miércoles, 25 de abril de 2012

MARATHÓN POPULAR DE MADRID 1978-2012


Ayer estuve hablando con mi amigo Paco. El domingo corrió en Madrid, nada menos que el marathón. Me contó su carrera y todas las historias de alrededor. Su marca, sus tiempos de paso, sus dolores, la feria del corredor, la comida de la pasta, y tantos otros detalles que hacen que una carrera sea más que solo una carrera.
El marathón del pasado domingo fue el trigésimo quinto Marathón Popular de Madrid, ahora llamado Rock ando Roll Marathón. Seguro que el dinero tiene algo más que ver que la música en todo esto. En fin. 
Según se marchó Paco, me quedé enganchado a mi memoria y, no puedo ocultarlo, sintiéndome un dinosaurio.
Yo estuve en el primer marathón de Madrid.
Ya lo conté en el blog. Pero no me resisto a "subirlo" aquí de nuevo.








MI PRIMER MARATHON. EL PRIMER MARATHON DE MADRID.

Foto: mi dorsal del primer marathon de Madrid

El 21 de Mayo de 1978 yo tenía 15 años y siete meses recién cumplidos y por consiguiente era todo un ignorante.
No llevaba más de un año practicando atletismo y de una forma un tanto irregular, pero ni mis amigos ni yo tuvimos dudas: no podíamos faltar en todo un acontecimiento atlético: el primer Marathon Popular de Madrid.
A lo largo de las últimas semanas se había publicado en la prensa la organización de la prueba y Samuel, ávido lector del Marca, nos tenía puntualmente informados de los acontecimientos que se sucedían. Así que, el miércoles anterior a la carrera decidimos hacer “un test” y nos fuimos a dar una vuelta corriendo por Madrid: desde el polideportivo de la Concepción, Parque de las Avenidas, Francisco Silvela, Castellana, el Bernabeu, Plaza de Castilla y volver. No sé cuantos kilómetros recorrimos, pero decidimos que era suficiente. Si habíamos sobrevivido al entrenamiento seríamos capaces de afrontar con garantías el marathón … cuatro días después. El jueves nos fuimos a la calle Salitre 43, donde se formalizaban las inscripciones y después de esperar una cola infinita que daba la vuelta por varias calles del barrio, conseguimos el anhelado dorsal.
El domingo, a las 8:30 de la mañana, el Paseo de Coches del Retiro estaba abarrotado de corredores. Yo no recuerdo los detalles de aquella salida porque además no soy del todo capaz de separarlos de los de los años siguientes, pero lo que si me atrevo a asegurar es que la inquietud, la emoción y el espíritu de aventura se mezclaban con el enorme desconocimiento que teníamos los más de 7.500 corredores que estábamos pendientes del disparo de salida de lo que iba a ocurrir en las próximas horas. De todos nosotros no había más de un par de docenas de maratonianos con experiencia, del resto, miles y miles no habían disputado nunca una carrera.
Prueba de ello es uno de los recuerdos más claros que tengo: subiendo por la Calle Alcalá escuchaba, entre jadeos, el golpeteo de unas pisadas a mi espalda, al poco rato me adelantó un corredor calzando botas de futbol, ¡con sus tacos incluidos!.
Mi padre siempre me recuerda la sorpresa que se llevó cuando nos vio pasar a mis tres amigos y compañeros de aventura, Samuel, Francisco y Miguel y a mí por la Plaza Mayor a muy poca distancia de los primeros de la prueba… en realidad quedaba casi todo el marathon por delante, ya que aquello no sería más que el kilómetro 5.
Y de entre todo el recorrido que quedaba, ahí estaba el calvario de la M-30: una infinita cinta de asfalto gris, sin un solo árbol, un territorio desierto de público, hostil por el tráfico que circulaba ajeno a la prueba y estratégicamente situado en lo que luego conocimos como el “muro”, palabra mítica entre los corredores de marathón y que en aquella carrera se hizo palpable y evidente para casi todos nosotros: allí donde te quedas sin fuerzas, vacío. Como ese explorador del desierto que, en las películas, claudica y se arroja de bruces a la arena hasta que el director dice “corten”. Solo que aquí no había tal película ni director que te sacase de la pesadilla y ¿Qué podías hacer en mitad de la M-30 sino andar hacia delante en busca de la civilización? Pues eso: andar. Yo llegué a la meta. Mis amigos también. Éramos atletas. Éramos orgullosos. Pero estuve una semana bajando las escaleras de mi casa “arrastraculo” y casi un mes con un dolor en cada músculo de mi cuerpo, incluidos los faciales.
También alcanzo a rememorar la enorme generosidad de los madrileños: además del avituallamiento oficial, decenas de personas se apostaron en la calle con fruta, agua o un puñado de “sugus”. Aquél maratón fue el bautizo para todos: organización, corredores, espectadores, conductores…, en cierto modo, quienes participamos fuimos pioneros.

