Un desastre para Don Antonio.
- "Tanto entrenar y no se meten ni entre los diez primeros. Vaya una mierda de carrera han hecho".
- "Don Antonio, no hable así. No creo que sea la mejor manera de animar a los chicos".
- "Tú te callas, que yo sé lo que tengo que decir y a quién. ¿Qué te has creído?"
La tensión iba en aumento. En los entrenamientos y en las carreras. Hasta que un día explotó.
Era la penúltima prueba de la temporada de cross. El equipo se jugaba la clasificación para el Campeonato de España. En la salida “El Mister” les dio el consejo de siempre. Los chavales, más nerviosos que de costumbre le miraban con inquietud y con el deseo de no defraudar.
- "Chicos, no pasa nada. Si os clasificáis será un éxito. Si no, lo intentaremos de nuevo el año que viene. Solo disfrutad. Corred como sabéis hacerlo, sin pensar en la clasificación".
La salida fue rápida, como siempre, pero Pancho se abrió hueco a codazos para defender la posición, sabiendo que sus compañeros le seguían en fila india.
Los familiares les animaban
- "¡Vamos, vamos! ¡Vais muy bien!".
En la segunda vuelta la carrera se comenzaba a definir, David delante, con Pancho. Dani y Santi un poco más atrás. Lechuza a lo suyo, mirando a las chicas y saludando a los amigos.
Y llegaron a la última vuelta. Dani perdió distancia con Santi, sin poder seguirle y fue alcanzado por “Lechuza”, que venía de atrás con mucha fuerza. Justo en el momento en el que pasaban por delante de Don Antonio, “Lechuza” rebasaba a Dani.
- "¡Vamos estúpido, que te adelanta hasta ese inútil”
Dani se quedó de piedra. De pronto notó un volcán de cólera en su interior.
Se detuvo en seco y se arrancó el dorsal con tanta rabia que llevó con él un jirón de la camiseta. Y no solo eso. También un buen trozo de su corazón. Se volvió hacia su padre, al que ya veía borroso por efecto de las lágrimas que lo brotaban sin contención:
- "Hasta aquí hemos llegado. Dejo de correr. Corre tú si crees que es tan fácil ganar".
Santi se alejó con las manos en la cabeza, roto de dolor y de decepción. Sintiendo con horror que odiaba a su padre. De lejos se vio a “El Mister” correr hacia él, desentendiéndose del resultado de la carrera.

Tres años después, una tarde de otoño Dani estaba con los colegas en el parque, pasando el rato y tomando unas litronas cuando vio a lo lejos un grupo de jóvenes con un chándal rojo y negro avanzando hacia él. Pudo distinguir a “Lechuza” y también a Santi, tal vez otro de ellos fuera Pancho. No lo sabía con certeza porque cuando estaban a pocos metros de llegar a su posición se ocultó tras las sombras del seto. Al pasar les oyó su animada charla, sobre carreras y, un poco más lejos, unas sonoras carcajadas. Sintió un profundo dolor en el pecho. Justo en el mismo sitio donde antes llevó con orgullo un escudo y donde, cada domingo, se colocaba un dorsal que le permitía disfrutar de una pasión que no había vuelto a encontrar en ningún otro lugar.
Dani echó mano de la litrona y bebió hasta terminarla.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

HAY DIAS QUE LOS ENTRENAMIENTOS SON UN “CARAMBA”



He salido a entrenar después del trabajo. Los miércoles toca rodaje rápido. Siendo “rápido” de por sí un concepto bastante subjetivo, hay veces que, además, se convierte en algo tan flexible como el usuario necesite, según el día, las ganas y … el tiempo.
Lo que antes, en épocas mejores era “una hora de rodaje rápido” ha sido transformado en la actualidad por el más asequible “diez kilómetros de rodaje rápido”.
Así que manos a la obra y pies al camino, por cierto, bastante encharcado. Hace frio. El calentamiento ya apunta que el cuerpo no tiene su mejor día, pero yo soy de los que sigue rigurosamente el mantra “el entrenamiento se termina, salvo catástrofe”. El circuito de 10 kilómetros es bastante simple: cinco para allá y cinco para acá. Esta vez bien medidos, no como otras distancias que las hago a ojo. Comienzo. Mal. Voy lento y encogido. Mala señal. Los días que corro encogido, me acaba doliendo todo. La primera parte es más cuesta abajo y soy consciente que el viento, que sopla fuerte, lo llevo a la espalda. Cuando me de la vuelta … me voy a enterar. Me paro a masajearme la rodilla. Miro el crono. Horror. Ya tenía que estar regresando. Lo normal de estas últimas semanas es ir en 20’30’’ y volver en 21’30’’, es decir, rondar los 42 minutos. No he llegado al kilómetro 5 y ya llevo 21’. En efecto, giro en 21’ 40’’ y me encuentro con un huracán y encima cuesta arriba. Para colmo me entra un hambre atroz. ¡Vaya regreso! Bueno. No me voy a quedar aquí. Comienzo la subida. Voy lento. Bueno, seamos sinceros. Voy lentísimo. Las nubes corren por encima de mi cabeza y a ratos sale el Sol. Pero llevo las manos heladas a pesar de los guantes. Termino la cuesta. No quiero mirar el reloj. Buena gana. Sigo. Noto una pájara sobrevolarme. Llego a la parte llana del recorrido. Intento acelerar. En realidad lo único que quiero es llegar y comerme un buey. A falta de un kilómetro la pájara es un quebrantahuesos. ¡Qué hambre, por Dios! Miro el reloj. La semana pasada ya había llegado a estas alturas y me quedan mil metros por delante para pensar en mis comidas favoritas.
Por fortuna me encuentro con Miguel Angel:
-¿Los miercoles no tocaba rodaje rápido?
- Miguel Angel, esto es rodaje rápido.
Silencio prudente.
Me acompaña de regreso al coche. Me da conversación y aparta de mi cabeza un cochinillo al que estaba a punto de hincar el diente. Cuando llego a la encina que marca el principio y final de mis entrenamientos miro el crono. Un poco de reojo porque bastante bien se lo que debe marcar… 47’ 22’’. ¡Qué sufrimiento! Me voy al coche. Antes los asientos de los niños eran una despensa llena de sorpresas: galletas, patatas, gusanitos, caramelos, gominolas … suficiente para sostener un cuerpo hambriento unas horas. Ahora no han dejado de serlo, pero yo llevo mis propias fuentes de alimentación. Me repongo. Entrenamiento terminado. ¡Caramba!Mañana será otro día.

sábado, 13 de noviembre de 2010

ALGUNOS CORREDORES SIENTEN QUE EL INFINITO SE LES PUEDE QUEDAR PEQUEÑO

Hay personas que consideramos que el marathón establece un límite para nuestras posibilidades atléticas. Ese es el principal motivo por el cual decenas miles de personas se prueban anualmente contra esa distancia. Pero la barrera a la que enfrentarse, para otros, está mucho más allá. Y cuando digo mucho más no hablo de 50 kilómetros. Ni de 100 kilómetros. Hablo de mucho, mucho más allá.

