viernes, 28 de mayo de 2010

UNA CARRERA POR EL MONTE

Hace ya 19 años me vine desde León a Ávila a trabajar en sus montes. Mi primer destino dentro de la provincia fue una sección territorial en la que nos correspondía la gestión de todos los montes públicos situados un ficticio triangulo con vértices en Barco de Ávila, Peguerinos y Arévalo. Dentro de ese territorio se encuentran los montes de Las Navas del Marqués, donde trabajé unos cuantos años en la mejora forestal de los mismos. Cortas, regeneraciones, tratamientos selvícolas, ordenación, repoblación, señalamientos, ocupaciones, deslindes… términos bastante ajenos para la mayoría de la gente, pero que forman la parte esencial de mi profesión y que me llevaban al monte de “El Alijar” y a la “Dehasa Boyal” de las Navas del Marqués con relativa frecuencia.
Después cambié de Sección y me centré en las repoblaciones, así que dejé de visitar montes arbolados y me dediqué a arbolar baldíos, con lo que no volví por las Navas en unos cuantos años. Precisamente a repoblar las pocas zonas que quedaban sin árboles en el término municipal.
Así las cosas, cuando hace dos semanas me enteré que se celebraba una carrera en esta zona y vi el trazado, no lo dudé. ¿Qué mejor forma que recorrer los montes que al trote por sus pistas?
El domingo por la mañana volveré. La carrera se disputa sobre un trazado de 10.900 metros con unos cuantos desniveles pronunciados y salida y llegada en el pueblo. Volveré a ver los pinos y robles del monte y tal vez tenga tiempo de adivinar algunos de los que se plantaron hace 15 años de acuerdo con mis proyectos. Y aunque no olvide que se trata de una competición e intente ir todo lo deprisa que pueda (ya sabéis, correré “con todo mi corazón y todo mi páncreas”), no dejaré de ir mirando a ambos lados del camino para reconocer las zonas que hace tiempo recorrí con otro objetivo.

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