domingo, 27 de marzo de 2011

¿ME QUEDÉ DORMIDO? ROD Y UNA HORMIGA.

Toca rodaje suave. Uno de esos rodajes suaves sin mirar el crono, tiempos de paso y otras obsesiones. Me paro cuando quiero y miro el paisaje.

Ha estado lloviendo, pero ha escampado. Los nubarrones se disipan.

Termino de correr en el preciso momento en el que sale el sol y me regala unos rayos. Voy a aprovecharlos.

Saco el aislante del maletero del coche con la intención de estirar. En mis oídos canta Rod Stewart. (Ahora toca darle al play, escuchar y seguir leyendo).



Tal vez uno de los tipos más macarras y más horteras del panorama musical. ¿Se puede ser ambas cosas a la vez? Se puede. Pero desde que se ha dedicado a cantar las viejas canciones americanas, me acompaña en muchos de mis entrenamientos.

Muy bueno.

Por cierto ¡Qué bien pronuncia inglés!


Me tumbo. Tengo que estirar, pero me distraigo con la música y con el calorcillo del sol. Me giro para empezar justo en el momento en que una hormiga cruza por delante de mis narices al filo del aislante. ¿Una hormiga? Es un poco pronto para que salgan pero… ahí está. Me quedo mirándola. Tumbado boca abajo, apoyando la barbilla sobre las manos.

Sube por una brizna de hierba sin aparente esfuerzo. Según alcanza la cima de semejante cumbre, desciende despreocupada.

¿Para qué ha subido?

Alguien gigante mirándome a mí también podría preguntarse para qué he ido y he vuelto corriendo desde el coche al más allá y del más allá al coche.

La hormiga se encarama a otra hierbecilla y después a una tercera.

Rod canta y se me cierran los ojos…


¿Tienen tendinitis las hormigas?

- Doctora hormiga, me duelen las patas central y la trasera izquierdas.

- ¿No querrás escaquearte del trabajo verdad?

- ¡Noooooooo! ¡Por favor, que cosas piensa usted doctora!.

- Que sepas que ahí arriba andan en crisis. Ya no es tan fácil encontrar un borde de pizza o medio pan de hamburguesa. Este año va a tocar trabajar más, así que os necesitaremos a todas las recolectoras.

- Si doctora, pero es que se me sobrecargan los isquiotibiales de las seis patas a la vez y eso no puede ser bueno. Estoy en un grito de dolor. Además las patas central y la trasera izquierdas me crujen por la articulación cuando arrastro comida.

- Pues entonces…


Tirorirori … Tirorirori …De pronto suena mi móvil. No acabo de acertar con el botón. ¿Me he quedado dormido?:

- Papá ¿Te acuerdas que me tiene s que llevar a…?


Regreso instantáneo al mundo real. Calla Rod.

Adiós hormiga (¿La pisé al recoger y salir pitando?)

