jueves, 27 de diciembre de 2012

EL DIA DE LA MARMOTA




Hay una película, cuyo título en español es  “Atrapado en el tiempo”  (“Groundhog Day”, en su versión original, es decir, “El día de la marmota”) que protagonizan Bill Murray y Andie McDowell, en la que un meteorólogo acude a una localidad de Estados Unidos a cubrir, junto con una reportera de televisión, un acontecimiento anual: el momento en el que una marmota predice  cuando acabará el invierno. En la peli, el protagonista vive diariamente las mismas situaciones, una y otra y otra vez, hasta que … no cuento el final.
La base “científica” sobre la que se sustenta esta original forma de “hombre del tiempo” consiste en interpretar el comportamiento de la marmota el día 2 de febrero, de tal manara que si el animalito, se vuelve a su madriguera, entonces el invierno durará seis meses más. Por el contrario si al asomarse, abandona su refugio, entonces se adelantará la llegada de la primavera.
¿A qué viene esto? Pues a que yo estoy viviendo mi particular día de la marmota.
La última vez que os conté de mis pies fue para deciros que estaba recuperado y volvía a correr. Así fue. Un mes. Exactamente estuve recuperado un mes. Transcurrido ese tiempo volví a calzarme dos fascitis, una en cada pie. ¿Una recaída? ¿Una nueva lesión?
Esta es una cuestión importante, porque no es lo mismo no curarte del todo y que se reproduzca una lesión que estar curado del todo y volver a lesionarte. Sea lo que sea no viene al caso. De momento dejémoslo ahí. Estoy lesionado, me duelen los pies y no puedo correr.
La cuestión es la marmota.  
Yo tengo dos marmotas: mis dos pies. Me levanto. Apoyo los pies en el suelo y … me duelen. La lesión durará otras seis semanas más.
A todo esto, estoy empezando a sufrir lo que le pasaba a Bill Murray en la película: Se repiten situaciones que ya he vivido. ¿Cuáles son? Pues aquellas carreras a las que acudí el año pasado como espectador con la casi certeza de que este año las volvería a correr. Y sin embargo… ahí estoy en la orilla. La carrera de Navidad, La San Silvestre Vallecana …

Ya dije que no contaría el final, pero la cosa, en la peli …. termina bien. Yo tengo la seguridad de que esta otra, de la que soy triste protagonista, terminará de la misma manera y saldré de este “bucle infinito”. Un día me despertaré, apoyaré los pies en el suelo  y … saldré a correr.

viernes, 7 de diciembre de 2012

QUIERO EMPEZAR A CORRER ... PERO NO SE CÓMO. EL SEGUNDO DÍA




Si el primer día es importante el segundo… lo es aún más. Con dos diferencias grandes: que el segundo día ya sabes de qué va esto y… que del segundo día solo te acordarás eternamente… si es el último.
Si las cosas han ido bien estás de nuevo en tu habitación poniéndote la ropa de correr. Ya sabes elegante, práctico, sin estridencias. Gústate.
Sales a correr de nuevo por el mismo sitio que lo hiciste el día de tu debut en el mundo del correr. Primera cuestión a resolver: hoy no tienes por qué ir más deprisa que el primer día. No tienes que batir ninguna marca ni tienes que adelantar a tu sombra. De hecho entre el primer y segundo día no hay diferencias: sigues siendo la misma persona, no puede haber más diferencias que las que se están operando en tu cabeza. Estás decidido a correr y por eso estás ahí de nuevo. Pero el cuerpo, no te engañes,… sigue siendo el mismo.
Segunda cuestión: tampoco tienes que correr más distancia. Si el primer día hiciste quince o veinte minutos, puedes repetir durante ese mismo tiempo. Y si te apetece correr un poco más, hazlo. Pero de la misma manera, si te apetece correr menos también puedes hacerlo. Se trata de que estás a gusto contigo mismo y de que vayas olvidando ese "mantra" que durante tanto tiempo has forjado en tu mente como excusa: Correr es aburrido, correr es cansado, soy un pato, no sirvo para correr, me canso … Todas esas excusas que te han servido de barrera para evitar intentarlo, ahora tienen que desaparecer. Por eso póntelo fácil. Ya llegará el día, si de verdad así lo quieres, que te sometas a un plan de entrenamiento, que tengas en tu cabeza una competición y que hagas constantes cálculos de tiempos de paso. 
Para eso aún queda tiempo. 
Ahora simplemente sal, corre, vuelve y mírate al espejo. 
Sigues siendo el mismo… pero ya has salido dos veces … 

viernes, 30 de noviembre de 2012

QUIERO EMPEZAR A CORRER … PERO NO SÉ CÓMO




A lo largo de estas últimas semanas he oído esta frase en varias ocasiones. Empezar a correr. ¿Qué impide a una persona salir a correr un rato a la calle? La vergüenza, el miedo al qué dirán, el dolor de piernas, el no ser capaz de soportar más allá de unos minutos o unos centenares de metros, el pensar y volver a pensar que para qué voy a salir si total … Excusas. Somos artistas en buscar excusas.

Empezar a correr. En tantas ocasiones como surgió el tema me vi dando explicaciones, así que pensé … tal vez el blog debería servir de algo más aparte de contar mi vida, mis dolores y mis pasiones.

Empezar a correr … pero no sé cómo.
Una forma sencilla de empezar a correr es no pensar nada más que en el día en el que vas a empezar. Pongamos … hoy. No pienses en nada más. No pienses en si te va a doler algo o no.  No pienses en quién te vas a encontrar si sales. Si vas a tener que salir mañana o no.  No. Solamente piensa en hoy. Nada más que hoy. Repite conmigo: Hoy voy a salir a correr.

Ha llegado el momento. Tal vez no sea el mejor día (hace frio, se va a hacer de noche … ). No, no, no. No busques excusas. Has decidido que hoy es el día, así que no te eches atrás. Se valiente y sé consecuente. Hoy es un día diferente a los anteriores en los que te volviste al salón y encendiste la tele entre remordimientos. No. Hoy vas a salir. Abre el armario y busca la ropa de deporte que tengas. Entre todo lo que encuentres ponte lo que más te guste, la ropa con la que te sientas más a gusto. Vas a correr, tal vez no vayas a un desfile de Adidas, pero tampoco tienes que ir hecho un adefesio. Elegante. Gústate.