Este es un ejemplo: Scott Jurek.
Tal vez, si alguno sois seguidores de las carreras que se denominan en genérico de “ultramarathón”, hayáis oído hablar de él. Un pequeño resumen de las carrerillas a las que se dedica el amigo y sus resultados:

- Campeonato del mundo de 24 horas: segundo puesto con una distancia recorrida de 266 kilómetros (es decir, casi 11,1 km/hora).

- Ganador en varias ocasiones de Spartatlón. Si ir de la localidad Marathón a Atenas es un marathón, no deja de ser lógico que ir desde Sparta a Atenas sea un spartatlón. La diferencia entre una y otra es que la segunda está a apenas 246 kilómetros de la capital griega. Un paseíllo que el colega ha hecho en 22 horas 20’ como mejor marca.

- Estableció en su debut la mejor marca en el Ultramarathón de Badwater, carrera que se celebra desde el Death Valley (el Valle de la Muerte) hasta el Monte Whitney. 217 kilómetros a temperaturas superiores a 50 grados en condiciones de humedad extremadamente baja. Considerada la carrera más dura del mundo. 24 horas y 36 minutos tardó este correcaminos.

- Ganador siete veces consecutivas de la carrera de las 100 millas del los Estados del Oeste. Su mejor marca es de 15 horas y 36 minutos.

- Ganador dos veces del Oxfam Trailwalker de Hong Kong sobre 100 kilómetros.

- 7 horas y 28 minutos como mejor marca en 100 kilómetros en carretera. En marathón tiene 2 horas 38 minutos.

Entrad en su página web.
Con ver las fotos es suficiente para ver cuál es su dimensión.
Quedáis advertidos: yo he sufrido un fuerte ataque de envidia.


viernes, 12 de noviembre de 2010

EL QUE NO COMPITE ES PORQUE NO QUIERE (O NO PUEDE).


El que no compite es porque no quiere (o no puede). Este fin de semana pasado ha habido una concentración de carreras tan grande que quien más quien menos ha podido elegir provincia, distancia, recorrido y compañía.
El primer cross de Cabrerizos en Salamanca, con los hermanos Piedelobo y los Del Caso entre otros abulenses, dando guerra desde el principio en la clasificación. También estuvo por allí Manolo Galán. Me alegra verle de nuevo en una clasificación La Media Marathón de Palencia, con Yolanda Vázquez ganadora en categoría femenina.
Los 10 kilómetros de Tres Cantos, con Olivares entre los primeros clasificados.
El cross de San Martín de Valdeiglesias.
Yo me fui hasta Getafe a probar fortuna. Una vez más me perdí para llegar al polideportivo Juan de La Cierva (sospecho que lo cambian de sitio cada año. Tengo que confirmarlo, pero creo que estoy en lo cierto). Más de mil corredores con buen ambiente y mejor temperatura. Mi primera competición sin plantillas en varios siglos. Me noto un poco raro. La salida es cuesta abajo, voy fuerte aunque controlando las sensaciones. Un giro en rotonda nos envía de nuevo hacia la salida, ahora cuesta arriba. Pulso el crono en el kilómetro 2. Marca 14 centésimas. Voy rápido, pero no tanto. Mi crono ha querido contribuir en el cambio de mentalidad. A correr por sensaciones sin mirar los parciales. En el kilómetro 5 me adelanta Jose María, el bombero maratoniano de Navalacruz. No puedo seguirle. No es novedad. Nunca le he podido seguir, así que hoy no iba a ser diferente. Se me está haciendo larga la carrera. Por el kilómetro 8 decido que tengo que ir más deprisa e intento forzar. Me acompaña el recorrido que es ligeramente cuesta abajo. Último giro y llego a meta: 38’ 09’’, es decir, mucho mejor de lo esperado. Pero no queda ahí la cuestión. La mejor noticia es … que ¡no me duele la rodilla!. Una semana sin plantillas y estoy mucho mejor. No voy a sacar conclusiones todavía al respecto porque es muy pronto y la “estructura ósea”, el esqueleto, el edificio, se debe estar recolocando conforme a una nueva situación de la pisada, pero … ¿y si la solución estuviera ahí?. ¿Se mecambiarán los dolores de sitio? Veremos.

viernes, 5 de noviembre de 2010

INALCANZABLE

Inalcanzable. Invencible. Uno de esos corredores únicos en la Historia.
Muchos otros han alcanzado grandes “rallies” de victorias consecutivas. Edwin Moses el gran campeón norteamericano de 400 metros vallas mantuvo su imbatibilidad durante nueve años, nueve meses y nueve días y 122 carreras hasta que una tarde de primavera, en el hoy reducido a escombros Estadio Vallehermoso, sucumbió al empuje de su joven rival Danny Harris.Michael Jonhson, Emil Zatopek, Carl Lewis… grandes mitos del atletismo lo intentaron. Todos acabaron siendo derrotados.
Él no.
Muchos corredores han prestado su nombre a clubes de atletismo desde Filípides hasta Bikila.
El suyo también figura en las camisetas de un legendario grupo de atletas.
Grandes estrellas de este deporte han mantenido siempre una sonrisa en sus labios, dejando constancia que la victoria o la derrota está siempre supeditada a la satisfacción de haber dado todo lo que uno lleva dentro.
¿Siempre?
No, siempre no.
Alguna vez un rictus de esfuerzo se dibujó en el rostro de Gebreselassie o de Usain Bolt.
Pero no en el suyo…
Su figura, su estampa, su velocidad…
Lo tiene todo para ser el más admirado. El más querido.
Si.
Pero… yo soy más del Coyote.
Mic mic.....

