miércoles, 4 de agosto de 2010

CAMPEONATO DE EUROPA DE ATLETISMO: ALLÍ ESTUVIMOS/1







Fue un gran campeonato.
Nos hemos acostumbrado a hacer balance de las competiciones en función del número de medallas o del número de finalistas que consigue España, olvidando lo esencial, que es precisamente la competición, la lucha entre los atletas por conseguir un centímetro más, un segundo menos, por batir a los rivales. Y ahí se vio un gran espectáculo. La irrupción en las pruebas de velocidad del francés Lamaitre, con tres oros en 100, 200 y 4x100, el doblete inapelable de Mo Farah en 5000 y 10000, el aplastante dominio de los obstaculistas franceses, el 1500 español con 4 medallas de 6 posibles, el marathon. Y muchas cosas más.
Ahora surgen los comentarios sobre la actuación española. 8 medallas partiendo de un juicio excesivamente optimista del presidente de la federación que pronosticó 15. Odriozola acostumbra a hablar de opciones de medalla, lo que luego interpretan los periodistas como medallas seguras. Así, atletas que pueden conseguir el pódium a priori y luego quedan cuartos o quintos, quedan retratados como fracasados. Si, pongamos por caso, Ruth Beitia está ocasionalmente por encima de los dos metros mientras que tres o cuatro de sus rivales superan esa altura asiduamente, lo normal es que en competición estas superen a la española. Si alguna vez varias de estas fallan, Beitia puede optar a la medalla si tiene uno de esos días en los que está “fina”, en caso contrario, termina quinta o sexta, que es un gran resultado. Pero no es medalla. Y para algunos, o muchos, fracaso. Lo mismo ocurre con Pestano en disco, Chilla en jabalina o Eusebio Cáceres en longitud, cuyo salto en la calificación disparó todas las expectativas.
En definitiva, que todos compiten y hay mucho nivel con grandes atletas en todas las especialidades a los que es muy difícil batir.
Otro de los comentarios que han surgido gira en torno a la edad de los medallistas españoles y el relevo generacional. Lo cierto es que los jóvenes no superan a los mayores. Por eso no están en la selección. ¿Cuál es la solución? Desde mi punto de vista solo hay una: la promoción del atletismo de base. ¿Cómo? Ayudando a las escuelas de atletismo desde la Federación. Tal como está organizado el deporte ahora, las escuelas deportivas dependen de los Ayuntamientos y estos pueden apostar por unos deportes u otros. No por todos porque no tienen dinero. Y menos ahora. La Federación Española de Atletismo debe intervenir a través de las Federaciones Regionales y las Delegaciones Provinciales haciendo promoción del atletismo mediante competiciones escolares y después, fomentando las escuelas deportivas, aportando financiación para pagar a los monitores y entrenadores. Solo así se conseguirá una cantera de atletas amplia de la que sacar a los internacionales del futuro.
El momento crítico para seguir o no en el atletismo es a partir de los 16 años. Ahí el papel de los clubes es fundamental y ahí la Federación tampoco está. Los clubes se financian con patrocinadores (escasos y en crisis) subvenciones de Ayuntamientos (otra vez solo de aquellos que apuestan por el atletismo), organizando carreras populares, rifas etc. ¿Quién paga a los entrenadores? ¿Quién aporta material? Toca buscarse la vida. Personas que dedican su tiempo y su dinero al deporte, antiguos atletas que continúan en el mundillo, padres y madres haciendo de todo …
Si tienes suerte y has formado una panda de atletas que además son amigos, se quedarán en la pista practicando deporte. Si empiezan a marcharse por diferentes motivos (estudios, aburrimiento, falta de resultados, falta de ayudas, falta de incentivos…) irán desapareciendo uno detrás de otro. ¿Cuántos grandes atletas se habrán perdido por el camino por este abandono?

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