Ya estás en la calle. Primer Momento Clave. No hace falta que arranques a correr como si te persiguiera un batallón de orcos. Puedes caminar un rato. Ve a un parque o a una zona donde haya otros corredores. Una vez allí comienza a trotar un poco. Despacio. DESPACIO. Segundo Momento Clave. Comprende que tu cuerpo está haciendo algo que no ha hecho hace mucho tiempo (todos hemos corrido de pequeños, de manera que  no me vengas con que no lo has hecho nunca) así que corre despacito … diez, doce … quince  minutos. ¿Estás al borde del colapso? Probablemente no. Si has corrido DESPACITO diez o quince minutos sigues en el reino de los vivos. Tal vez un poco fatigado pero VIVO. Vale por hoy. Párate y regresa caminando a casa. Si tienes ganas puedes estirar un poco. SOLO UN POCO.

Y ahora mírate al espejo. Has corrido. Nadie se ha metido contigo. Nadie se ha reído. No te ha pasado nada grave. No te has caído de bruces contra el suelo. Te has demostrado que no eres tan pato como pretendías y con lo que te excusabas para no intentarlo… Ya has traspasado ese muro que te parecía insuperable. Enhorabuena. Has dado el primer paso para convertirte en un corredor. El paso más difícil y el más importante. Y ahora te duchas y sigues con tu vida cotidiana. Date el gusto de recordar de vez en cuando que hoy es el primer día que has salido a correr. En el futuro lo recordarás … durante muchos años.

Y ahora … ¿qué? Tercer Momento Clave. Habrá que repetirlo ¿no?…. ¿Cuándo? Pues … cuando quieras. Correr no debe convertirse en una obligación. Correr se convertirá en una necesidad, pero mientras tanto deberás superar una serie de adversidades. Mañana es posible que te duelan las piernas. O simplemente que no te apetezca. No te obligues a salir todos y cada uno de los días a correr. No tengas el temor de que … si no salgo mañana perderé la motivación… Si mañana quieres salir … simplemente sal y repite. Y si no es mañana y es pasado mañana … no pasa nada. Estás empezando, así que ¿Por qué empezar a torturarse con obligaciones y planes?

Próximo capitulo: EL SEGUNDO DÍA.

martes, 13 de noviembre de 2012

¡ATENCION! CARRERA SOLIDARIA EN AVILA



I CARRERA SOLIDARIA “AHORA MÁS QUE NUNCA” COLEGIO SANTÍSIMO ROSARIO

El próximo Domingo 18 de Noviembre tendrá lugar la I Carrera Solidaria Ahora Más Que Nunca, organizada por el Colegio Santísimo Rosario a Beneficio del proyecto “Ahora más que Nunca” de Cruz Roja.

Las inscripciones se pueden realizar hasta el próximo Jueves 15 de Noviembre en la Secretaria del Colegio (C/ Brieva nº1) o en La Cruz Roja (Plaza de San Francisco nº 3). El precio de la inscripción es de 2€ en categoría individual  o 5 € en categoría familias.

Las categorías son:
Pre-benjamín: Nacidos en 2005, 2006 y 2007
Benjamín: Nacidos en 2003 y 2004
Alevín: Nacidos en 2001 y 2002
Infantil: Nacidos en 1999 y 2000
Cadete: Nacidos en 1997 y 1998
Juvenil: Nacidos entre 1996 y 1992
Senior: Nacidos entre 1991 y 1977


Absoluta: Nacidos antes de 1977.
Familia: Categoría especial dónde los padres pueden correr con sus hijos.

Las categorías de pre-benjamín y benjamín correrán desde la plaza Fuente El Sol hasta la puerta del centro situada en la calle Brieva.

Las categorías Alevín, Infantil y Cadete recorrerán 1500 metros, partiendo de la Calle Marques de Benavites, Plaza del Mercado Chico, C/ Reyes Católicos, C/ Alemania, Plaza de José Tomé, C/ Don Geronimo, Plaza de Adolfo Suarez, Puerta del Alcazar, Calle San Segundo, Parque de San Vicente, C/  López Nuñez, Plaza de Mosén Rubí, Plaza del Fuente El Sol y Calle Brieva, dónde se encontrará la meta.

La categoría Juvenil hará el mismo recorrido, pero dos veces, corriendo un total de 3000 metros y las categorías  Senior y Absoluta darán tres vueltas, corriendo un total de 4500 metros.

La carrera tendrá lugar el Domingo 18 de Noviembre.

La entrega de dorsales comenzará a las 10.30, habiendo varias salidas, en función de las categorías, que comenzarán a las 12 horas.

Durante la duración de las carreras, la joven banda abulense Asterisk tocara en el patio del colegio y a los participantes se les dará un bocadillo y un refresco al finalizar la carrera.