PRIMER ASALTO

Este otoño hay carreras en Madrid para “jartarse” a correr. Conviven en el calendario trigésimas ediciones de algunas clásicas con otras de reciente creación. El Retiro se ha puesto de moda y se recupera para la competición. Hay grandes patrocinadores como el BBVA, Fundaciones que persiguen fines benéficos, como la Española del Corazón o la de Antena 3 para la mejora de la Seguridad Vial.
Debió de ser en un ataque de sonambulismo, el caso es que figuro inscrito en una carrera de 10 kilómetros este domingo. Es lo que tiene la obligación de apuntarse a las carreras con tanta antelación, que cuando llega el momento, a lo mejor no resulta ser la mejor idea. El caso es que debería estar el domingo 7 a las 9:00 en la línea de salida de la Carrera Popular de Getafe organizada por el club Spartak de esa localidad, que no solo es futbolera, sino que tiene una larguísima tradición atlética.
¿Qué haré allí? Correr. Correr casi todo lo que pueda. Y además voy a competir sin plantillas, siguiendo es experimento puesto en marcha esta semana. Ya veremos que ocurre.
El caso es que os dije que esta temporada iba a predecir mi tiempo antes de correr. Insisto de nuevo que no hago trampas. No me voy a parar a tres metros de la meta por “acertar” mi tiempo. Se trata de un juego para poner de manifiesto el grado de conocimiento que uno adquiere de su cuerpo cuando se exploran sus límites.
Bien; esta es la porra para el domingo. Datos: el año pasado por estas fechas corrí por debajo de 38’ en el Retiro. Estaba mejor entrenado que este año, así que es un tiempo difícil de mejorar. En Francia pasé el kilómetro 10 en 39’ 45’’, de manera que debo estar por debajo de esa marca. Getafe es un circuito llano, así que se puede llevar un ritmo más o menos constante. Creo que puedo correr por debajo de 4’/km, aunque escasamente… Total: 38’50’’. Tal vez sea un poco optimista… pero…ya os contaré el resultado.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

UN TROZO DE MI CUERPO

Hoy me he quitado un trozo de mi cuerpo para correr. Parece mentira, pero es así. Veréis. Hace 12 años estaba en un profundo pozo. No podía correr. Una lesión de rodilla (je, je, qué casualidad que sea de rodilla ¿verdad?) no me dejaba casi ni caminar. Tenía un dolor horrible. Lo había probado todo: masaje, onda corta, laser, escayola, infiltraciones. Solo me quedaba pasar por el quirófano. Y no veía salida. Entonces encontré un anuncio en una revista de atletismo: “estudios biomecánicos LAISTER”. Llamé por teléfono. Concerté una cita y a los pocos días me encontré con Eugenio Hernández Galán. Lo que pasó allí merece ser contado aparte y así será. Pero os anticipo el final. Eugenio se asomó al pozo, me echó una mano, me puso unas plantillas y volví a correr. Y gracias a él, desde ese momento no solo corrí, sino que comencé a disfrutar del atletismo de otra manera. Pero dejemos esta historia para otro momento. Eugenio merece más que una cita al margen.
Hoy he tenido un mal día en el trabajo, así que no me quedaba otro remedio que salir a correr. Llevo muchos años ajustando mi “mecanismo mental” a base de kilómetros y hoy, un día más, era necesario. Mientras me vestía tomé una decisión: hoy corro sin plantillas. Hace doce años que las llevo puestas, eso significa (sin mirar mis agendas) unos 30.000 km. Es decir, unos 18.000.000 pasos apoyando de forma “artificial” para corregir los defectos de mi esqueleto. Mis plantillas me han permitido entrenar muchos maratones, competir en muchas carreras, correr en la montaña, en pista, los días de lluvia y los de más calor, por el día y por la noche. Pero hoy sentía la necesidad de probar sin ellas. Quizá este dolor que me tortura ahora sea la consecuencia de esas correcciones posturales que me han salvado de otras lesiones. Quizá sí. Quizá no. Pero puestos a probar, antes o después tenía que hacerlo. He corrido 12 km. Durante este rato he notado que me faltaba un trozo de pie. He sentido un vacío enorme en mis zapatillas. 12 km son pocos para sacar conclusiones. Tendré que volver a salir sin mis plantillas. De momento estoy tranquilo y contento. He sobrevivido a la prueba.

martes, 26 de octubre de 2010

UNA TRIBU DE SUPERATLETAS: LOS TARAHUMARA

Hay personas que ya deberían haber salido en este blog y todavía no lo han hecho. Son personas a las que quiero y admiro y, tal vez por eso, me cuesta escribir acerca de ellos.
Antes o después saldrán. Ya sabéis que este blog es una foto de mi alma y unas veces enseño más y otras menos.
Una de estas personas es mi amigo Vicente. Un amigo a muchos miles de kilómetros de distancia, que, de visita a España este verano, encontró un hueco en la maleta para traerme un libro que habla de correr y de corredores. Estoy leyéndolo, con cierta dificultad (porque se me está olvidando el inglés), pero con mucha ilusión e interés. Tanto que no podía creer algunas de las cosas que en él aparecen. Tal es así que tuve que abrir la ventana al mundo y asomarme a través de internet para corroborar algunas de las cosas que cuenta. Y ¡vaya si son ciertas!
Narra la existencia de una tribu de superatletas en las montañas de Sierra Madre, en México. Gente capaz de correr cientos de kilómetros seguidos. Gente cuya vida constituye un continuo movimiento de acá para allá a través de los profundos cañones que configuran esta Sierra. Gente que vive para correr. Los Tarahumara.
Ved este video para ir abriendo boca.


domingo, 24 de octubre de 2010

HERE COMES THE SUN



La mejor hora para entrenar en el verano es el amanecer. Es un poco duro el despertar, pero compensa. La primera hora del día es la más fresca. Por mucho que esperes a la caída de la tarde el calor se mantiene.
Muchos días de verano a lo largo de estos últimos años me he levantado entre las tinieblas de la noche y con mucho cuidadito de no despertar a nadie, como un furtivo, he salido de casa a correr. Uno de mis recorridos habituales era salir en dirección hacia la carretera de El Espinar, entre las calles iluminadas de las Hervencias, todavía de noche, de manera que al llegar al camino que va hacia Bernuy (el carril bici) me recibía la primera claridad del día. Todavía quedaba un rato para que el Sol pudiera levantarse por encima del horizonte que establecen las montañas de la Sierra de Ojos Albos, así que muchas mañanas le echaba una carrera a ver quién llegaba antes al vértice geodésico. Otros días el primer rayo ya me daba en la espalda, de regreso a casa, proporcionándome la compañía habitual de mi sombra, más alargada que nunca, estirándose varios metros por delante de mis pasos. En alguna ocasión, pocas, me cruzaba con otro corredor (qué gente más rara).
De vuelta al mundeo civilizado, la ciudad ya está en movimiento. Me cruzo con la gente que entra a trabajar a las ocho. Me queda poco tiempo para llegar, ducharme, desayunar y salir pitando a la oficina, pero ya he entrenado. El día empieza de otra manera.

