miércoles, 2 de marzo de 2011

PUEDEN PASAR DOS COSAS...


Terminé el cross de Salamanca un poco desilusionado. ¿Por qué? Sencillamente no me salió como me esperaba.
Análisis de la cuestión.
1. En general.
Una vez acabada una carrera pueden pasar dos cosas. Que estés contento o que no lo estés.
Si estas contento, sales a entrenar con ganas, pensando en el próximo objetivo. Durante unos días repasas la carrera, lo bien que te encontraste, si ganaste a fulanito o menganito, a los que hacía tiempo que no ganabas, si hiciste tal o cual tiempo, lo proyectas al futuro, a las próximas competiciones… En definitiva, la carrera pasada te sirve de motivación para la siguiente.
Si no estás contento pueden pasar dos cosas. Que el resultado te provoque un cierto estado de frustración que te haga entrenar con desgana o que, por el contrario, te incite a entrenar con más ímpetu para remontar el bache.
Si ocurre esto, es decir, que te pongas a entrenar más, pueden ocurrir dos cosas. Que te pases y lo pagues, o bien, que el incremento del volumen de entrenamiento te suponga una mejora en el rendimiento de futuras competiciones.
Y así, con el que si pueden pasar dos cosas, me podría pasar un buen rato.
No lo voy a hacer. A pesar de que estoy tan calentito aquí, al pie del radiador, no voy a seguir porque tengo otros asuntos pendientes, entre ellos, entrenar.
2. En particular.
Ya os he contado en alguna entrada de este blog las ventajas y los inconvenientes de apuntar toda tu vida atlética en una agenda. Pues bien. Tiro de ellas. Año 2010, mismo circuito, día ideal para correr, buenas sensaciones, tiempo: 28’50’’. Año 2011, fatal, que mal he corrido, bla, bla, bla. Tiempo: 28’ 58’’. Ocho segundos de diferencia.
¿Qué paso este año respecto al pasado? Que salí derrotado por el viento. No me gusta el viento para correr. En más: odio el viento. No lo soporto. Me supera. Me destroza. Pero más que el viento fue el hecho de que, en carrera, yo creyera que el viento era el que me provocaba esa impotencia, esa falta de fuerza. Yo pensé que era así y eso fue suficiente. Ocho segundos de diferencia.
Salí demasiado deprisa. Fogoso. Audaz. Temerario. Equivoqué el ritmo y lo pagué. En este tipo de competiciones se corre mucho mejor remontando posiciones que perdiéndolas. Creo que adelanté a un par de corredores. En cambio fui superado por diez o más. Y eso acaba doliendo.
Se compite según se entrena. Hace tiempo abandoné la disciplina en los entrenamientos. Entreno menos, luego compito más despacio. Es una ecuación de primer grado. Sencilla y aplastante.
Epílogo.
Pueden pasar dos cosas: que salga a entrenar o que no salga…
Me voy a entrenar. A pesar de que hace un frio que pela (la previsión de hoy era 11ºC. Se les ha caído la coma. En el termómetro de casa marca 1,1ºC). El próximo objetivo son los 10 km del Trofeo Navas Center, la primera prueba del circuito Ecosport de Carreras Populares, el próximo día 20 de marzo. Tres semanas. No hay tiempo que perder. Y ya sabeis, pueden pasar dos cosas...

2 comentarios:

  1. Nada Angel, seguro que con un poco de menos viento lo hubieras hecho mejor, la rectita con viento en contra era durísima y pasarla 5 veces pasaba factura.
    Ya verás como en el 10 km del Navas Center va la cosa mejor.
    Por lo demas es una maravilla ir a un sitio a correr y encontrarnos a tanta gente conocida.

    ResponderEliminar
  2. Pero si es que la foto lo dice todo ... Vosotros conoceis a ese tipo. ¿Qué hago yo detrás? Me refiero a detrás-pegado.
    Respuesta:
    a) el tonto
    b) suicidio prematuro
    c) donde vaaaaaaas
    d) las tres anteriores

    ResponderEliminar