martes, 22 de marzo de 2011

CIRCUITO ECOSPORT2011: TROFEO NAVAS CENTER



Se celebró la primera carrera del circuito.
La primera carrera de 10 kilómetros que se organiza en Ávila. Y para que no se me olvide más tarde y dejar clara mi opinión en relación a una injusta y más que artificial polémica, la organización estuvo perfecta. PERFECTA. No digo más. Bueno si: que a algunos les gusta criticar más que correr y eso es muy triste. Ecosport: gracias. No hagáis mucho caso a ciertas opiniones: si algunos tuvieran que organizar algo no jugábamos ni a las chapas.
El día, estupendo para correr. El circuito llano. Mucha gente. Gran ambiente. De salida me sitúo entre un grupo de estrellas: Los Piedelobo, Encabo, Alfonso, un corredor del Paris madrileño con el que he hecho multitud de carreras, Diego Jimenez, Toribio… Me pego a ellos con más valentía que sensatez. Pasamos el primer kilómetro en 3’33’’. Este no es mi ritmo. Pero… el mundo es de los valientes.
Por la contrameta hay una gran animación. Soto al micrófono. Sigo a cola del grupo. El segundo kilómetro cae en 3’40’’ y el tercero en 3’ 41’’. Poco después el que cae soy yo (caer de forma figurada, nadie se piense que me voy al suelo). Me retraso unos metros que serán definitivos. Nos quedamos juntos Diego, Toribio y yo. Aún me noto con fuerza así que no me importa tirar. Adelantamos unos cuantos puestos. Julio entre ellos. El kilómetro 4 lo paso en 14’45’’. El 5 en 18’35’’. Diego se me escapa y me quedo solo.
Ocho años “piando” para que alguna de las carreras del circuito tuviera más de 5 o 6 kilómetros y cuando me la ponen me sobra la mitad.
En efecto. Se me funden los fusibles.
Poff.
No voy bien.
Me quedo sin fuerzas y, peor aún, sin ganas de esforzarme. Pierdo algún puesto a la vez que mis kilómetros se hacen más lentos. 22’29’’ en el 6 y 26’22’’ en el 7.
Esta es mi octava participación en esta prueba y para ser sinceros, no recuerdo acabar contento ninguna. No sé por qué. No me pasa lo mismo con las otras carreras del circuito. A pesar de la dureza de las dos vueltas a la Muralla, o de la Subida a Sonsoles, incluso la Carrera del Resucitado, tengo presentes algunas participaciones muy satisfactorias. Pero en este recorrido, presuntamente el más sencillo… no lo he conseguido.
Todavía.
Alcanzo el kilómetro 8 en 30’13’’. Para entonces se me han pegado dos corredores. Vamos juntos los tres hasta que deciden marcharse. Mis piernas no dan mucho más de sí, así que ellas mismas toman la decisión de no intentar la locura de seguirles.
¿Por qué no tengo fuerzas? No lo sé. Entreno menos, de acuerdo, pero no menos que en noviembre y entonces corrí en 37’ algo un 10.000. Por no hablar de la San Silvestre. Va a ser verdad que en Vallecas llego al 120% de rendimiento.
Estoy cansado. Punto. No hay más explicaciones. Hay días mejores que otros. Dejémonos de psicoanálisis. Punto final. En la meta, un sabio corredor me dirá que soy un llorón. Tiene razón. Puedo correr. Puedo correr bastante deprisa. Menos que antes, pero todavía deprisa. Así que todos los lamentos suenan a vieja plañidera.
Por fin llega el 9: 34’ 11’’. ¡Qué pinchazo! Vuelta a la plaza de toros y recta de meta. ¡Venga hombre! ¡Vamos a dar un poco más de sí!
Meta: 37’58’’. Se acabó. Puesto 43º y 9º entre los veteranos B.
Me doy la vuelta por donde he venido en busca de Mercedes. Nos hemos cruzado en tres o cuatro ocasiones. Me ha animado. Va con Rosalina. La encuentro a la altura del kilómetro 8,5. Julio ha hecho lo mismo, así que vamos los cuatro juntos.
Mercedes termina en 53’29’’. Contenta y sin demasiados dolores. Por la tarde se va a jugar un partido de hockey patines, así que se ve que anda más o menos bien. Me alegro mucho.
La organización nos regala un sorteo tras la entrega de premios. No nos toca nada. No pasa nada. La planta que me tocó en el cross del Soto (Memorial José Soriano) está viva. No solo viva. Luce espléndida.
Repito de nuevo: gracias Ecosport. Gracias voluntarios. Os apuntáis otro éxito de organización y de participación. Además, vosotros sois los responsables de que cada día haya más corredores en Ávila.

sábado, 19 de marzo de 2011

CIRCUITO DE CARRERAS ECOSPORT: MAÑANA EMPEZAMOS



Mañana empieza el IX Circuito de Carreras Populares Ecosport. Parece mentira que ya hayan transcurrido nueve años desde aquél primero, pero el tiempo pasa así de deprisa.
Un año más los chicos y chicas del club Ecosport nos dan la oportunidad de correr en casa. Lo voy a dejar escrito otra vez más: el esfuerzo que supone organizar estas carreras supera la recompensa que ellos obtienen. Sigo pensando que hay más premios de la cuenta, que el contenido de la bolsa es desmesurado y que las atenciones antes y después de las carreras están al más alto nivel. Todo ello por menos de 20 euros, 5 euros por carrera. Salvo en el Levante, donde las carreras son gratis por la colaboración de decenas o cientos de patrocinadores, no creo que haya carreras más baratas. En pocas carreras dan más por menos.
Lo digo para agradecer su trabajo y también por cierto egoísmo: un nivel tan alto solo se consigue con mucho trabajo y trabajar gratis, cansa. Es decir, corremos el riesgo de que estos organizadores se nos quemen por intentar llevar un ritmo muy elevado.
Me gustaría que un año se marcharan al correr un marathón por ahí fuera con el dinero de las inscripciones. Así, como en plan “coge el dinero y corre”.
También lo he dicho en este blog y lo voy a repetir: creo que el Ayuntamiento a través del Patronato Municipal de Deportes debería de implicarse más. Mucho más. Hay que ayudar a que la gente haga deporte y hay que hacerlo desde las instituciones. Dejar que un grupo de entusiastas ponga de su tiempo lo que en otras ciudades corresponde a la propia administración local es aprovecharse del trabajo ajeno.
Mañana estaremos en la línea de salida. Un año más vamos a disfrutar de ese ambiente que se crea en torno a las carreras, de los amigos, los compañeros de entrenamiento, los rivales y de la gente que anima desde las aceras, reconociendo a ese vecino que, mira por donde, parece que corre más de lo que parecía.
Y hará buen tiempo.
Hasta mañana.
Se me olvidaba hacer la quiniela: Tiempo estimado de vuelo: 37:45''.
No digo más.