lunes, 18 de octubre de 2010

LA MILLA DE ORO

Días atrás se ha celebrado la Milla de Ávila. Una más de entre las decenas que se disputan por toda la geografía española y que sirven para completar los ingresos de los mediofondistas (y de algún “arrimao”), afortunados atletas que has visto cómo su especialidad se acerca al público mediante este tipo de pruebas. Y me pregunto yo, ¿Por qué una milla y no otro tipo de competición? ¿Es que dentro del atletismo solo el medio fondo resulta atractivo al público? Yo creo que no. En una jornada de aproximación del atletismo al gran público, celebrando la competición en la calle o en la plaza, cabrían muchas más especialidades. De acuerdo, el martillo no. Pero ¿el peso? Vale, la longitud tampoco. No se trata de hacer un foso en mitad de la Calle Mayor, pero ¿La altura? ¿La pértiga? Cuando se ve a un saltador desde el mismo suelo que pisa elevarse por encima de un listón a más de dos metros (¡no hace falta llegar a 2,40!) te das cuenta de la magnitud del logro. Cuando ves desde el suelo a un pertiguista superar los 5 metros, te da un escalofrío ver la caída. ¿Qué decir de la velocidad? ¿Ver correr 100 metros en 10’’50 por delante de tus narices? Un espectáculo. ¿Y si le añadimos unas vallas? Lo mismo.
Y sin embargo el atletismo que se enseña al público en su localidad es… la milla. No el 1.500. La milla. ¿Es que no se puede hacer algo diferente?
La organización de una milla precisa del contacto con los agentes de los atletas. Tanto dinero, tantos atletas. O mejor dicho, tantos atletas de élite. Traer a un campeón de Europa como Arturo Casado no es barato. Traer a dos medallistas de bronce del europeo, Olmedo y Blanco, tampoco. Suma y sigue.
Y me vuelvo a preguntar… Tanto dinero en organizar una prueba ¿Compensa? Si pregunto a quien organiza seguro que me contesta que es una forma de acercar a los atletas de élite al público, que los chavales se encuentren con sus ídolos, que les firmen un autógrafo, que se hagan una foto con ellos … (con ellos … y con los políticos, añado yo). El montante de la operación no es pequeño. Pongamos entre 20.000 y 40.000 euros, según la cantidad y calidad de los atletas. Esa suma de dinero, según mi forma de entender el deporte, deberían ser el sobrante del destinado a cubrir las necesidades deportivas de la población del lugar y de sus clubes. Y no me estoy refiriendo solo al atletismo. Yo entiendo que el primer dinero debe dedicarse a la promoción, a sacar deportistas, a fomentar el deporte entre la gente joven, a darles alternativas a pasarse las tardes pegados a una valla hasta que alguien acerca unas litronas y después unos canutos.
Y después a pagar a entrenadores que les enseñen y les cuiden y les eduquen en valores deportivos.
Y si aún queda algo, a mantener, a mejorar y a construir nuevas instalaciones, que falta hace.
Y si sobran pasta, a organizar competiciones deportivas para toda la gente del lugar. Y no me refiero solo a carreras. Me refiero a campeonatos de lo que sea para que al personal se le pase la vergüenza de ponerse en pantalón corto y tirar a canasta, dar raquetazos o jugar al polo (si tiene caballo).
Y por último, si ya están cubiertas y recubiertas estas necesidades básicas de la población (porque el deporte debería ser entendido como una necesidad básica, igual que la educación o la atención sanitaria), entonces adornamos un fin de fiesta trayendo a los mejores a correr (o a jugar al squash) a nuestra ciudad. Y nos hacemos todos, todas las fotos que haga falta y podemos decir bien alto que nuestra ciudad apuesta por el deporte.
Pero en este país solemos saltarnos todo el trabajo de en medio y nos vamos directamente al final.

miércoles, 13 de octubre de 2010

COMIENZA UNA NUEVA TEMPORADA


Hace unos meses comentaba en este blog el inicio de una nueva ronda de médicos. Necesitaba saber qué pasaba con mi rodilla. Necesitaba confirmar que podía comenzar una nueva temporada. Ya he terminado esa ronda y pintan bastos. Tras las pruebas realizadas, donde el año pasado no se veía nada ahora aparece una imagen que sugiere la existencia de una lesión en el cartílago. Nada que no supiera ya, por mucho que la radiología no lo pusiera de manifiesto. Para eso está el dolor, para indicarle al usuario que algo falla. Así que, después de mi visita al traumatólogo y al podólogo ha resultado que tal vez la rodilla esté igual que hace una semana, pero mi cabeza no lo está. Debería de ir a un psicólogo. He perdido confianza y he incrementado mis temores de cara al futuro. La pregunta clave es ¿Sigo corriendo? Si sigo, probablemente estaré dañándome más la rodilla, lo cual, a su vez, implica un deterioro de aquí a unos años que no sé en qué puede resultar (¿Ir con bastón dentro de quince años?). Si no sigo… ¿Soy capaz de dejar de correr después de treinta y cuatro años haciéndolo? ¿Ha llegado la hora de abandonar? ¿Qué hay de tras de mis zapatillas, mis camisetas, mi chándal y mis sudaderas?. ¿Soy capaz de dejar de correr poco a poco? Estoy como el fumador al que el médico le aconseja que deje de fumar.
Pospongo la decisión.
Me voy a fumar … quiero decir. A correr.

viernes, 1 de octubre de 2010

15 KM VILLENEUVE SUR LOT

El rio Lot. Un pedazo de rio, visto desde este lado del Adaja.

El grupo al completo.

Un año más el Club Puente Romanillos se desplazó a la localidad francesa de Villeneuve sur Lot para participar en una jornada de atletismo en ruta. 18 componentes del club, diez de ellos de la Escuela de Atletismo nos zampamos los más de 800 km de carretera el viernes 24, alrededor de 11 horas de autocar que, para qué negarlo, acaban haciéndose algo pesadas. Allí nos alojamos en una residencia de estudiantes, donde también nos dieron de cenar. Esa noche para estirar las piernas nos dimos un paseo hasta el pueblo, algo que, según alguno, no llevaba más allá de 10 minutos, pero que en realidad, nos supuso una hora de ida y otra de vuelta. De regreso a la residencia los pequeños todavía encontraron energías para estar de juerga hasta las tantas … y mucho.
A la mañana siguiente fuimos homenajeados con una recepción en el Ayuntamiento de Villeneuve por el señor alcalde y el presidente de la hermandad que une Ávila con esta población, así como por el presidente del club de atletismo, que nos invitó a comer. De vuelta a la residencia pasamos la tarde entre alguna suave carrera y un algo más intenso partido de baloncesto.
El domingo era el día de las carreras, así que el hombre del tiempo preparó una jornada esplendida para la ocasión. A las 9:30 de la mañana salieron los infantiles y cadetes, entre los que corría Ángel. De salida los atletas franceses impusieron un ritmo muy fuerte que estiró el grupo. Angel comenzó muy atrás, pero con buen ritmo, seguido de Rodrigo. Algo más retrasados quedaba Lucía y casi cerrando el grupo Iván y Laura. Pero nuestros chavales comenzaron a ganar posiciones en la segunda vuelta. Ángel adelantaba hasta ponerse quinto, con Rodrigo justo detrás de él. Lucía también mantenía su ritmo y remontaba progresivamente. A falta de 400 metros para la meta Ángel se sitúa tercero de la carrera y Rodrigo quinto, entrando en la meta así. Más tarde, debido a la clasificación por categorías dan a Ángel segundo cadete, con un tiempo de 10:52 y, tras una serie de errores de la organización, Rodrigo es tercero infantil. Además Lucía termina primera infantil.
Angel en la carrera.