miércoles, 10 de octubre de 2012

SERTRI MADRID 2012: ASÍ RESULTÓ




Y ahí estaba yo, otra vez con mi gorrito, esta vez de color negro y mis gafas, ya empañadas desde antes de tirarme al agua.
Antes tuve que superar unos momentos de tensión al bajar desde el aparcamiento del coche hasta la zona de dorsales con la bici y ver con terror que los cambios no solo no funcionaban correctamente, sino que siquiera era capaz de hacer entrar el plato grande. 
Solo al final de un ataque de nervios y un breve momento de lucidez, entendí que el problema estaba en la guía del plato, desviada por efecto del transporte de las bicicletas dentro del coche. 
Luego tuvimos que aguantar otro momento de tensión en la cola para el control de material… ¿cuándo aprenderemos a no colarnos haciéndonos los tontos o pensando que los demás lo son? 
Resulta que el chico (en singular) que estaba delante de nosotros con su bici (también singular) era de un club. 
Al rato se cruzó por allí un colega de su equipo y … se quedó. 
Unos minutos después vinieron otros dos que saludaron y se fueron para atrás a la cola pepsicola (Qué majos). 
Al poco rato otros tres "iluminaos" decidieron que para qué ir atrás pudiendo quedarse haciendo compañía a los dos primeros … así que ya eran cinco y, al ratito, los dos que se habían ido atrás debieron  pensar que cómo podían ser tan idiotas que, pudiendo estar delante con sus amigos, resulta que estaban tan atrás solitos. 
Y ya eran siete. Todos tan simpáticos hablando y mirando p’alante muy guais.
Pues eso. En el pantalán los cuatro: Angel, Mercedes y mi pánico y yo cuando suena el Mooooooc  y al agua patos. 
¡Cuánta razón me amparaba al pedir salir en la cuarta y última salida! 
Según entré en el agua mis pulmones hicieron un esfuerzo por salir de nuevo a tierra firme. Al no conseguirlo se negaron a trabajar. El agua no era tal. Un líquido frio, verde, espeso, en oleaje continuo batido por mil seiscientas extremidades… un medio hostil en el que los rezagados de las anteriores salidas y los de la mía propia buscaban las barcas salvavidas a grito “pelao” de socorro que me ahogo. Y entre medias yo medio nadando (¿?) como entre los restos del hundimiento del Titanic. Incluso a escasos metros por delante de mí una socorrista tuvo que lanzarse al agua a rescatar a un nadador. ¡Que tensión! Por descontado, a estas alturas el grueso del pelotón estaban camino de la salida mientras yo pugnaba por avanzar metro a metros en busca de la siguiente boya. ¡Qué inútil me resultaron los días de entrenamiento en la piscina! . Nadé (¿nadé?) a crol, a braza e incluso a espalda en un intento por avanzar más deprisa. Vano intento por cuanto puse la popa en dirección equivocada y cuando me quise dar cuenta no solo no estaba más cerca de la boya sino que me había desviado considerablemente.
Salí del agua. 
Por fin salí del agua. 
No me arrodillé a besar la tierra como los conquistadores tras una penosa travesía oceánica por no perder más tiempo, pero sí sentí un profundo agradecimiento al notar la solidez de la tierra firme. Corrí a por mi bici. 
No hice una transición muy rápida porque hay que ponerse muchos archiperres, pero en cuanto monté en la bici salí zumbando. ¿Zumbando? No acababa de bajar un tramo de cuesta cuando me pasó un ciclista a toda pastilla. Eso sí era ir zumbando. “Me voy con este”, pensé y, efectivamente cambió mi ritmo. ¡Ahora sí que iba deprisa! 
Los dos kilómetros y medio cuesta arriba se convirtieron en un cacería de competidores. Cada uno que pasaba me hacía lanzarme a por el siguiente. Al final de la cuesta adelanté a Mercedes. Cambiamos unas palabras que para ella fueron de alivio, puesto pensaba que yo era uno de los que pedía socorro en el agua. Me lancé cuesta abajo “a bloque” hasta la zona de transición. 
Ya solo quedaba correr. 
Las piernas no parecían muy contentas, pero poco a poco fueron adaptándose al cambio de ejercicio. En el camino de ida me crucé con Ángel que volvía unos minutos por delante de mí. Aún pude forzar un poco el ritmo para entrar fuerte en meta.
Habíamos terminado el triatlon. Los tres coincidimos en que la natación es la parte más difícil y más estresante de la competición.
En la clasificación Ángel fue el 101 y yo el 172 de los 288 que terminamos la prueba (salí del agua el 276), mientras que Mercedes fue la 17 de 41 en categoría femenina. Muy bien.
Y ahora … ¿Qué? Pues no parece que quede otra solución que entrenar el miedo al agua. Quizá cruzar el Lago Ness o algo así.



viernes, 5 de octubre de 2012

SERTRI MADRID 2012




Hace un año Mercedes y Angel completaban su primer triatlón supersprint en la Casa de Campo de Madrid. No sin dificultades: las aguas de la Casa de Campo, de aspecto “poco salubre”, un cierto desorden organizativo fruto del enorme éxito de la convocatoria y de la gran cantidad de público y un trazado repleto de competidores que en más una y más de dos ocasiones se molestaban entre sí. Al terminar me dijeron “tienes que hacerlo”… “Vale. Al año que viene”. Y el año que viene ya ha llegado. El domingo estaremos en la salida los tres juntos para la segunda edición del SERTRI de Madrid. Parto con la ventaja de haber experimentado ya la competición este pasado julio en Valladolid, es decir, ya no temo lo desconocido. Ahora temo lo conocido. Si leísteis entonces la ENTRADA EN EL BLOG, sabréis que la natación fue un calvario. Lo superé por pura cabezonería. Ahora voy algo más preparado. Mis entrenamientos en la piscina no han conseguido que nade casi nada, pero, al menos, soy consciente de que nado y, por tanto, puedo llegar  con cierta decencia. Esto quiere decir que baso mi éxito en llegar otra vez el último, pero esta vez a un metro del penúltimo. Ese es el reto. ¿ Cuánto estará de fría el agua? ¿Cuánto de verde? ¿Saldré con algas pegadas al cuerpo? ¿Tragaré mucho de esa mezcla cenagosa? Glup. Después la bici volverá a ser como en Valladolid: dar pedales todo lo deprisa que pueda, aunque esta vez con muchas cuestas. La carrera saldrá de cualquier manera porque hace más de un mes que no corro nada y mis dolores de pies me limitarán. No me importa. Por delante irán Mercedes y Ángel. Aunque … voy a por ellos.

domingo, 30 de septiembre de 2012

CAMBIO DE VIA

Cambio de vía. No se si estoy en el límite, cerca de él o cuánto de lejos. Mi médico me recomienda no ceder y seguir corriendo hasta el umbral del dolor admisible. Y estoy seguro que podría hacerlo, pero la cuestión que se plantea cuando me lo propongo es… ¿Para qué? ¿Por qué salir a correr un rato? ¿Solo para saber que los dolores siguen ahí?

