domingo, 28 de noviembre de 2010

RIVAS: TRES PREMIOS EN UNA MISMA CARRERA




Son las 10:00 de la mañana. Hace frio, no más de dos o tres grados. Corre una ligera brisa heladora, pero el Sol parece dispuesto a salir, de manera que tal vez la mañana acabe siendo agradable. Angel está en la línea de salida con otros 14 cadetes de los años 95 y 96. Otra vez le toca ser el más joven. Tres kilómetros (mal medidos) con una fuerte cuesta a la salida del polideportivo. De inicio se lo toma con calma, va el décimo, pero en grupo. En la segunda vuelta comienza a remontar posiciones, sobre todo en la cuesta abajo. Al comienzo de la tercera vuelta ya pasa sexto y tirando con fuerza a la caza de los que marchan por delante. En la cuesta arriba alcanza a uno, quinto, puesto que conservará hasta la meta, aunque tiene que aguantar un fuerte sprint con un par de corredores. Muy buena carrera.




Dos horas después es mi turno. A pesar de que José María, el bombero de Navalacruz, me dijo que estaría en la carrera, no lo veo por ningún lado. Lo siento porque esperaba salir con él. Su opinión es que corro demasiado rápido la primera mitad de las carreras y me hundo en las segundas. Bueno. Tal vez sea un poco así, pero … Casi desde la salida se forma un grupo en el que voy a gusto. Me encuentro con buenas sensaciones, así que fuerzo un poco. Miro el crono en el kilómetro 2: 7’25’’. Bien. Muy bien. Hay que mantener. Solo hay un problema: la diferencia entre un kilómetro cuesta arriba y uno cuesta abajo es de más de 15’’, así que habrá que esperar a terminar la primera vuelta para valorar el ritmo. En el kilómetro 3 hay una rampa dura. Varios corredores que van detrás de mí me adelantan recortando las esquinas del trazado. Me mosqueo. Encima uno me cierra contra una valla. Me mosqueo más. Bajada hacia la pista. Kilómetro 5: 18’42’’, es decir, a 3’ 44’’. Tengo que seguir a este ritmo. No puedo relajarme. A la salida de la pista me sorprende una voz a mi espalda:
- Vamos Angel. ¿Ves como vas muy rápido al principio?
- Pero Jose María. ¿Dónde estabas? Te busqué en la salida.
- He llegado tarde. Mira, llevo la ropa encima y todo.
En efecto, lleva una sudadera enrollada en la cintura.
- Ya sabía yo que me pillabas en el 5.
- Venga vamos. Tira.
Y se queda conmigo el resto de la carrera. Así que junto a él voy pasando los kilómetros a buen ritmo. ¡Vaya liebre de lujo! Otra vez la rampa a las puertas del kilómetro 8 y otra vez dos tipos que van a mi rueda me adelantan recortando las esquinas. ¡Vaya morrazo! Doy un fuerte tirón en la bajada. Jose Maria me anima y tira de mí. El tio va sobrado y yo ya voy justito. Pero en la entrada de la pista veo que puedo hacer un buen tiempo y cambio de ritmo. Paro el crono en 37’ 36’’. ¡Premio!. Mejor de lo que esperaba. Por poco, pero volví a mejorar el pronóstico y eso que esta vez me lo puse difícil. Bajé 48'' el tiempo del año pasado. Pero aún hay más. Lo mejor es que NO ME HA DOLIDO LA RODILLA NADA DE NADA. ¡Premio! Tengo que darme aún un poco de tiempo, pero creo que, si esto sigue así, me voy a "dar el alta". Voy a dejar de ser un atleta lesionado. Ya veremos. Al salir de la pista veo los resultados de la carrera: 36º de la general y… 3º veterano B. ¡Premio! Al pódium.
¡No todos los días se consiguen tres premios en una carrera, uno de ellos verdaderamente importante!

1 comentario:

  1. Pues enhorabuena por los tres premios Angel y especialmente por no haber tenido noticias de tu rodilla. Una jornada redonda.

    ResponderEliminar