Angel en el podium.

A las 10:00 se da la salida de los 15 Km. Seis corredores de Ávila, Ana Isabel, Borja y Pablo en juniors, Hector, Tito “El Presi” y yo.
Mi primera carrera de la temporada. Estoy de estreno. Nunca he corrido una carrera en el extranjero que no sea un marathón. Nunca he empezado una temporada corriendo una distancia tan larga. Nunca he entrenado tan poco antes de la primera competición. Este año quería echarle una apuesta a mi blog. El juego consiste en decir el tiempo que voy a hacer en la carrera… antes de correrla. No soy sospechoso de “amañar partidos”. Yo siempre salgo a ganar… aunque no gane nunca. Esta era la porra de antes de la prueba: 59:55 (por aquello de bajar de la hora). No estoy para más (es decir, para menos).
Cuenta atrás y disparo.
418 corredores. Salgo bien y veo a Borja, Pablo y Ana desaparecer por delante. Voy reteniéndome. Queda mucho y no confío en mi estado. Veo la señal de kilómetro 2 7’42’’. Voy más fuerte de lo que debiera. Me pongo a rebufo de un grupo de unos ocho corredores que me acompañan. El trazado de la carrera discurre por una estrecha carretera que recorre una amplia zona de casas bajas con jardín. Parece un lugar magnifico para vivir. Kilómetro 5, 19’47’’. El grupo se ha reducido. Quedamos cinco corredores. Voy delante con otro veterano. Nos acercamos de nuevo al centro de la población. Justo cuando paso por el arco de salida oigo por megafonía algo así como “AnyelIyliesiasFountan”, al pasar por delante del pódium veo a Angel. Está recogiendo su premio de la carrera. Además ya han corrido los más pequeños 1,5 km. Otra victoria para Sonsoles en alevín y tercer puesto para Gonzalo. Sigo a ritmo, pero sin poder dar mucho más. Paso el kilómetro 10 en 39’45’’, es decir, el segundo parcial de 5 km lo he hecho en 19’58’’. Pasada la única cuesta del recorrido, mi grupo de deshace. Uno se marcha por delante, el veterano (¡luego me enteraré que tiene 60 años el colega!) y dos se quedan para atrás, así que chupo rueda de mi único acompañante. A falta de un kilómetro noto que la rodilla me va doliendo y que no me queda mucha gasolina. Me escapo del vecino en un intento inútil de bajar de una hora. Al final entro el 36 con 1h 00’ 14’’ (en la clasificación de la organización me dan más tiempo, pero hay un error). El tercer parcial de 5 km en unos algo lamentables 20’29’’. 8º veterano de 40 a 50 años.
No he bajado de la hora. Blog 1 Yo 0.
Borja es primer junior y Pablo tercero. Ana Isabel es primera absoluta de la carrera. Es la tercera vez que gana esta prueba y ya es de sobra conocida por sus rivales y por la afición.
Regresamos a la residencia a ducharnos, recoger y comer y salimos pitando de vuelta a Ávila. Otras 11 horas de autocar para completar el fin de semana.
No me resulta fácil explicar la sensación que me da el volver a compartir un viaje a una carrera, como hace treinta años cuando yo era uno de los jóvenes del grupo. Así que no lo voy a intentar. Pero, a pesar de la paliza, del dolor de rodilla y de volver a darme cuenta que ya no voy a alcanzar mi nivel… me alegro de haber estado allí.

jueves, 23 de septiembre de 2010

DE QUÉ HABLO CUANDO HABLO DE CORRER


Hace un tiempo terminé de leer el libro “De qué hablo cuando hablo de correr” del escritor japonés Haruki Murakami (Kioto,1949).
Desde el mismo título el libro es fiel a su contenido. Murakami habla de correr y de todas las reflexiones que se pueden hacer al respecto.
Con una sencillez extrema relata sus entrenamientos, sus pensamientos mientras corre, sus ilusiones y sus retos, sus lesiones y sus lamentos, el vínculo entre su profesión y la práctica deportiva… en definitiva, de todo lo que envuelve la vida de un corredor. Su condición de escritor le permite expresar con palabras aquello que los demás solo sabemos que existe, pero que no sabemos explicar y, mucho menos, poner sobre el papel.
La lectura es tan fluida como sus rodajes. Como buen “popular” huye de la exageración, lo cual no quiere decir que no tenga sus “momentos”, de los que nos hace partícipes a través de sus páginas.
Mientras leía el libro, anoté algunos párrafos, quizá los que más me llamaron la atención en ese momento. He aquí una muestra de ellos.

“Si hay algo que merece la pena hacer, entonces se merece que demos lo mejor de nosotros, incluso aún más allá de lo mejor”.

“Aunque no haya comunicación entre corredores, hay cosas que se sobreentienden y que se comparten”.

“Correr cada día es una forma de vida para mí, por eso no voy a abandonar tan solo por estar ocupado. Si usara esto como excusa para no salir a correr entonces lo dejaría de hacer para siempre”.

“No me importan las marcas en las que pueda correr. Puedo intentarlo tanto cuanto quiera pero dudo que vuelva a ser capaz de correr con solía hacerlo. Estoy preparado para aceptar esto. No es una de las realidades más felices, pero es lo que pasa cuando te haces mayor. Así como yo tengo mi propio papel que desempeñar, el paso del tiempo también lo tiene. (…) Uno de los privilegios otorgados a las personas que han evitado morir jóvenes es el bendito derecho a hacerse viejos. El honor a la decadencia física está esperando y tu debes acostumbrarte a esa realidad”.

