viernes, 28 de enero de 2011

CROSS DE RIVAS


Un amanecer a -9ºC en Ávila. Solo pensar en correr pone la carne de gallina.
Nos vamos toda la familia a Rivas Vaciamadrid. Caras de sueño y la calefacción del coche a tope. Angel corre a las 10:15, así que tenemos que salir temprano para llegar a tiempo.
Ya en Rivas hacemos una breve inspección del circuito. Todos los años está mal. Cuando no es un barrizal pastoso y pegajoso es un secarral de piedras y surcos. Este año toca la segunda opción, así que no vamos a correr con clavos. Se nota que hace pocos días han pasados unos cultivadores por el terreno porque está hendido por los surcos, arañazos que levantan grandes trozos de yeso y sílex, la roca madre de esta zona de Madrid.
Angel corre con los chavales del 95 y 96. ¿Por qué son diferentes categorías de las del resto de Comunidades? Voy a acabar por no entender nada. Sale tranquilo, a un ritmo cómodo. Corre en grupo. Según van pasando las vueltas pierde contacto con los primeros, incluso en la última vuelta debe esprintar a fondo para que dos "torres" no le adelanten en la meta. Termina octavo.

Mi carrera es a las 13:15. A esta hora, aunque hace frio, el Sol resulta muy agradable. Me lanzo a correr en "tirantillos" entre madrileños frioleros que no se han quitado ni las mallas largas.
De salida me coloco entre los veinticinco primeros. No voy a tope, el recorrido es una sucesión de cuestas arriba y abajo, con un tramo de unos 100 metros llanos en la parte de meta. Me encuentro bien. Voy adelantando corredores hasta que las posiciones se estabilizan. A dos vueltas de meta, de las cinco del total, voy a unos diez metros de un par de atletas y saco más de treinta al que va por detrás de mí. Es el momento de tomar la decisión de ir de caza o quedarse tranquilo. No me cuesta mucho hacerlo: me quedo donde estoy. La semana pasada corrí en Ávila y la que viene correré en Valladolid. No me voy a machacar. Termino el decimosexto del total y octavo veterano.
He corrido bien, me he encontrado bien, no he metido la pata en ningún agujero, no he pisado más allá de cien piedras y me he divertido. Conclusión: ha "molao".
El domingo ... a Valladolid.

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