jueves, 17 de marzo de 2011

OPERACIÓN GALGO: ¿QUÉ PASA?


Hace unos meses nos levantamos un día con la sospecha de que una serie de atletas de la élite española se encontraban inmersos en una trama de dopaje. La Operación Galgo. Poco a poco fueron filtrándose noticias a la prensa y conocimos las sospechas que recaían sobre Marta Domínguez, Bezabeh, Reyes Estévez o Nuria Fernández. Declaraciones, comparecencias ante la justicia, programas de televisión, de radio, páginas de periódicos, opiniones de los tertulianos habituales-pozo insondable de conocimiento- etc.
Mientras, la unión del atletismo español se resquebraja. La sanción por dopaje de Jose Luis Blanco, el regreso de Paquillo Fernández a la competición después de cumplida su sanción, las dudas sobre la limpieza en los métodos de unos, una Federación debilitada e incapaz de tomar las riendas de su deporte. Muchas dudas. Mucha incertidumbre.
Y pasa el tiempo.
La justicia española no se caracteriza precisamente por su velocidad en resolver asuntos. Más bien todo lo contrario.
Hoy mismo acabamos de conocer que la fiscalía propone una pena para el Doctor Eufemiano Fuentes, implicado en la Operación Galgo, pero, en este caso por su participación en la Operación Puerto, que se remonta al año 2006, es decir, hace casi cinco años.
Si la justicia hubiera resuelto aquella operación - la Puerto- con prontitud y con la debida contundencia tal vez no se hubiera dado esta - la Galgo-.
¿Tendremos que esperar cinco años para saber qué propone el fiscal para los imputados de este caso? Si es así algunos atletas implicados se habrán retirado por su edad sin que la pena impuesta les pueda afectar en su carrera atlética. Otros deportistas, inocentes, limpios, sí se verán dañados por la demora en la resolución: verán como alguno le cierra las puertas de los campeonatos mundiales, europeos o incluso de los Juegos Olímpicos o les relegarán a posiciones secundarias en campeonatos de España.
Y mientras, unos sospechosos pero limpios, otros sospechosos y manchados por prácticas de dopaje, otros limpios y combatientes activos contra los tramposos y otros limpios pero callados, desgantandose en peleas fuera de las pistas, fuera del hábitat de la competición atlética.
Por favor, que resuelvan pronto y las aguas vuelvan a su cauce.