Si decidís leerlo podréis disfrutar del relato de un marathón en soledad desde Marathón a Atenas y morirte de sed con él. O de cómo superar el terror en un triatlón y medio ahogarte en el agua.

jueves, 16 de septiembre de 2010

EL MEJOR DEL MUNDO











Con la victoria de Rafa Nadal en el abierto de Estados Unidos de Tenis, los periodistas han lanzado el debate sobre si éste es el mejor deportista español de todos los tiempos. ¿Se puede concluir de sus éxitos que lo es? ¿Se pueden mezclar deportes tan variados como el tenis, el motociclismo, el atletismo o el futbol? ¿Se puede afirmar rotundamente que uno es el mejor de la historia en algún deporte sin haberse enfrentado nunca a los anteriores campeones? Todas estas preguntas no tienen una única respuesta, son, precisamente por eso, el caldo de cultivo de un debate que puede resultar polémico, entretenido, apasionado o simplemente una forma de rellenar el tiempo entre partido y partido o una o dos páginas de los periódicos.
¿Y si trasladamos la cuestión al ámbito del atletismo? ¿Quién es el mejor atleta de la historia? Otra vez chocamos con variedad de disciplinas ¿Mezclamos la velocidad con el fondo, los saltos con los lanzamientos? ¿A quién le damos ese título honorífico? ¿A quién más medallas ha ganado? Un maratoniano excepcional -Gebreselassie- puede ganar una medalla en unos Juegos Olímpicos, un velocista -Bolt- puede ganar tres, si además de velocista es un buen saltador -Lewis, Owens- pueden ganar cuatro. ¿Quién es mejor? ¿Y las marcas? También cuentan, hay medallistas que nunca han conseguido alcanzar un record del mundo y hay plusmarquistas mundiales que nunca han ganado un campeonato.
¿Hay un “mejor absoluto”?
Comparemos a Bolt con Owens. Dos campeones olímpicos y recordman mundiales en 100 metros lisos. Owens batió el record del mundo con 10,2 (manual) en junio de 1936 en Chicago. Bolt hizo 9,58 en agosto de 2009 en Berlín. Hay mucha diferencia entre ambas marcas, 0,62 centésimas. Un mundo en la prueba de 100 metros. También hay 73 años de distancia en el tiempo. Una vida.
Pero … hagamos correr a Bolt en una pista de tierra. De tierra dura e irregular, no la alfombra de un tartán recién colocado con mínimas rugosidades que favorecen el agarre de los clavos.
Por cierto, cambiémosle las zapatillas. Vamos a quitarle esas de diseño ultramoderno con clavos y pequeños tacos de plástico minuciosamente colocados según un estudio de la pisada, la impulsión, los materiales etc. Que corra con unas de cuero con los clavos literalmente clavados por el interior.
No le vamos a dejar salir de tacos. Le vamos a dar una paleta de la construcción y que haga dos agujerillos en la pista de tierra para colocar las punteras de sus pies.
También le vamos a cambiar de ropa. En lugar de ese fino y ajustado “body” de una pieza superaerodinámico le ponemos esos pantalones de algodón algo más holgados que se muevan con el viento.
Demos un retoque también a el entrenamiento, los complementos dietéticos, la alimentación, la ayuda de fisioterapeutas y médicos, managers etc…
Ahora les ponemos juntos en la línea de salida y que corran. Después comparemos las marcas. Tal vez Bolt siga siendo mejor que Owens… o ¿Tal vez no?

jueves, 9 de septiembre de 2010

RAMON, EL PORTERO.

Cross de Sonseca en el año... 82 o cosa así. Las camistas del ARConcepción controlando la carrera...

A estas alturas del año se iniciaba la temporada de entrenamientos en el AR Concepción. Todos estábamos de vuelta de las vacaciones, empezaba el curso académico y la Escuela de Atletismo. Era como volver a la rutina, después de dos o tres meses de verano en los que, quien más quien menos, había salido por ahí de viaje o había dejado de entrenar unas semanas para dar descanso al cuerpo. Ahora nos volvíamos a encontrar.
Durante este mes de septiembre y la primera quincena de octubre se renovaban las fichas federativas y los pases para entrar al polideportivo. Había que pagar las cuotas correspondientes al equipo para tener la licencia y el carnet del club. Y ahí empezaban los problemas.
Por diversas razonas las cosas se demoraban algo más de la cuenta y los porteros de la taquilla del polideportivo comenzaban a advertirnos de la necesidad de tener el carnet para entrar. “Os dejo hasta el lunes de la semana que viene”. El lunes no estaba el carnet. “Mañana no pasáis”. Mañana tampoco estaba el carnet. Hasta que llegaba el día en que no te dejaban pasar. Alguno hacía la vista gorda, prefiriendo no tener lío. Otros te daban un poco más de margen si les razonabas las causas del retraso (que no siempre eran ciertas). Y luego estaba Ramón. Ramón era un individuo de 1,50 metros de estatura y otros tantos de anchura, de unos 50 años aproximadamente muy mal llevados, con la nariz completamente roja fruto de un consumo excesivo de bebidas espirituosas y un eterno apestoso puro en la comisura de los labios. Ramón hubiera sido un perfecto acompañante de Torrente en sus aventuras. Todo grasa y caspa. El tipo disfrutaba con su trabajo … si el trabajo consistía en no dejarte pasar. Empleaba todo el repertorio nacional de tacos para advertirte que no eras bienvenido al polideportivo y toda su anatomía para ocupar el espacio de la puerta, a sabiendas que la velocidad era un arma en su contra. Por muy escurridizo que fueras, la hoja de la puerta que dejaba abierta escasamente permitía empotrar su cuerpo.
Con Ramón había que emplear táctica y estrategia.
Había que observarle unos días y conocer sus hábitos.
Había que atacar por sorpresa y en grupo.
Ramón no podía permanecer más de cinco minutos al pie de la puerta. Eso era mucho más de lo que su cuerpo le permitía.
Ramón… entraba a la caseta de la taquilla a sentarse de vez en cuando … y ese era el momento.
El entrenamiento comenzaba ahí. Un sprint seco, un latigazo fulminante y … a veces ni se enteraba. Una vez dentro si acaso podías ser el blanco de sus iras, pero no pasaban de una docena o docena y media de insultos. “Mañana nos volveremos a ver”, te retaba.
Y así un día y otro día hasta el punto de convertir la entrada en el poli en un calvario, o una competición.
Hasta que de pronto, un día, la ira se Ramón se transformó en cólera…
Una tarde más se vivió el ritual tal como os he relatado. Entré (me colé), estiré y me puse a calentar al trote por la calle exterior de la pista. A la segunda o tercera vuelta y a la altura de la escalera que daba acceso a aquella desde la taquilla, se abalanza sobre mí una nariz roja con un cuerpo … ¡corriendo!. No me costó mucho esfuerzo eludir la embestida de Ramón, pero mi sorpresa fue mayúscula cuando a los treinta o cuarenta metros veo que viene corriendo detrás de mí como un búfalo. El jolgorio que se montó en la pista fue de aúpa, como podéis imaginaros, unos jaleando a Ramón y otros animándome a que cambiase de ritmo para no ser superado por tan inesperado rival.
Yo a esas alturas solo pensaba en que Ramón estaba viviendo sus último minutos y que en cualquier momento o bien estallaba su corazón o bien estallaba él entero. Pero la furia le daba fuerzas y, sin soltar el puro que esta vez, prudentemente, llevaba entre los dedos, estuvo a punto de completar una vuelta (¡400 metros!) tras de mí. Al llegar a la altura de la escalera un rayo de lucidez le iluminó y se detuvo, resollando, bufando y resoplando, intentando llenar de aire unos pulmones acostumbrados a estar llenos de humo y buscando entre jadeos los tacos que adornaran su furia contra mí.