Estoy lejos, muy lejos del atletismo que he practicado hasta ahora. Las series, los rodajes rápidos, el fartlek, aquellas competiciones sobre 10 kilómetros a tope desde el primer metro, … los maratones por Europa con toda la familia … Lo voy dejando atrás con la certeza de que no podré volver a repetir muchas de esas vivencias. Tampoco me envuelve la añoranza y la tristeza. Otras cosas vendrán a ocupar el lugar.

Pero ahora empuño con ambas manos el mecanismo del cambio de agujas, a la espera de una decisión: tomar otro rumbo deportivo, tal vez solo de forma temporal… hasta que mis pies vuelvan a llevarme de carreras.

domingo, 16 de septiembre de 2012

SERTRI MADRID 2012: ENTRENANDO


Imagen SPORTLIFE


El SERTRI de Valladolid sembró en mí el reto del triatlón. Pido disculpas de entrada a todos los triatletas de verdad, porque aquello fue un minitriatlon. Me recuerda a los primeros tiempos en los que a cualquier carrera popular se la llamaba “marathón” o cualquier “no iniciado” se refería a ellas como si de la distancia sagrada se tratase. El “maratón del barrio de Salamanca”, el “maratón de Canillejas” etc.

A primeros de octubre se celebra en Madrid un nuevo SERTRI y espero estar allí. Si el agua fue mi perdición en el Pisuerga, esta vez el reto es salir del Lago de la Casa de Campo con cierta dignidad. Aclaro que con “cierta dignidad” quiero decir salir el último pero …cerca del penúltimo. Puede parecer poco ambicioso, pero teníais que haberme visto en Valladolid. Estoy en ello. Llevo unas semanas intentando convencerme en la piscina que puedo hacerlo. La verdad es que me está costando más que un esfuerzo. Mi “medio” no es el agua y tanto mi cabeza como mi cuerpo lo saben. Pero no tiro la toalla.

Y ¿qué me pasa? Pues varias cosas.

Lo primero que tengo que decir es que me encuentro incómodo con el gorrito en la cabeza. Supongo que lo del gorrito es para el pelo ¿no? Entonces… ¿por qué me tengo que poner el gorrito donde menos pelo tengo de mi cuerpo? ¿Por qué no me lo pongo en la barba? ¿O me tiro al agua en camiseta o en pantalón largo? No lo entiendo y es una contradicción que me resulta embarazosa.

En segundo lugar están las gafas. Si me las pongo flojas me entra agua instantáneamente. Si me las aprieto mucho me duelen a estallar. Y siempre, siempre, siempre están empañadas no más allá de la tercera brazada. Es decir, me pongo unas gafas para ver algo y apenas distingo un velo blanquecino que no hace sino agrandar mi malestar.

Siguiente cuestión: yo no floto. Para ser más exacto, no floto de medio cuerpo para abajo. En efecto, mis piernas son un par de inútiles apéndices que me arrastran al fondo. Mi amigo y compañero Jaime, ilustre nadador, me aconsejó hacer unos largos solo de piernas con tabla. Dicho y hecho. Allí estaba yo con mi gorrito, mis gafas y …mi tabla. Me tiro al agua. Me pongo en posición. Me impulso en la pared y … comienzo a “dar pies”. Tres o cuatro minutos después estaba exactamente en el mismo sitio que había alcanzado tras el impulso inicial. Más o menos a la altura de la escalera. Nuevo intento, mismo resultado. Una vez más (porque aún con gorrito, soy cabezón) y … mismo resultado. Tabla volando por los aires fuera de la piscina.

Nadar solo con los brazos haciendo el paripé con las piernas trae como consecuencia que mi avance es … escaso. Quizá he sido demasiado optimista y sería mejor calificarlo de … muy escaso. No vamos a entrar en detalles, pero para que os hagáis una idea, Phelps me sacaría unos 75 metros en una carrera de 100. También es cierto que algún ratito más que yo ha entrenado para ganar esas veintidós medallas olímpicas que tiene. En cualquier caso no me queda más remedio que trabajar la técnica.


Otro asunto a depurar es la salida. Vamos, tirarme de cabeza. En mi primer intento me estuvo doliendo un buen rato. Me refiero a la cabeza. El pecho, color rojo pasión, me escoció solo unos minutos. El caso es que dejé paralizado a casi todo el personal. Imagino que estaban pendientes para ver si lo intentaba de nuevo y … no perdérselo. La próxima vez probaré cuando haya poca gente.

Mi amigo Jaime me ha aconsejado también que trabaje el giro al llegar a la pared. “Te das la voltereta y sales por dónde has venido” Qué fácil ¿verdad? Qué sencillez en el planteamiento. Qué imagen más bien trasmitida. Qué plasticidad. Ya me lo estoy imaginando. Pues vamos allá. Nado en dirección a la pared, cojo aire y … voltereta… ¿Dónde está “arriba”? Me doy de bruces con la pared. Se me mete todo el agua por la nariz. Ni siquiera tengo opción de tocar la pared con los pies porque ni sé donde la he dejado. Estupendamente. Mejor lo dejo para otro día.

Tampoco todo es “negatifo”. Hay algo “positifo”.

 Y es que, al menos, soy capaz de nadar un kilómetro seguido. Eso sí. Guando salgo del gagua gomienzo a estognudag y a moqueag gomo si me hubiega gogido un gatarro. Me puedo pasag un pag de días gangoso y con un gañuelo gegado a la mano y a la nagiz.