En alguna ocasión me he preguntado cuanta parte de mis lesiones han tenido su origen en correr estos maratones de juventud (casi diría de infancia). No lo sé y tampoco me importa mucho. Ya no puedo remediarlo. Pero me alegro que los tiempos hayan cambiado: se ha evolucionado enormemente en el mundo del atletismo y por tanto, también en el de las carreras populares.

viernes, 20 de abril de 2012

UNA PARTE DE LA HISTORIA DEL ATLETISMO





El atletismo siempre ha tenido momentos épicos, corredores míticos y duelos históricos. Desde sus inicios hasta la época  actual han existido acontecimientos y atletas que quedarán para siempre en el recuerdo de quienes lo vivieron y que pasarán a la posteridad a través de los libros o de las imágenes.

Duelo histórico con corredores convertidos en mito en un momento épico se puede considerar la final de los 1500 metros en la olimpiada de Los Ángeles.
 Por aquella época el continente africano no había explotado su enorme potencial atlético, de manera que la carrera no era como las de ahora, esto es, un duelo entre africanos con algún representante blanco, más bien eran todo lo contrario: de entre los doce corredores presentes en la línea de salida solo había un keniata, Chesire y un sudanes, Khalifa y, en cambio, siete europeos: tres británicos, Coe, Owett y Cram, dos españoles, José Manuel Abascal y Andrés Vera, un suizo, Wirtz y un italiano, Materazzi; dos estadounidenses Spivey y Scott y un neozelandes, Rogers.

El duelo que mantenían los británicos Coe y Owett se prolongaba a lo largo de años y en todos los campeonatos. Por aquél entonces representaban dos formas distintas de correr y de entender el atletismo y cualquier espectador no dudaba en tomar partido por uno u otro, tal era la diferencia existente entre ambos caracteres. Vaya por delante que yo era de Owett.
A ellos se sumó una tercera figura, Steve Cram, vigente campeón del mundo al haber vencido en el primer campeonato celebrado en 1983 en Helsinki. Nunca el mediofondo británico volvería a dominar de tal manera el panorama mundial de la especialidad.
La final de Los Angeles de 1500 venía precedida por la derrota de Coe en 800metros detrás del brasileño Cruz y el fracaso de Owett que solo pudo ser séptimo.

Cuatro años antes, en Moscú Owett había ganado el oro en 800 metros y Coe lo había hecho en 1500 metros, justo al contrario de lo previsto.
 En sus múltiples enfrentamientos a lo largo de las temporadas entre ambas citas olímpicas se habían repartido los triunfos.

Y aquella tarde volvían a la carga …




(Y ahora disfrutad del video. Basta con ver la carrera, escasamente tres minutos y medio ... el resto son entrevistas y repeticiones)























Ganó Coe por delante de Cram y Abascal. Owett se retiró en camilla. Duro golpe para sus seguidores que esperábamos un resultado como el de Moscú, un reparto de medallas que prolongase   el duelo.

Abascal consiguió la segunda medalla olímpica del atletismo español detrás de la plata de Jordi Llopart en 50 km marcha de Moscú 80 y la primera que se alcanzaba en una pista de atletismo.

De aquellas olimpiadas quedaron otros cuantos hechos históricos como fueron las cuatro medallas de oro de Carl Lewis en 100 m, 200 m. 4x100 m y salto de longitud emulando a su compatriota Jesse Owens o la victoria de Nawal El Moutawakel en la final de 400m vallas femeninos, consiguiendo la primera medalla olímpica de una mujer procedente de un país islámico y la primera atleta marroquí –sin distinción de sexo- en obtener un oro.




domingo, 15 de abril de 2012

XII CARRERA POPULAR DEL RESUCITADO.


