lunes, 25 de abril de 2011

PREPARANDO LA CARRERA DEL RESUCITADO

UNA IMAGEN DE LA CARRERA DEL AÑO PASADO TOMADA DE LA WEB DEL CLUB ORGANIZADOR: http://www.atletismoecosport.com/web/


Hace dos semanas de la carrera de las Murallas y queda una para la del Resucitado.
En números redondos.
Dos semanas en las que he entrenado muy poco y lo poco que he hecho han sido rodajes suavecitos con su poquito de gimnasia y su poquito de estiramientos. Sensación de cierta desgana.
Las perspectivas para la carrera del sábado no son muy buenas. Esta semana voy a hacer unas series, tal vez unos miles y un poco de fartlek. Y descansar. Con ese equipaje estaré en la salida de la carrera de mi barrio. Me voy a jugar el título de campeón de la urbanización con Julio. Duro rival.
Esta carrera es un poco “perra”. Se sale muy deprisa por una calle de adoquín, de manera que se acaba por correr por la acera, que es algo que yo detesto. Recuerdo en las primera media marathón de Segovia, bajando desde la plaza Mayor por una calle estrecha y empedrada, todos los corredores íbamos por la izquierda “al rape” de los portales. Y a toda caña. Yo no paraba de pensar … “como salga ahora alguien por el portal, nos pegamos un tortazo de espanto”. Por fortuna no ocurrió, pero hasta que no salí de esa calle no me quedé tranquilo.
Aquí, en Ajates pasa un poco igual, aunque es menos distancia la que se recorre. Después se gira en una bajada muy pronunciada y dañina, para inmediatamente comenzar un ascenso hasta la UNED. Luego de vuelta a la calle Valladolid por un terreno más llano para repetir de nuevo.
Hoy voy a hacer un entrenamiento especial: voy a ESTIRAR.
En efecto.
Voy a estirar como cuando en mi época de bailarina del Bolshoi. Puede que no lo creáis y no os reprocho por ello, pero yo, junto con mi cuerpo, éramos capaces de:
a) Tocar con la frente la rodilla, con las piernas estiradas, por supuesto.
b) Hacer el “paso de valla” sin caerme de lado. De esto tengo incluso testigos.







c) Hacer “la rana” casi casi tocando el suelo con las rodillas. Nunca lo logré y ya no es momento. Casi me duele verlo.





Va a ser un entrenamiento zen. Un poquito de música tranquila, un aislante cómodo, una botellita de zumo cerca y … a estirar.

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