domingo, 31 de julio de 2011

UN POCO DE MUSICA: I HAVE TOLD LATELY THAT I LOVE YOU

Hace mucho que no cae nada de música por el blog.

Hay que poner banda sonora a la vida.

Así que aquí va otra de Rod Stewart. Una canción escrita en 1989 por el genio Van Morrison.

Muy bonita.


jueves, 28 de julio de 2011

DEPORTE DE ÉLITE Y DEPORTE PARA TODOS




Un buen día de vacaciones leo una entrevista al presidente del Comité Olímpico Español, Don Alejandro Blanco. Advierte el Presidente de la posibilidad de que el modelo actual del deporte español esté agotado y propone una revisión para mantener el nivel del mismo. En la entrevista, el Señor Blanco da a entender que es preciso crear un modelo que permita consolidar la existencia de deportistas de alto nivel que garanticen el mantenimiento de los éxitos actuales, mediante programas de captación de talentos y de ayuda a los deportistas de élite.
Dicho lo cual a mí me parece fenomenal y no puedo sino “casi” estar completamente de acuerdo con él.
Pero.
¿Cuál es el fin último de tener deportistas de élite? Se puede pensar que es una manera de mostrar la potencia del deporte de una nación y por consiguiente la potencia de la nación en sí misma.
En el momento actual nuestro país está a la cabeza en casi todos los deportes. En deportes de equipo como el fútbol, baloncesto, balonmano, hockey patines, hockey hierba o waterpolo, España está entre los cinco mejores equipos mundiales(más o menos, unos años con otros).
En deportes individuales como el tenis, España es el país que más jugadores tiene entre los diez primeros y entre los cien primeros del ranking mundial. En ciclismo nuestros corredores llevan imponiéndose años y años en las grandes vueltas. Además hay grandes figuras en natación, natación sincronizada, gimnasia rítmica y deportiva en atletismo, en deportes del motor como motociclismo o automovilismo.
En definitiva, lo que para otros países es una gesta, para nosotros se ha convertido en cosa común. Todos los fines de semana ganamos algo.
E insisto en la pregunta ¿Cuál es el fin último de tanto éxito? Tal vez ser admirados en el mundo. Admirados, envidiados y tal vez un poco odiados en algún deporte.
Volviendo a la entrevista al presidente del COE, no encontré respuesta a esta cuestión.
Así que me licencio para responder. El objetivo último de tener un conjunto de deportistas de élite debería ser que los ciudadanos del país nos sintamos impulsados a practicar deporte, motivados por los éxitos que consiguen nuestros representantes. El objetivo último es que los chavales comiencen a practicar deporte ilusionados con emular a sus ídolos y así conozcan y adquieran los valores del deporte, la amistad, el esfuerzo, la recompensa, la derrota, la victoria, el éxito compartido etc.
Esa motivación existe. Pero … ¿Existen los medios para que la gente practique deporte?
La administración española, el Estado, Las Comunidades Autónomas, los Ayuntamientos… ¿ponen a disposición de los ciudadanos las infraestructuras necesarias para la práctica del deporte? ¿Está considerado el deporte un “bien de primera necesidad social”?
Yo tengo mis dudas de que se haga todo lo posible y por eso pienso que, a lo mejor, se da mucha importancia a la calidad, léase los deportistas de élite y poca a la cantidad, es decir, a la gran masa de ciudadanos, desde el deporte escolar, pasando por el deporte federado, el universitario, el popular hasta la gimnasia de mantenimiento de la tercera edad y todo lo que pueda quedar entre medias.
Algo parecido a lo que consiguió Seve Ballesteros en un país en el que no solo no se practicaba el golf, sino que siquiera se había oído hablar de él.
Así que si se ha de cambiar el modelo, que se cambie. Promuévase una Ley de mecenazgo deportivo que permita no solo a las grandes corporaciones y empresas patrocinar a los grandes deportistas de élite y desgravarse por ello, sino también a la peluquería “Rizos” apoyar a un equipo de balonmano femenino en un pueblo manchego (por ejemplo) y tener un beneficio fiscal por ello.

Así ganamos todos.