¡Vaya manopla de agua que les cayó a los corredores! Se pasó toda la mañana tonteando el tiempo, mostrando su cara más amable con un sol radiante y la más antipática con cortas aunque intensas granizadas. Pero lo peor lo reservó para la hora de la salida de la carrera. El cielo se cubrió de nubes negras y unos minutos antes del cohete que marca el inicio de la prueba, se puso a llover, incluso a medio nevar. Para que no faltara nada, el agua se hizo acompañar por fuertes rachas de viento y un intenso frio. Un panorama, vamos.
Aún así hubo en torno a un centenar de valientes que salieron a dar las tres vueltas por el circuito de mi barrio. Roberto Jiménez y Borja Herranz ponto se destacaron y, al igual que el resto, combatieron contra los elementos más que entre sí. Al final Roberto ganó por su mejor final. Por detrás Luis Miguel Sanchez, José María Diez, Eduardo Moreno, Olivares, Oscar, Vicente, Zipi, Juan Carlos… empapados, con el dorsal desecho en jirones de papel y con cara de frio. Allí estuvieron también Ángel, Rodrigo y José Miguel , tres “cachorros” de la Escuela de Atletismo corriendo con los mayores. Se les hizo larga y dura la carrera. Ángel mantuvo el honor de la familia. 
Hice unas cuantas fotos, pero como gente de buen corazón que sois, me vais a disculpar que no las cuelgue. ¡Qué desastre!. Entre la mochila de Ángel, su abrigo, el paraguas, la cámara, las manos heladas, el viento y mi falta de pericia… no puedo rescatar más allá de una docena de ellas y no sé si merece la pena.  Esta semana buscaré un ratito para verlas y separar las que valgan. 

viernes, 6 de abril de 2012

UNA HISTORIA DE TEST


Marathón de Viena 1999

... (Hace mucho que no cuento batallitas del pasado)...
Esta mañana, según iba en la bici, me he acordado de los test que hacía antes de cada marathón. Por regla general, mis entrenamientos para marathón comenzaban 10 semanas antes de la competición. A partir de ese momento comenzaba a alargar un poco los rodajes, pero sobre todo, modificaba el entrenamiento de los domingos, que consistían en un test, cuando no había carrera. La pauta era una secuencia preestablecida de manera que el domingo anterior al marathón hacía un test de 5 km, dos semanas antes  de 10 km y tres semanas antes 20 km y de ahí para atrás alternaba 10 km, 15 km y 20 km. Siempre los hacía en el mismo sitio, así podía comparar cómo estaba unos años respecto a otros. Los hacía solo, principalmente porque era la época en la que los domingos me levantaba muy temprano para poder entrenar y estar de vuelta en casa pronto. Unas veces en Ávila, en mi circuito de entrenamiento de toda la vida y otras en Madrid, en el Retiro. Ahora veo los tiempos y me parece increíble haber corrido tan rápido.

Por cierto que, vistos los test y los tiempos que hice después en las carreras, se llega a la misma conclusión que a la que llegamos todos los que hemos practicado el noble deporte de la tortura maratoniana: los 42 km son otra cosa. No vale solo con entrenar. Ese día, el día de la competición tienes que tener tu día. Según sales lo notas en tus piernas, en tu cuerpo. “Hoy voy” o “hoy no voy” y, si no vas, tocará sufrir en mayor o menor medida.

Estas semanas atrás Chema Martínez y Lamdasem, entre otros atletas españoles, intentaron hacer la mínima para acudir a los Juegos Olímpicos. Meses de entrenamiento, de sacrificio y de mucho esfuerzo y el día de la carrera las cosas no salen como estaba previsto. En su caso se jugaban mucho porque ya hay otros atletas que han conseguido la mínima. Ambos afirman que estaban mejor que nunca. Sin duda sería así, pero el marathón tiene sus reglas y una de ellas es que el día de la prueba todo tiene que salir perfecto.

En los resultados de mis test, las mejores marcas corresponden al año 1999, en cuya primavera fuimos a Viena a correr el marathón. Tres marcas por debajo de 38 minutos en el exigente circuito del Retiro en 10 km y otras dos por debajo de 1h 19’ en 20 km en el mismo, me hacían pensar que correría mi mejor carrera sobre la distancia. Nunca he sido un maratoniano, a pesar de haber terminado 19 carreras sobre la distancia. Siempre me ha quedado larga la prueba  y siempre he sufrido. En especial han sufrido mis rodillas. Pero antes de ir a Viena pensé que, por fin, me saldría una marca acorde con las que tenía en 10 km o media marathón.