“Sangtosielo”… gué duga es la gatación.

sábado, 1 de septiembre de 2012

EL LEGADO



Orgullo. Si tuviera que resumir el sentimiento de los británicos tras los Juegos, orgullo sería la palabra. No solamente por el éxito deportivo alcanzado sino también por la organización de los Juegos en sí.
Londres celebró sus terceros Juegos Olímpicos de la era moderna, después de las ediciones de 1908 y de 1948. Ninguna ciudad del planeta ha recibido semejante honor. Y los británicos supieron sacarle partido. Sir Sebastian Coe, en la ceremonia de clausura no hizo sino expresar el sentimiento unánime de todo un país: el mundo nos confió la celebración de los Juegos 2012 y nosotros le ofrecimos lo mejor de nosotros. Algo así como un “somos los mejores y lo hemos demostrado” o incluso… “ellos sabían que nosotros somos los mejores y otra vez se lo hemos demostrado”.
Un par de frases del propio discurso:
“encendimos la llama y alumbramos el mundo”
“por tercera vez en su historia el movimiento olímpico depositó su confianza en Londres y por tercera vez hemos demostrado ser  ampliamente merecedores de esa confianza”.
A nivel deportivo se situaron en el tercer lugar del medallero, detrás de los inalcanzables EEUU y China, pero por delante de otras potencias deportivas como Rusia o Alemania.
El éxito ha encumbrado al Olimpo a un puñado de deportistas que son adorados por todo el país:
Bradley Wiggins, después de su victoria en el Tour de Francia alcanzó su séptima medalla en unos Juegos Olímpicos (bronce en Sidney 2000, oro, plata y bronce en Atenas 2004, dos oros en Pekin 2008 y un nuevo oro en Londres 2012).
Chris Hoy, otro ciclista de pista, que sumó dos nuevos oros a sus cuatro anteriores.
Jessica Ennis, medalla de oro en heptatlón.
Mo Farah, medalla de oro en 5.000 y 10.000 derrotando a etíopes y keniatas ante el delirio de su público.
Ben Ainslie, primer regatista en alcanzar cinco medallas en cinco Juegos Olímpicos diferentes, una plata en Atlanta 1996 y cuatro oros seguidos en los siguientes.
Andy Murray, siempre a la estela de los tres mejores tenistas de la década, Nadal, Federer y Djocovic, consiguió ganar en el momento oportuno en el lugar oportuno: Wimbledon la final de los Juegos.
Alistair Brownlee, su oro en triatlón junto al bronce de su hermano Jonathan fue un acontecimiento de primera página varios días.
Victoria Pendleton, un oro y una plata más a sumar a su palmarés de ciclista en pista. Tal vez la deportista más querida del Reino Unido.
Ellos, el resto de medallistas y el conjunto de deportistas que representaron al país, constituyen ahora parte de lo que medios de comunicación y políticos se refirieron, constante y machaconamente,  durante los Juegos Olímpicos, como el legado. “El espíritu de estos Juegos inspirará a una generación”, dijo Coe. El Estado invirtió mucho dinero en los deportistas y estos respondieron, pero ¿cómo rentabilizar ahora esa inversión? Gracias al éxito alcanzado, el gobierno británico pretende impulsar el deporte como una actividad escolar básica, potenciando especialmente aquellos deportes de equipo en los que El Reino Unido no brilló. Su plan pasa por atraer dinero privado al deporte ante la demostración palpable de su rentabilidad dado el enorme interés mediático suscitado y así poder mantener el nivel alcanzado en los próximos Juegos de Rio 2016. Reino Unido está tan en crisis como otros muchos países, con una enorme deuda pública, una tasa de paro creciente y una economía en recesión. El Estado no puede mantener el nivel de inversión en deporte, pero “ha arrancado” la maquinaria y han demostrado saber hacerlo, porque ha funcionado. Tienen el mayor interés en promover la actividad deportiva a todos los niveles, potenciando los clubes y fomentando las competiciones.
Los próximos años veremos competir a muchos de sus deportistas olímpicos  más jóvenes en grandes campeonatos. Su éxito será que estos se acompañen de una nueva generación tan buena como la que ellos constituyen.
Están orgullosos y les sobran los motivos.

sábado, 18 de agosto de 2012

LONDRES 2012: EL ATLETISMO ESPAÑOL EN LOS JUEGOS.




Pero … ¿alguien esperaba de verdad algo mejor? El Atletismo Español lleva años estancado. Basta mirar las tablas de marcas por temporada o el ranking nacional de todos los tiempos para darse cuenta de esto. Apenas hay un puñado de atletas que, cada año, logran incrustarse entre las veinte mejores marcas españolas en cada especialidad. Y en algunas ni eso. Nuestros records se hacen más y más longevos y, en algunos casos no se ve asomo de cambio.

Así es muy difícil plantarse en unos Juegos Olímpicos pensando en hacer un buen papel.

¿Quién es el culpable de esta situación? Parece que todas las miradas se vuelven contra Odriozola, el presidente de la RFEA. Bien, no cabe duda que él, como máximo responsable es uno de los culpables. Pero no el único.

Vamos por partes:

Los atletas. Fermín Cacho, que algo sabe de esto, afirma que ahora los atletas entrenan menos de lo que lo hacía él. Pues mal vamos. Leí una entrevista con una de las medallistas británicas en las que afirmaba que había estado cuatro años entrenando sin acudir, siquiera, a los cumpleaños de sus sobrinos. Todo el tiempo lo dedicó a entrenar y a cuidarse. Todos los días durante cuatro años. Al final ganó una medalla de oro. Está claro que si unos lo hacen y otros no, la ventaja la tienen quienes más trabajan. Y cada vez hay más países que pueden permitirse el lujo de cuidar a sus deportistas y enviarles a entrenar a los mejores sitios con los mejores entrenadores. Estoy seguro que todos lo querían hacer bien en Londres, pero tal vez eso ya no sea suficiente.

Los entrenadores. Si los atletas entrenan menos tal vez sea porque los entrenadores les exigen menos. A lo mejor los entrenadores no tienen la dedicación exclusiva que deberían tener y no pueden dedicar el tiempo necesario a sus atletas. 