lunes, 11 de julio de 2011

NUEVO CONCEJAL DE DEPORTES EN AVILA

Foto de la web del club de atletismo Ecosport



Miré los programas electorales con bastante desinterés. Lo siento, perdí la fe por el camino y nadie me ha ayudado a recuperarla. Busqué lo referente a las propuestas en el ámbito del deporte en la ciudad a ver qué nos ofrecían las diferentes alternativas. Lamenté hacerlo. Generalidades fáciles de justificar dentro de cuatro años al estilo “hemos cumplido al 100% el programa electoral” y poco, muy poco de las necesidades reales del deporte el Ávila, en mi modesta opinión.
Semanas después busco el nombre del concejal de deportes en la próxima legislatura. Me imagino que emprenderá esta nueva etapa con toda la ilusión que un cargo de esa envergadura proporciona a quien se enfrenta a cuatro años para organizar y diseñar el deporte en la ciudad. También imagino que dispondrá de un programa más completo que el que nos “buzonearon” en su momento y tendrá un conjunto de propuestas para dinamizar el deporte abulense.
¿Imagino demasiado?
No son tiempos sencillos. Todos sabemos de qué va “la cosa”. La “pasta” que antes fluía como un torrente desbordado se ha convertido en un arroyo al que le falta hasta el “caudal ecológico”. Es para tener en cuenta, pero no creo que sirva de excusa. Es tiempo de imaginación, organización y colaboración. Es tiempo de tener claro qué es lo que necesita la sociedad abulense en materia deportiva e intentar optimizar los recursos para acercarnos a ello. El deporte escolar, el deporte aficionado, los clubes deportivos de las diferentes especialidades, el deporte en la tercera edad, el deporte como ocio: todos esos grupos precisan medios, instalaciones, monitores.
Yo no soy quien para meterme donde no me llaman, pero esto es un blog y los blog permiten ciertas licencias, básicamente opinar. Así que opino tres cosas, con todo el respeto del mundo:
1. Me gustaría que el nuevo concejal de deportes se diera una vuelta por las instalaciones deportivas para hablar con los usuarios, pulsar la opinión “in situ”.
2. También me gustaría que hablara con la gente que organiza en los clubes, en las escuelas deportivas del propio Ayuntamiento para conocer sus necesidades, sus ideas, sus propuestas. (¡Qué buen momento para llamar a la directiva del Ecosport!)
3. El nuevo concejal de deportes podría crear un estructura municipal con personal propio, con gente ilusionada por el deporte, gente con ganas de sacar adelante ideas y proyectos, gente que organice, que gestione recursos, que promueva la práctica deportiva, que implique a los colegios, a los institutos, a las asociaciones de vecinos, a las AMPAs, a los clubes.
El objetivo es hacer de Ávila una ciudad deportiva.
¿Imagino demasiado?

jueves, 7 de julio de 2011

BOLO DE VERANO




Solo me adelantó un corredor en toda la carrera.
Un solo corredor en los 10.000 metros.
Uno solo.
Bolo de verano playero: Carrera d’estiu de Bellreguard.
Las diez de la mañana. Hace calor. Mucho calor. La salida está muy próxima al paseo marítimo de Bellreguard. Mucha gente. Unos 540 corredores, según la organización, que tenía 500 dorsales y ha tenido “inventarse” otros 40 para satisfacer la demanda. La salida está muy bien organizada por la propia estimación de los corredores: “este me gana, le dejo que salga delante. A este le gano, me pongo delante”, un principio envidiable que debería ser regla común en todas las salidas y evitaría más de un choque entre “vehículos lentos y rápidos”, más de un accidente y más de un juramento en arameo acompañado de adjetivo calificativo.
De salida se forma un grupo de unos 30 corredores que en seguida marcan distancias. Me quedo solo en el primer kilómetro de carrera. Solo y a unos cuarenta metros del corredor que me precede. Por detrás no viene nadie. Primera vuelta. Hace calor. Me caen las gotas de sudor por todo el cuerpo. No quiero forzar mucho, no sea que reviente en los kilómetros finales. La carrera está muy bien señalizada. No hay posibilidad de equivocación. Los cruces están vigilados por voluntarios y te indican el giro a tomar. Los kilómetros están marcados, pero no son muy fiables según veo los parciales en el crono.
Hay una ducha en el recorrido. Me empapo. Se agradece. A los 200 metros se pasa el fresquito del agua, pero algo es algo. La gente del lugar anima y vamos avanzando. Como diría aquél famoso locutor de televisión española que nos ilustró tantas tardes de Tour de Francia “Los corredores se acercan con cada pedalada a la meta”. ¡Menos mal que se acercaban a la meta! Lo mismo hacemos nosotros. Cada zancada nos acerca a la meta. Paso el ecuador de la carrera en 18’ 45’’ y empiezo a atrapar corredores. Al de la camiseta roja le alcanzo pronto. El de amarillo me va costando más pero le araño distancia metro a metro. Busco la siguiente referencia. No me doy cuenta pero ralentizo el ritmo. El crono después me retratará en los parciales. Perdí mucho. Doy alcance a otro corredor más y me fijo en el siguiente. A estas alturas voy el 23º. Kilómetro 8 y pico. Oigo ruido por detrás. Miro y veo “bulto”. Más que el que he ido dejando. En el 9 se me juntan dos corredores. Uno joven y otro de mi categoría. Lo sé seguro porque según me alcanza no para de radiografiarme. “Este pollo me está datando”, me digo para mis adentros. Sigo a lo mío. En las curvas el pollo y su acompañante recortan subiéndose por la acera. No oculto que me fastidia y les lanzo un par de miradas de odio que no llegan a destino: rebotan en el cristal de mis gafas de sol. Otra curva y otro recorte. Mis principios me impiden hacer lo mismo y me toca recuperar un tres o cuatro metros por curva. Me mosqueo y decido ponerme a su rueda. Faltan 600 metros y el jovencito se queda. Quedamos el pollo y yo y el tio no para de apretar. Me pego a él (salvo en las curvas). A estas alturas queda claro que nos vamos a disputar un puesto del pódium de la categoría porque si no, no entendería tanto interés en dejarme atrás. 400 metros a meta. El pollo ya vuela más que corre y yo empiezo a pensar que “me cago en diez”. A 100 metros de la meta renuncio a la pelea. Es una decisión instantánea. No esprinto. No peleo. Llego a meta el 24. Mi rival me saluda y me dice algo en valenciano. Tal vez “buena carrera” o algo así. Yo le felicito, pero me queda dentro un “en las curvas no se recorta” que me durará hasta pasada la paella de “La parrilla de Juan” al mediodía. Incluso un poco más porque en la merienda noto que se me viene a la boca un regusto como de "recorte de curva con ajo" que me altera. Miro en la clasificación que el pollo ha sido tercero y yo cuarto de los veteranos B. Entonces me reprocho no haber esprintado como es debido.
Solo me ha adelantado un corredor en toda la carrera.
Y me empujó fuera del pódium.