Y sin embargo, las cosas no resultaron. El día anterior a coger el avión tenía unas anginas de caballo y 40º de fiebre. El médico me sugirió no correr, pero debió ver la cara que le puse y sin mediar más comentarios me recetó la dosis más alta de penicilina que podía tolerar. El pinchazo en el culo me dolió. Pero las lágrimas que brotaron de mis ojos no eran consecuencia de ese dolor. Eran de rabia. Tanto entrenamiento, tanto esfuerzo y antes de coger el avión para correr ya sabía que no habría marca.

Fuimos. Corrí. Salí como si mi cuerpo estuviera sano y fuerte, como se dice ahora “to chulo”. En el kilómetro 20 tuve que pararme la primera vez. Llevaba 1h 20’ 30’’. Me dolía tanto la rodilla y me encontraba tan falto de fuerzas que no pensé que fuera capaz de  dar un paso más. Caminé unos metros y volví a correr. Tan solo unos centenares de metros. Me tuve que parar de nuevo. Y comenzó un calvario de 22 km. Terminé la carrera porque me negaba a retirarme. Sencillamente no había ido hasta allí para pararme en mitad de la prueba. 3h y 20’.

Doscientos minutos de rabia, de impotencia y de dolor. ¡Que poco disfruté de esa carrera!
En el garaje de mi casa que utilizo como gimnasio, tengo una foto tomada unas decenas de metros antes de la meta. Tengo un gesto de fatiga. Cualquiera que vea esa foto pensará que es la típica de un maratoniano entrando en meta después del esfuerzo. Y lo es. Lo es con una diferencia. Arrastré mi cuerpo 22 km por Viena para estar allí, bajo el arco de meta y poder tener esa foto. Cuando la veo recuerdo una frase. No sé de quién es, pero de vez en cuando me acompaña:

A veces,  entre la derrota y el éxito no media otra cosa que un titánico esfuerzo de resistencia.

lunes, 2 de abril de 2012

XXI MEDIA MARATHÓN Y I DIEZ MIL DE AVILA



Foto de la media marathón de Ávila 2012. Mi última "media".

Más carreras. Para que os organicéis el calendario de primavera os adjunto esta información del Club Puente Romanillos, organizador de las pruebas. ¡Animo! ¡A correr!

 1º. El Club Puente Romanillos / Caja de Ávila, con el patrocinio del Patronato Municipal de Deportes de Ávila, organiza el XXI Medio Maratón Ciudad de Ávila, que tendrá lugar el sábado 12 de Mayo de 2012 a las 17,30 horas, con salida y llegada a la Plaza de Santa Teresa, siendo dos horas quince minutos el tiempo máximo de la prueba.

2º Junto con la Media Maratón “Ciudad de Ávila se celebrará el I Diez Mil Ciudad de Ávila. Con salida y llegada también en la Plaza de Santa Teresa. A las 17:30 h.

3º. La cuota de inscripción para la Media Maratón será 15 € para los atletas NO federados y de 12 € para los atletas federados. La cuota de inscripción para el Diez Mil será de 15 €.

4º Estableciéndose las siguientes categorías
• Media Maratón:
HOMBRES
ABSOLUTO (nac. 92 y anteriores)
Veterano A 35 años (nac. antes del 16-5-76)
Veterano B 45 años (nac. antes del 16-5-66)
Veterano C 55 años (nac. antes del 16-5-56)
MUJERES
ABSOLUTA (nac. 92 y anteriores)
Veterana (nac. antes del 16-5-76)
• Diez Mil
HOMBRES
ABSOLUTO (nac. 92 y anteriores)
MUJERES
ABSOLUTA (nac. 92 y anteriores)

5º. Las inscripciones se pueden efectuar en los puntos de inscripción de AVILA: NYC SPORTS. C/ Duque de Alba, 15, DEPORTES ALFONSO. C/ Félix Hernández, 1, MORENO SPORT. Ps Ntra Sra Sonsoles, DEPORTES SÁNCHEZ, (88 Torreones) C/Don Jesús Jiménez, DEPORTES TIRITORU POINT SPORT, C/Burgohondo, 2 y LIBRERÍA NOTAS. Ntra Sra Sonsoles, 81,; INTERNET en la web: www.ateliertime.com.
Desde el Domingo 1 de Abril hasta el miércoles 9 de Mayo.

6º Se establece un tope de participación de 1000 atletas por riguroso orden de inscripción, para la Media Maratón y 500 atletas para el Diez Mil.

7º. La entrega de chip y dorsales que no se hayan recogido en los puntos de inscripción, se efectuará el mismo día de la prueba desde las 15:00 a 17:00 horas en el punto de salida (Plaza Santa Teresa). Es obligatoria la colocación del chip en la zapatilla, en la forma indicada por la organización.