La Federación. Volvamos al caso británico, ejemplo de éxito rotundo. Los deportistas llamados a ser olímpicos han sido objeto de un seguimiento exhaustivo por parte de los comités técnicos de cada federación. Han tenido todo lo que han necesitado para alcanzar el éxito: las mejores instalaciones, los elementos materiales más vanguardistas, si se lesionaban, ponían a su disposición todos los medios necesarios para la más rápida y segura recuperación, han controlado sus necesidades de vivienda, sus gastos, la intervención de psicólogos para una mejor preparación … en definitiva, todo. Evidentemente esto cuesta dinero. Probablemente mucho dinero, pero tal vez en estos detalles está la décima o el centímetro que separa una medalla de no llegar a la final. Tal vez la Federación deba replantearse qué está haciendo y cómo lo está haciendo. Tal vez las personas que están ahí ya no sean las idóneas. Tal vez haga falta ilusión e ideas nuevas. Y… no puede ser cierto, como dice Odriozola en sus recientes declaraciones a MARCA, que o él (y su equipo) o el caos. No se puede ser tan pretencioso. Igual que él reemplazó con éxito a Juan Manuel de Hoz, otro vendrá que supere la gestión de los actuales. Un poco más de modestia no vendría mal.

Debate, humildad, organización, imaginación, coordinación, renovación, gestión.

El Estado. En este país no se invierte en deporte. En este blog ya he contado más de una vez que, en mi opinión, el deporte es un servicio básico como lo es la educación, la salud o la justicia y, en este país, la gestión del deporte está troceada entre Ayuntamientos, Comunidades Autónomas, Estado, Federaciones, Clubes, etc de una manera absolutamente inconexa. No se trabaja en una línea común. Se trabaja, o no, a voluntad de quien asume unas competencias. Así no se puede funcionar. Y no me refiero con esto a que haya que modificar las Leyes, que es lo que siempre se hace para que todo siga igual. No. Me refiero a crear una estructura administrativa que se encargue de gestionar del deporte, desde la base hasta el mantenimiento de la tercera edad pasando por la promoción y la competición. Desde los juegos escolares, bien organizados, con medios y personas dedicadas, para una promoción de la afición al deporte, hasta la ayuda a los clubes de barrio o de pueblo, verdadera cantera de las futuras estrellas del deporte.

Los medios de comunicación. Comienza la liga de fútbol y se acaba el resto de los deportes. Un poco de automovilismo, otro poco de motociclismo, Nadal, la NBA por aquello de los Gasol y un poquito de baloncesto. Resultados de la liga de primera, de segunda, de tercera, de regional, de aficionados, las entrevistas de siempre con las preguntas de siempre y las respuestas de siempre, los debates de si fue penalti o si es mejor este o aquel. ¿Alguien volverá a saber algo de nuestros medallistas en vela, aguas bravas o taekwondo? Quizá dentro de cuatro años, cuando volvamos a hacer cuentas de medallas antes de los Juegos de Río de Janeiro.

La sociedad. ¿Qué hacemos los ciudadanos para cambiar esto? Nada. Nada de nada.

Entonces… ¿Quiénes son los culpables?



viernes, 17 de agosto de 2012

LONDRES 2012: LAS ENTRADAS Y EL COMITÉ OLÍMPICO ESPAÑOL.


Tras el primer sorteo de entradas que se celebró para los demandantes inscritos en la web ticketlondon2012, se informó a todos los solicitantes que los comités olímpicos de los diferentes países participantes también tendrían entradas a la venta. El COE delegó en la empresa francesa ARISTEIA la venta de dichas entradas. (Se conoce que no hay empresas españolas para esto). No parece que la cosa se haya hecho muy bien cuando el propio presidente del COE ha salido a los medios informativos pidiendo disculpas por lo sucedido. Y ¿qué es lo sucedido? Pues no es fácil saberlo con certeza pero tampoco es difícil imaginarlo. Lo primero, que no sea fácil saberlo, es habitual por estas tierras, donde la falta de transparencia en estas cuestiones es lo habitual. Lo segundo es consecuencia de lo primero y de ver quien entra a los estadios y quien no.

En Londres muchos países pusieron a disposición de los visitantes nacionales una sede como punto de encuentro (La Casa de Alemania, La Casa de Francia, etc) España no. La mayor parte de los españoles que buscábamos una última posibilidad de conseguir alguna entrada acudimos (por consejo de la propia organización en sus puntos de información) al hotel donde se hospedaba la delegación española. Allí, una especie de gorila muy alejado de la tradicional cortesía anglosajona te dejaba pasar o no según cómo plantearas la intención de tu gestión. Una vez dentro podías encontrarte algunos deportistas, algunos de los no deportistas que también participan en los juegos (entrenadores, técnicos, fisioterapeutas, jueces etc) y también algunos de los “qué-hace-este-aquí”. Y junto a ellos unos cuantos empleados de ARISTEIA sobrados de chulería que te despachaban con tan poco interés como desprecio.

¿Dónde estaban las entradas Del COE? ¿Quién pudo adquirirlas? ¿Por qué el COE permitió a ARISTEIA vender paquetes de entradas con viaje y hotel desde el primer momento a precios inasequibles para la mayoría sin poner a la venta previamente las entradas sueltas? ¿Cuántos y quienes viajaron a Londres a cargo del dinero público?

Tal vez el presidente del COE debiera responder a estas preguntas en lugar de pedir perdón. De nada vale a estas alturas lamentar la situación y reconocer que se hicieron mal las cosas. Un poco de transparencia y de aire limpio no vendría mal. Y si no es así, que no se quejen si a los ciudadanos nos parece que todo esto desprende un apestoso tufo a chanchullo, alcantarilla y mafia. Es lo que nos queda.



jueves, 16 de agosto de 2012

LONDRES 2012: LAS ENTRADAS.