sábado, 2 de julio de 2011

RESPECTO AL CIRCUITO DE CARRERAS POPULARES ECOSPORT

Voluntarios del club Ecosport en una de las carreras del circuito. Foto de la web del club.



Al regreso de unos días de vacaciones, desconectado del mundo, me entero que el Club de atletismo Ecosport deja de organizar el circuito de carreras populares. Los foros están llenos de comentarios al respecto. Yo quiero expresar mi modesta opinión desde este blog, que no se aleja un ápice de lo que he venido escribiendo a lo largo de estos años ni de lo que he manifestado de palabra a aquellos con quien he compartido charla al respecto.
1. Al club Ecosport hay que agradecerle el esfuerzo realizado por organizar las carreras del circuito en Ávila, a sus diferentes juntas directivas y a todos los voluntarios que han colaborado con su esfuerzo y su trabajo en el éxito de las mismas.


2. Es una pena que el circuito desaparezca, eso es indudable y no creo que haya corredor abulense que no lo lamente. Es triste porque el circuito ha atraído a mucha gente hacia el atletismo popular, ha sido un punto de encuentro para los corredores abulenses y ha permitido motivar a muchos a entrenar y a disfrutar del deporte.


3. Es una pena, en efecto, pero no se le puede negar a quien lo organiza que está en su derecho de abandonar. La organización de las carreras ha salido del tiempo, del ánimo y del esfuerzo no remunerado de un grupo de personas que tienen perfecto derecho de “hacerse a un lado” y dejar paso a que otros continúen. Aquellos que critican la decisión pueden dar un paso al frente y colaborar en su mantenimiento. Los que no lo damos no tenemos derecho a criticar.


4. Muchos Ayuntamientos ponen en marcha carreras o incluso circuitos contratando la organización a empresas privadas que cobran por los servicios prestados: ¿quieres chip? A tanto el corredor, ¿Camiseta? A tanto. ¿Trofeos para los tres primeros de cada categoría? A tanto. ¿Bolsa del corredor? A tanto. Y así sucesivamente. Total… clinc .. y a pagar. Luego se hacen cuentas con el importe de las inscripciones y se paga lo que falta … o se quedan lo que sobra.


5. Aquí, un club privado, movido por el entusiasmo altruista de unos pocos ha movilizado a los corredores abulenses y les ha permitido correr en casa. Del Ayuntamiento u otras administraciones ni rastro, cuando deberían ser los primeros interesados en el mantenimiento de una actividad deportiva de estas características.


6. En otras partes la organización de una carrera tiene como finalidad financiar las actividades anuales del club. Los miembros de este buscan patrocinios por todas las entidades y comercios de la ciudad, más la inscripción de la carrera menos los gastos, les permite contar con unos fondos con los que mantener el funcionamiento del club: material, viajes etc. En el caso del Club Ecosport, tampoco es así, del circuito de carreras no se saca un superavit para las arcas del club.


7. Hay quien piensa que el circuito ha crecido demasiado y ha atraído a un montón de gente de fuera. Es cierto, es así, pero igual que cada uno de nosotros vamos a correr allí donde nos apetece, de igual manera otros corredores vienen a correr a Ávila. Quien organiza decide y quien se apunta a la carrera acepta que así sea.


8. Por último yo demando más apoyo de las administraciones públicas, en especial del Ayuntamiento de Ávila, más ayuda y más colaboración en la organización por el bien de la sociedad abulense. Este circuito de carreras ha sido el ejemplo palpable de que cuando se trabaja en la promoción de un deporte la gente responde, se implica y participa.