viernes, 11 de marzo de 2011

DUELO EN OK CORRAL



Hace 1.000 kilómetros me quité las plantillas.
Un día, de buenas a primeras, harto de mis dolores de rodilla e influenciado por la lectura del libro “Born to run”, decidí volver a los inicios y me quité mi “prótesis plantar”.
De inmediato, a los pocos días, noté un cierto alivio en la parte interna de mi rodilla, aquella que me obligó a replantearme toda mi vida atlética, ese pequeño trozo de mi anatomía que decidió unilateralmente que dejaba la práctica activa del atletismo.
Esa ligera mejora se fue consolidando. Sin volver a entrenar lo que entrenaba (adiós rodajes largos, adiós series cortas, adiós hacer el cabra por el monte…) pude mantener un cierto nivel competitivo. Suficiente. Mejor aún, tan contento.
1.000 kilómetros después, mi cartílago (esa porción rebelde de rodilla) está estable.
Ahora bien. Si un día me puse las plantillas fue por algo. Y ese algo era un terrible dolor de la cintilla iliotibial. Entonces las plantillas me permitieron mantenerme en activo. Y … ¿Qué pasa ahora sin plantillas?
Pues lo que tenía que pasar. Que la cintilla se queja.
Mi rodilla se ha convertido en un duelo en el OK corral.
O me duele la parte de dentro con plantillas o me duele la parte de fuera sin ellas.
Digo dolor cuando debería decir molestias. Ya sabéis cual es la diferencia: si duele te paras, si molesta te aguantas.
¿Estoy en un dilema? No.
Al reducir el volumen de entrenamiento puedo soportar perfectamente las molestias de ambas partes sin tener que parar. Mantengo un día de descanso después de tres de carrera y hago fortalecimiento todas las semanas. Con eso es suficiente para dar equilibrio a una ecuación compleja: seguir corriendo, minimizar el dolor y competir con cierta dignidad.
¿Cuánto tiempo voy a aguantar así? No lo sé. Lo que sí sé es lo que ya dejé escrito por alguna esquina de este blog: cada día que corro es un premio.
Así que, sin aparecer en la lista Forbes, resulta que soy una de las fortunas más grandes del planeta.
Otro tipo de fortuna, eso sí.

miércoles, 2 de marzo de 2011

PUEDEN PASAR DOS COSAS...


Terminé el cross de Salamanca un poco desilusionado. ¿Por qué? Sencillamente no me salió como me esperaba.
Análisis de la cuestión.
1. En general.
Una vez acabada una carrera pueden pasar dos cosas. Que estés contento o que no lo estés.
Si estas contento, sales a entrenar con ganas, pensando en el próximo objetivo. Durante unos días repasas la carrera, lo bien que te encontraste, si ganaste a fulanito o menganito, a los que hacía tiempo que no ganabas, si hiciste tal o cual tiempo, lo proyectas al futuro, a las próximas competiciones… En definitiva, la carrera pasada te sirve de motivación para la siguiente.
Si no estás contento pueden pasar dos cosas. Que el resultado te provoque un cierto estado de frustración que te haga entrenar con desgana o que, por el contrario, te incite a entrenar con más ímpetu para remontar el bache.
Si ocurre esto, es decir, que te pongas a entrenar más, pueden ocurrir dos cosas. Que te pases y lo pagues, o bien, que el incremento del volumen de entrenamiento te suponga una mejora en el rendimiento de futuras competiciones.
Y así, con el que si pueden pasar dos cosas, me podría pasar un buen rato.
No lo voy a hacer. A pesar de que estoy tan calentito aquí, al pie del radiador, no voy a seguir porque tengo otros asuntos pendientes, entre ellos, entrenar.
2. En particular.
Ya os he contado en alguna entrada de este blog las ventajas y los inconvenientes de apuntar toda tu vida atlética en una agenda. Pues bien. Tiro de ellas. Año 2010, mismo circuito, día ideal para correr, buenas sensaciones, tiempo: 28’50’’. Año 2011, fatal, que mal he corrido, bla, bla, bla. Tiempo: 28’ 58’’. Ocho segundos de diferencia.
¿Qué paso este año respecto al pasado? Que salí derrotado por el viento. No me gusta el viento para correr. En más: odio el viento. No lo soporto. Me supera. Me destroza. Pero más que el viento fue el hecho de que, en carrera, yo creyera que el viento era el que me provocaba esa impotencia, esa falta de fuerza. Yo pensé que era así y eso fue suficiente. Ocho segundos de diferencia.
Salí demasiado deprisa. Fogoso. Audaz. Temerario. Equivoqué el ritmo y lo pagué. En este tipo de competiciones se corre mucho mejor remontando posiciones que perdiéndolas. Creo que adelanté a un par de corredores. En cambio fui superado por diez o más. Y eso acaba doliendo.
Se compite según se entrena. Hace tiempo abandoné la disciplina en los entrenamientos. Entreno menos, luego compito más despacio. Es una ecuación de primer grado. Sencilla y aplastante.
Epílogo.
Pueden pasar dos cosas: que salga a entrenar o que no salga…
Me voy a entrenar. A pesar de que hace un frio que pela (la previsión de hoy era 11ºC. Se les ha caído la coma. En el termómetro de casa marca 1,1ºC). El próximo objetivo son los 10 km del Trofeo Navas Center, la primera prueba del circuito Ecosport de Carreras Populares, el próximo día 20 de marzo. Tres semanas. No hay tiempo que perder. Y ya sabeis, pueden pasar dos cosas...