Estamos de vuelta de Londres.
Nueve días que han dado para mucho, a pesar de nuestras expectativas de  ver más competiciones, al final ha resultado lo que nos temíamos: no había entradas.
Los Juegos de Londres han sido un éxito rotundo de público. Todas las entradas puestas a la venta para todas las sedes y para todos los deportes se han vendido. Cierto es que se han visto huecos en las gradas, pero todas esas entradas pertenecían a los patrocinadores de los Juegos (BP, Panasonic, Coca-Cola, Visa, McDonald…).
Tal es así que muchos cientos de miles de londinenses se han quedado sin poder entrar al Olympic Park y eso les ha dolido muchísimo. Varios motivos lo explican, tal como me hizo ver un amable galés, oficial de policía, con el que estuve viendo la competición de los 20 Km marcha femeninos (en la calle, evidentemente): ellos han sufrido todas las molestias de las obras, los cortes de calles, la alteración de los servicios públicos, etc. Ellos, de una u otra manera, corren con una parte de los gastos de organización a través de la financiación estatal y sufrirán las perdidas si es que existen, cuando hagan cuantas. Ellos han formado parte de ese espíritu colectivo de superación abanderado por sus deportistas en el más rotundo éxito en unos Juegos Olímpicos pero no han podido contemplarlo en directo.
Lo triste he sido ver esos centenares de entradas desperdiciadas sin que se haya buscado una solución a tiempo. Lo que está claro es que los comentarios que surgieron los primeros días de que las competiciones estaban celebrándose con escaso público eran muy poco ciertos, al igual que los relativos a que el centro de la ciudad estaba vacío. De vacío… nada de nada. Londres estaba como siempre: un hervidero de gente, coches, autobuses, bicis y taxis.
Al margen de las cuestiones deportivas y de Sir Sebastian Coe, otro gran triunfador del evento, el papel de los voluntarios ha sido extraordinario. La organización contó con 70.000 personas repartidas por toda la ciudad para el apoyo e información a los visitantes, un trabajo que se vio recompensado por el reconocimiento público en la ceremonia de clausura y que tendrá continuación a finales de septiembre cuando la ciudad de Londres organice una gran parada con todos sus deportistas olímpicos  recorriendo la ciudad. 

miércoles, 8 de agosto de 2012

LONDRES 2012: DE FIESTA



Ha sido un día muy duro. Londres, de por sí, es una ciudad agotadora. Con unos Juegos Olímpicos es un “raid” durísimo. De hecho, estar escribiendo estas pobres líneas con la cama detrás es una prueba de fuego.

De salida nos fuimos al Hyde Park a ver la prueba de triatlón. Desafortunadamente otros cuantos centenares de miles de espectadores tuvieron la misma idea, de manera que el normalmente apacible parque, estaba completamente lleno. Hasta el punto fue así, que solo pudimos ver a los triatletas en la carrera en una pequeña ladera, rodeados de entregados británicos que rugían al paso de sus ídolos, los hermanos Brownlee.  Gomez Noya hizo una fantástica carrera para alzarse con un más que merecido segundo puesto.

Nosotros decidimos “tunearnos” y desde ese momento nos convertimos en un espectáculo para los británicos. Nuestras pelucas, gorros, camisetas y banderas nos hicieron protagonistas de decenas de fotos (no exagero) con ingleses, estadounidenses, españoles, taiwaneses, holandeses y un montón de espontáneos que quisieron fotografiarse con los “supporters” españoles. El podium con dos britanicos y un español les hizo compartir su entusiasmo con nosotros.

Vista la experiencia, decidimos mantener la estética un rato más y nos fuimos de paseo por el barrio de Kensington. La gente nos seguía saludando y felicitándonos por las medallas conseguidas. Entendimos en ese momento que alguna otra más había caído por mar. Y un oro nada menos.

La “casa de España”, sede del Comité Olimpico Español en Londres merece un capítulo aparte. Ya os contaré … poco bueno. Precisamente allí me encontré con dos de mis más queridos amigos del pleistoceno atlético: Lalo y Candi. Fue un rato fantástico.

En el camino de vuelta la gente nos pregunta sobre el equipo español, un poco extrañados del escaso éxito que estamos teniendo en estos Juegos Olímpicos. Aprovecho para soltarles uno de mis discursos favoritos sobre el daño que está haciendo el futbol al resto del deporte español. En otro momento lo dejaré en el blog para el debate.

Mañana vamos a entrar en el Olympic Park a vivir más experiencias. De momento esto está resultando tan divertido como agotador, así que … no me resisto más. Me voy a la cama.

martes, 7 de agosto de 2012

EL BLOG ESTÁ EN LONDRES



Diecinueve horas después de levantarnos en Ávila, por fin estamos en el hotel a punto de tomar la posición horizontal. Efectivamente estamos en Londres.

Hoy hemos entrado en contacto con la realidad olímpica. Recién llegados, nos hemos ido al hotel y desde allí directamente al Olympic Park a ver si podíamos enterarnos de qué va esto de las entradas y a vivir el ambientillo. Lo primero que hemos podido comprobar es que estamos en el peor sitio para saber lo que está pasando en las diferentes sedes deportivas.

Lo segundo es que NO HAY ENTRADAS. Por aquí todo el mundo anda desesperado a ver si puede pillar algo y definitivamente está todo vendido. Nos hemos encontrado con gente de México que anda buscando cualquier entrada de lo que sea, argentinos,  españoles … así podemos extenderlo al resto del planeta.

La tercera cuestión es que si no tienes entradas no puedes acceder al parque olímpico. No puedes ni siquiera intentarlo. Cada ochenta y cinco centímetros hay un voluntario, un policía, un tipo con un chaleco naranja, amarillo o morado o un militar con todo el armamento de Rambo encima. “No ticket no entry”. Así  de claro. Y además “please, ponte en otro lao que aquí molestas”

Otra cosa más. De cada dos personas que pululan por los alrededores del anillo olímpico, una lleva colgada del cuello una acreditación. Al margen de los deportistas, hay entrenadores, técnicos, jueces, mecánicos, periodistas, directivos o el cocinero de la expedición, pero aquí hay mucha gente que ha venido por la patilla.