No sé lo que pasó los días sucesivos a este episodio. No lo recuerdo. Probablemente no bajé al “poli” y me fui a correr directamente desde casa. De lo que estoy seguro es de que conseguí el carnet para entrar esa temporada a entrenar antes que nadie. No quería que sobre mi conciencia pesara la explosión de Ramón en plena pista de atletismo.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

LAST TRAIN HOME

Esta fantástica pieza ("Last train home") corresponde al disco "Still Life" de Pat Metheny y su grupo y es de 1987. Cuando lo descubrí estuve mucho tiempo sin escuchar otra cosa y me gustó tanto que compré varios LP's más de Pat Metheny. Afortunadamente acerté con casi todos porque el melenas es secillamente un genio. Tambien es verdad que, como a todos ellos, a veces se le debe ir la pinza y hace experimentos que se salen de este tipo de música. Seguro que a sus más fieles seguidores les entusiasma. Se conoce que los que somos algo más duros de oido (y de oreja)no le acabamos de pillar el arte. (Dicho en otras palabras, es inaguantable).
Esta canción la llevo en mi MP3. Alguna vez me ha coincidido haciendo series y el ritmillo del tren se acaba pegando.
El videoclip es bastante cursilito y no se oye del todo bien para los matices de una versión en CD, pero para haceros una idea sirve.



miércoles, 25 de agosto de 2010

REFLEXIONES, RESPUESTAS Y CONSEJOS





CAPÍTULO 1.
Hace unas semanas me encontré con un amigo. De alguna manera había dado con el blog en la red y estuvimos charlando de varios asuntos y también del blog. Entre otras cosas me sugirió que debía utilizar este medio para dar consejos.” ¿Consejos?” -le repliqué yo.”Una de las personas que más veces se ha equivocado en la práctica del atletismo … ¿se va a poner a dar consejos? - le argumenté con desdén-. “Precisamente por eso. Aconseja a la gente que empieza a no caer en los mismos errores” - me contestó. “Me recuerdas al maestro del pequeño saltamontes. Todo sabiduría”, me burlé de él. “Qué consejos voy a dar… no hagas esto, no hagas lo otro, prueba lo de más allá… cada persona es diferente y yo no soy entrenador, ni médico, ni fisioterapeuta ni cura, así que no creo que nadie pueda sacar partido de mis consejos.
Ahí quedó la cosa… pero una mosca anidó tras mi oreja…

CAPÍTULO 2.
Año 1982 (año arriba, año abajo). Se celebra una carrera homenaje a un corredor veterano que ha sufrido un accidente con el fin de recaudar fondos. Unos meses atrás un tipo, en un piso cualquiera de una calle cualquiera de Madrid, decide que está harto de vivir y va a tirarse por la ventana. El destino, la fatalidad, la mala suerte, la conjunción de los astros… hace que justo en el momento en el que el individuo se lanza, nuestro compañero corredor, un veterano de los buenos de Madrid de aquella época (tendría por entonces mi edad de ahora) pasa por debajo, recibiendo el brutal impacto, consecuencia de lo cual queda paralítico. En un segundo su vida ha cambiado. Esa tendinitis o esa sobrecarga han dejado de ser un problema. No volverá a correr nunca más. La carrera homenaje tiene como finalidad conseguir el dinero suficiente para comprar un piso bajo y poder salir a la calle en silla de ruedas.
Desde aquella carrera me he acordado muchas veces de este hombre. Incluso en el marathón del Milenium, a su paso por la calle Arturo Soria me pareció reconocerle. No sé si sería él. Tengo su imagen grabada en mi memoria.

CAPÍTULO 3.
Me pasa en repetidas ocasiones, tal vez nos pasa a todos, pero muchas veces a un comentario o una pregunta doy una respuesta e instantes después, se me ocurre otra o varias más que quizá pudieran ser mejores.
Entrenamiento en bici. Un recorrido fácil, por la tarde, con buena temperatura. Acabo de comenzar, llevo tres kilómetros. A lo lejos veo un corredor que no acaba de arrancar. Va y viene. Llego casi a su altura, le reconozco. Cuando se gira me saluda. Ladea la cabeza y me dice “No tengo ganas de correr. Estoy muy perezoso”. Le contesto “Venga hombre, ya no hace calor. Anímate un poco. Te queda poco para el marathón”. “Ya lo sé, pero no tengo ganas de correr”. Me alejo dando pedales. Instantes después se me aparece un rostro. Un corredor veterano madrileño en una silla de ruedas con lágrimas en los ojos saludando a los corredores en su carrera homenaje.
En estas se me ocurre una respuesta más …
“Corre por los que han tenido que dejar de hacerlo”.
¿Es acaso esto un consejo?
Al poco una mosca sale de detrás de mi oreja.

sábado, 21 de agosto de 2010

EL TERCER TIEMPO

Algunos de los clientes más fieles del "Ideal"

El tercer tiempo: Dícese del rato que pasan los contendientes de un partido de rugby al finalizar el mismo comentando las incidencias entre cervezas.