8º. Podrán inscribirse en el Medio Maratón y Diez Mil todas aquellas personas que lo deseen, federadas o no, nacidas en 1.992 y años anteriores. En los campeonatos oficiales sólo podrán hacerlo atletas federados.

6º. TROFEOS Y PREMIOS. Regalo ó trofeo conmemorativo para todos los clasificados. La entrega de trofeos a los ganadores se realizará a partir de las 20:00 horas.
MEDIA MARATÓN
CATEGORÍA ABSOLUTA
MASCULINA
1º 600 € y TROFEO
2º 400 € y TROFEO
3º 300 € y TROFEO
4º 250 €
5º 200 €
6º 150 €
7º 100 € 
8º 50 €
9º 50 €
10º 50 € 
CATEGORÍA ABSOLUTA
FEMENINA
 1ª 600 € y TROFEO
2º 400 € y TROFEO 
3º 300 € y TROFEO 
4ª 250 €
5ª 200 €
6ª 150 €
7ª 100 €
8ª 50 €
9ª 50 €
10ª 50 €
VETERANO A VETERANO B VETERANO C VETERANAS
1º TROFEO       1º TROFEO      1º TROFEO     1ª TROFEO
2º TROFEO       2º TROFEO      2º TROFEO     2ª TROFEO
3º TROFEO       3º TROFEO      3º TROFEO     3ª TROFEO
CAMPEONATO PROVINCIAL
SENIOR MASCULINO

1ª TROFEO
2º TROFEO 
3ª TROFEO

CAMPEONATO PROVINCIAL
SENIOR FEMENINO
1º TROFEO
2ª TROFEO
3º TROFEO 
VETERANO A VETERANO B VETERANO C VETERANAS
TROFEO 1º      TROFEO 1º      TROFEO 1ª      TROFEO
DIEZ MIL
CATEGORÍA ABSOLUTA
MASCULINA

1º TROFEO
2ª TROFEO
3º TROFEO 

CATEGORÍA ABSOLUTA
FEMENINA

1º TROFEO
2ª TROFEO
3º TROFEO 

Habrá sorteo con premios entre todos los participantes tanto de la Media Maratón como del Diez Mil

Se establece un premio adicional para la Media Maratón de 150 € para el primer clasificado masculino si consigue una marca inferior al record de la prueba establecido por Godfrey Muriuki 1h.03.40 en 1997. Igualmente para la primera clasificada femenina si consigue una marca inferior a la establecida por Mónica Jepkoech Conde 1h.13.57 en 2010.
7º. Los dorsales deberán colocarse obligatoriamente en el pecho sin recortar ni doblar, debiendo ir sujetos y visibles.
8º. Se habilitarán puestos de agua cada 5 km. Aproximadamente.
9º. Se realizarán controles de dopaje por parte del Comité Antidopaje de la RFEA. El atleta que consiga premio en metálico y tenga que pasar control anti-doping no se la abonará el mismo hasta que no se obtengan las pruebas de dicho control.
10º. Todos los participantes estarán amparados por una póliza de seguros de accidente y otro de Responsabilidad Civil, excluidos los casos derivados de un padecimiento latente, imprudencia, inobservancia de las leyes, etc. También quedan excluidos los casos producidos por desplazamientos a o desde el lugar en que se desarrolla la prueba.
11º. A los efectos de la Ley Orgánica 15/1999, de Protección de Datos de Carácter Personal, y en su normativa de desarrollo, en concreto en el Real Decreto 1720/2007, de 21 de Diciembre. Los datos facilitados para la inscripción de la XX Media Maratón
Ciudad de Ávila, de los atletas no federados, se facilitaran al Seguro Contratado para cubrir los posibles accidentes que puedan surgir durante el desarrollo de la Competición.
12º. La XXI Medio Maratón Ciudad de Ávila está incluido en el Calendario Autonómico de FETACYL y en el Calendario Nacional de RFEA La prueba coincide con el Campeonato Provincial de Medio Maratón.
13º. El I Diez Mil Ciudad de Ávila está incluido en el Calendario Autonómico de FETACYL.
14º “La participación en la competición supone la aceptación del presente Reglamento.
Para todo lo no contemplado en este Reglamento, se aplicará la normativa de la I.A.A.F., Real Federación Española de Atletismo y Federación de Atletismo de Castilla y León.”