domingo, 13 de enero de 2013

QUIERO EMPEZAR A CORRER ... PERO NO SE CÓMO: LOS DÍAS SIGUIENTES



Foto: "El mundo"

Y …¿qué pasa con los siguientes días?
Saliste a correr el primero, saliste a correr el segundo y poco a poco has ido incorporando ese rato de deporte a tu rutina. Y ahora … ¿Qué? Pues ahora … muchas cosas. Lo primero que hay que tener en cuenta es que ese hábito necesita un tiempo  que estás quitando a otras actividades. Trata de buscar el momento del día en el que mejor se adapte a tu rutina habitual porque de otro modo, el “choque entre actividades” acabará por hacerte dudar y abandonar la carrera. Intenta hacer un hueco y respeta ese tiempo para correr. Igual que no puedes dejar de hacer otras cosas, llegará el momento en que correr sea una necesidad.
Otra cuestión que se plantea con frecuencia es si correr con alguien o correr solo. Como todo en la vida, cada cosa tiene sus ventajas e inconvenientes. Si corres solo vas a tu aire, sin apreturas de tiempo ni de ritmos, decides a qué hora sales, decides por donde vas, si subes o bajas o si te paras a ver el paisaje. Si corres acompañado vas más entretenido, sobre todo si das con alguien que te va contando chistes todo el camino. Sin necesidad de llegar a tanto, es divertido ir de charla, compartir historias, anécdotas, problemas…Entrenar con un grupo suele ser más eficaz desde un punto de vista meramente atlético. Por regla general el ritmo es más vivo porque siempre hay alguno que tiene “el día bueno”. Otro asunto es el de los “piques”, ya tratado en este blog y que da para muchas historias…
También es importante controlar el ansia por competir. Con relativa frecuencia, gente recién llegada se inscribe en una carrera de 10 km o incluso en una media marathón. Hasta ahí ningún problema, las carreras populares son para todos. ¡Faltaría más! El problema puede originarse cuando las expectativas que uno tiene sobre su rendimiento no se ve satisfecha por el resultado. La decepción suele ser grande. Algo así como un …”pues anda, después de tanto entrenar y ahora me sale así de mal…”. Una cosa es correr y otra es competir y, desde luego, no conviene comenzar pensando en que uno está capacitado para quedar entre los primeros. Ese privilegio lo tienen los que son muy buenos y además llevan años entrenando. Así que … prudencia y paciencia. Ya llegará el momento.
Y… ¿La ropa?. Para escribir un libro. Uno de la ropa y otro de los “archiperres” de correr. ¿Qué hace falta para correr? Unas buenas zapatillas, lo cual no es lo mismo que unas zapatillas caras. Hay muy buenas zapatillas por un precio asequible sin que se nos vaya la cabeza. El resto, la ropa, puede ser más o menos “técnica”, un concepto moderno muy empleado por las casas comerciales en el marketing de sus productos, puede ser más o menos bonita y puede ser más o menos cómoda. Pero todo vale. Un pantalón de chandall y un jersey viejo empleaba mi amigo Francisco Javier cuando yo empezaba a correr, frente a otros que empleaban ropa de marca más “pintona” y nos dejaba a todos “tiraos” en cuanto las cuestas se empinaban un poco. Una vez más … ya llegará el momento de acumular camisetas de manga corta, de manga larga, de tirantes, de competición, sudaderas, cortavientos, chubasqueros, forros polares, mallas cortas, mallas piratas, mallas largas, mallas de invierno, guantes, “bragas”, gorros, buffs, orejeras… hasta reventar el armario.
Por el momento… corre y disfruta.

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