En los primeros ochenta yo bajaba todas las tardes a entrenar al polideportivo de la Concepción. Mi casa era un palco VIP del “poli”, desde donde podía ver quien entraba, quien salía y qué hacía cada uno de los miembros de A.R. Concepción. A eso de las ocho de la tarde cogía mi bolsa y bajaba a la pista. Allí estaban mis compañeros de entrenamiento. Estirábamos un rato mientras esperábamos a los más retrasados y comenzábamos el calentamiento entre comentarios, historias, chistes y risas. A las ocho y media cada uno se dedicaba a su especialidad, así que nos separábamos en grupos a hacer series o salidas o pesas o … a ver sufrir a los demás. Una hora después volvíamos a reunirnos en la esquina de las gradas y dábamos por terminado el entrenamiento del día. Poco a poco salíamos del “poli” en dirección a la terraza del bar Ideal, situado a pocos metros de la puerta y paso obligado para todos los atletas de “La Concha”. El bar Ideal era un baretucho modesto y pequeño, estrecho e incómodo, pero su terraza era la sede del “tercer tiempo”. A partir del mes de junio - si los exámenes lo permitían- y a lo largo de todo el verano, se convertía en el lugar de reunión y tertulia de varios grupos de atletas. Allí nos contábamos nuestros problemas, nuestros planes, hablábamos de cine, de música, de deportes, de atletismo, de competiciones, de viajes… Un “tercer tiempo” que se prolongaba hasta las once o más allá -mucho más allá- si asomaba el fin de semana o si ya estábamos de vacaciones. Alrededor de una pequeña mesa redonda cabíamos todos, solo hacía falta echar la silla un poco más atrás. Cuando las cervezas, las cocacolas o las mirindas se arrimaban demasiado al borde sobre la mesa, se añadía otra y listo. Comiendo cacahuetes -la tapa estrella en la terraza del Ideal - tuvieron lugar los más enconados debates sobre los duelos Coe-Ovett, Gonzalez-Abascal o Lewis-Jonhson. Repasábamos la actualidad y arreglábamos el mundo, como en cualquier tertulia de cualquier parte. Y así las calurosas noches del verano madrileño daban paso a las más frescas del otoño hasta que un día Jóse (el acento en la o) recogía mesas y sillas, les pasaba la cadena y clausuraba la temporada, mientras los árboles de la acera (por cierto, una rareza botánica en las calles madrileñas, Koelreuteria paniculata, o jabonero de china), dejaban caer sus hojas despidiéndonos hasta la siguiente primavera.

Años después (bastantes), en una reunión de otro club, me preguntaron sobre cómo hacer para conseguir mejorar y potenciar el equipo. Yo me aventuré a sugerirles tres cosas:
- Una camiseta, es decir, una “identidad corporativa” en términos de empresa. Los “colores del club” en argot deportivo.
- Un punto de encuentro para los entrenamientos: un lugar desde donde empezar y donde terminar.
- Y por último lo más importante: un lugar donde disfrutar de “el tercer tiempo”.

domingo, 15 de agosto de 2010

CAMPEONATO DE EUROPA DE ATLETISMO: ALLÍ ESTUVIMOS/4

El noruego Andreas Thorkildsen en la calificación de jabalina.

Los campeones lo son porque tiene un don especial. A veces les basta con su calidad. Otras veces tiene que recurrir a él para poder demostrar que son los mejores. Algo así explica la competición de jabalina.
El noruego Andreas Thorkildsen partía como favorito, título inherente a su doble condición de campeón del mundo y olímpico. Así, la calificación no debía presentar problema alguno para él, acostumbrado a lanzar mucho más de los 81 metros requeridos para pasar a la final.
Comienza la calificación en dos grupos simultáneamente. Por las mañanas les debe costar algo más de lo normal porque en la primera ronda de lanzamientos ninguno parece poder alcanzar siquiera los 80 metros. Lanza Thorkildsen. Muy corto. Nulo. No pasa nada. Hay tres intentos y parece tranquilo. Seguro que en el segundo lanzamiento logra enganchar un buen latigazo y a pensar en la final.
Segunda ronda. Uno de sus grandes rivales, quizá el más peligroso, el finlandes Pitkamaki supera los 83 metros. La grada ruge. Hay casi un centenar compatriotas y uno de sus ídolos atléticos, tal vez su mayor opción de medalla no defrauda. Levanta los brazos y se despide hasta la final. Para mayor gloria de la especialidad favorita de los finlandeses, su otro representante, Wirkaala, no se queda atrás y también lanza por encima de 83 metros. Por su parte, Thorkildsen comete su segundo error. Su lanzamiento vuelve a quedar muy corto. Solo le queda una oportunidad. Se aleja de la zona de lanzamiento. Se concentra. No mira a sus rivales. A pesar de que hay varias competiciones en la pista de forma simultánea, el intenta refugiarse. ¿Qué pasa por su cabeza en ese momento? ¿Tiene miedo al fracaso? ¿Y si el lanzamiento es bueno pero comete un error y sale de la zona provocando un nulo? ¿Y si el viento vuelve a jugarle una mala pasada? El dardo no ha volado nada en los dos primeros lanzamientos y puede ocurrir de nuevo. Se suceden los lanzamientos de los rivales. No son largos. Sabe que solo los dos finlandeses han superado la marca de calificación. El lanzamiento que establece la línea para pasar a la final no debe superar los 75 o 76 metros. ¿Cuántas veces ha lanzado esa distancia? ¿Miles? No es esfuerzo para él, y sin embargo… Hace calor. Sopla el viento en contra. Está inquieto. Tal vez incómodo. Le está llegando el turno de lanzar. Mira fugazmente a su entrenador. No hay nada que decir ni nada que cambiar. Es una rutina. Es lanzar como siempre. ¡Es el campeón olímpico y mundial! Todo el entrenamiento, todo el esfuerzo en este lanzamiento… Se sitúa en posición. Coloca el dardo junto a su cabeza y estira el brazo una, dos, tres veces, lo baja de nuevo. Vuelve a subirlo. Inicia la carrera, primero lento, luego más rápido en progresión. Pura concentración. No precisa de un lanzamiento excepcional. Solo uno técnicamente bueno, aunque no sea muy largo. Baja el brazo transmitiendo toda la fuerza de su cuerpo al hombro, al brazo, a la muñeca. La jabalina sale despedida, vuela… Esta vez no cae repentinamente y se marcha hacia las nubes. Se ha quedado muy atrás de la línea que delimita la zona de lanzamiento. Desde allí ve el movimiento del artefacto. Antes de que llegue al suelo sabe que lo ha conseguido. No es un tiro excepcional, pero se sabe en la final. Se dirige al banco, respira hondo, 78,82 metros. ¡uf!
La final … tiene poca historia. A pesar del descomunal esfuerzo del alemán De Zordo y de Pitkamaki, el noruego Thorkildsen se coloca en cabeza de la prueba desde el primer lanzamiento: 86,32 metros. Aunque De Zordo manda la jabalina a 87,81 metros en el segundo tiro, de nuevo el noruego le supera con un lanzamiento de 88,37 metros. Hoy no hay rivales. El oro es suyo.
Thorkildsen es campeón olímpico (2008) del mundo (2009) y europeo (2010).