Y  por último, Londres está hasta arriba. Por si alguien dice que la ciudad está vacía… esto está “petao”. Y Bolt … por todas partes

domingo, 5 de agosto de 2012

LONDRES 2012: LLEVAMOS LA MITAD DE LOS JUEGOS








Hoy es domingo y se ha celebrado la primera mitad de los Juegos Olímpicos. Como siempre, tanto en los medios de comunicación como en la opinión pública en general, el éxito solo tiene una unidad de medida: las medallas. España no está consiguiendo buenos resultados. El pronóstico de estar entre 17 y 19 medallas, mayoritario antes de comenzar la competición, está cada vez más lejos de alcanzarse. ¿Fracaso? Tiempo habrá de analizar la situación del deporte español. Es verdad que pintamos poco, pero todavía quedan posibilidades de subir al pódium. Por lo pronto no seamos tan tremendistas y no nos dejemos llevar por ese espíritu nuestro tan bien reflejado por Forges en su viñeta. De momento quedémonos con estas reflexiones: no es fácil llegar, todo los que están compitiendo están preparados para dar el máximo y solo hay tres medallas a repartir. La “aldea global” también ha llegado al deporte. Muchos deportistas que representan a cualquiera de los países que nos parecen del tercer mundo se preparan con los mejores medios y técnicos en Universidades americanas... a la búsqueda de un sueño: alcanzar una medalla olímpica.

jueves, 2 de agosto de 2012

SOBRE EL CASO MULLERA

Fotografía de as.com
En el deporte no debería haber espacio para los tramposos. Vaya por delante esa opinión que, desde mi punto de vista, debería ser un principio fundamental. Si estuviéramos en la Edad Media y a un caballero se le ocurriera combatir en una justa con ventaja, directamente le separarían la cabeza del cuerpo mediante un corte limpio de cirugía instantánea. Pero desde la Edad Media hasta hoy han pasado unos cuantos siglos en los que la Humanidad nos hemos ido civilizando (más o menos; hay días que lo pongo en duda) mediante normas y leyes. Bien es verdad que ni unas ni otras son respetadas en muchos casos, pero eso nos llevaría a una de las innumerables tertulias con las que la mitad de los españoles explican a la otra mitad su punto de vista sobre “la cosa” y eso, no es de este blog.

Viene al caso lo de las normas por la intención del COE de no permitir a Mullera su participación en los Juegos de Londres 2012 por un turbio asunto de correos electrónicos entre él y una supuesta red de dopaje publicados por el diario deportivo As.

Y viene al caso porque supuestamente, existen unas normas antidopaje basadas en unos controles a los que se someten los deportistas. Si los controles se superan, el deportista es apto para la competición. Y si no los supera se le aparta y se le sanciona. Así de simple. Toda especulación sobre supuestos casos de dopaje no hace sino causar un enorme daño al deporte. Este caso viene a echar otro puñado de sal a una herida no cerrada desde la operación Puerto. Por mucho que nuestros dirigentes hablen de la lucha antidopaje y la “tolerancia cero”, lo dicen sin el respaldo de los hechos. Si los casos no se cierran en los juzgados (o se cierran en falso), es muy difícil que nos tomen en serio en asuntos relativos al dopaje. Ahora el COE pretende demostrar esa lucha contra el dopaje en las carnes de un atleta mediante una información de un diario. ¿Es suficiente? A todas luces parece que no. Si existe alguna sospecha sobre este atleta, o sobre cualquier otro, la única actuación posible es “coserle” a controles de todo tipo. Mañana, tarde y noche. Día tras día. Si da positivo se le sanciona. Si no da positivo se le debe dejar competir. En caso contrario, los deportistas estarán sometidos al capricho de los medios de comunicación que podrán decidir sobre quien airear informaciones o difundir sospechas.

Mullera y solo él sabe la verdad. Ahora le corresponde a él demostrar que está limpio, si es cierto todo lo que dice. Que lo está ahora, que lo ha estado y que lo estará. Y si no es así …apaga y vámonos, nos sacarán guiñoles hasta en Armenia.


viernes, 27 de julio de 2012

RECONQUISTA

Imagen de Google Earth
Miro el reloj y dejo atrás los terrenos del Colegio de Huérfanos, o de la UNED, o de la Universidad Católica… El paso del tiempo le va dando diferentes nombres a un mismo sitio. Enfilo por el carril bici la bajada hacia el embalse de Fuentes Claras. Son poco menos de las siete de la mañana. Alcanzo la carretera que bordea un tramo de la presa, recordando mis pasos por este recorrido tantas veces realizado,… aquí me picó la avispa, aquí estaba la culebra atropellada, aquí la corona de flores en memoria de los que cayeron al embalse, un poco más allá hay hinojo y algo más lejos es donde saltó aquél sapo gigante. Este es el kilómetro 1 y a esta pequeña ensenada bajaban a por agua cuando hicieron la autovía. En esta curva aparcaba un hombre que vivía en su furgoneta y pasaba aquí las noches. ¿Qué habrá sido de él?

Voy recorriendo un camino que hace muchos meses no piso. En realidad me imagino reconquistándolo. Tomando posesión de nuevo de aquello que me pertenece a estas horas en las que apenas encuentro algún jubilado madrugador paseando con su perro. Más tarde se llenará de pescadores, de paseantes, ciclistas y corredores. A estas horas es mi camino. De aquí y allí saltan y huyen los conejos que todos los veranos colonizan los taludes de la presa y los caminos. Decenas de ellos que se cruzan de lado a lado. Alguna vez me entretuve contándolos, hasta que pensé que, tal vez, jugaban al despiste conmigo y asomaban varias veces la cabeza para confundirme. Ellos son los únicos que rompen el silencio a estas horas. Un fugaz siseo entre las hierbas. Ellos y el tren de Salamanca que cruza el embalse por el puente de piedra. Llego al aparcamiento donde termina el asfalto y entro en el camino de tierra. Por aquí solía levantar el vuelo la garza real. Hoy no está. Algún árbol más se ha secado. Si hubieran cuidado todos los que plantaron hace años este camino sería un frondoso paseo de plátanos y olmos. Apenas queda una decena. El agua ha hecho más profundas sus huellas sobre el camino. Las cuestas me parecen más empinadas y el olor de la depuradora me recuerda el inconfundible aroma con el que el viento juega a convertir en irrespirable alguna parte del recorrido. El puente de madera, el pozo de las tormentas, un pequeño incendio en el soto de fresnos junto al río. La alcantarilla del colector que se desborda en los días de fuertes lluvias y cuya tapa se levanta arrojando al exterior las vergüenzas que deberían viajar ocultas a la depuradora. Las ocas del Molino de la Losa. El arbolillo que marca el kilómetro 5...Está todo en su sitio. Todo en orden. Doy la vuelta y regreso después de reconocer el territorio.