sábado, 24 de mayo de 2014

CONTROL DE MARCAS: 5000 M.L.



Mañana, domingo día 25,a partir de las 10:00 se celebra en Ávila un control de marcas en la pista de atletismo.
Para todos aquellos que quieran, federados o no, hay un 5.000 m.l. como primera prueba de la jornada.
La inscripción se realiza allí mismo antes de la prueba.
Animaos a correr. 

martes, 6 de mayo de 2014

REXONA STREET RUN MADRID 2014



Tenía ganas de volver a correr en Madrid. Y la ocasión no se hizo esperar.
Una mañana soleada y una temperatura extraordinaria en la salida de la Rexona Street Run. Más de 2000 personas dispuestas a correr por una de las zonas más emblemáticas de la capital, el Retiro, Serrano, Colón, Puerta de Alcalá, Atocha….
Unos minutos antes de las 9:30 me coloco en la línea de salida. Ya hay mucha gente preparada y no quiero salir muy atrás. Miro a mi alrededor y … noto cómo instantáneamente me abandona el desodorante, permítaseme la figura lingüística, cualquiera que esta sea, aprovechando el patrocinador de la prueba.
Quede claro antes de nada que a mí me importa poco donde se ponga cada uno para salir.
Quede tan claro que lo voy  a repetir: allá cada uno lo que haga.
Eso si … Si te pones delante, entonces sal deprisa. Más que nada por evitar problemas: por detrás va a quedar gente que corre a 3’30’’ o 3’45’’ y tú no puedes salir el primero a 5’30’’. No puedes porque te juegas una caída, tuya o del vecino.
Esta es la situación. Delante de mi tengo un tipo con unos auriculares, desconozco si espera oír el disparo de salida o se guiará por el humo, pertrechado con una mochila de la que sale un tubito con el que, imagino, espera mantener un nivel de hidratación adecuado a lo largo de la prueba. Son 10 kilometros, no el maratón del Sahara, pienso para mi, pero también es cierto que cada uno puede hacer lo que le venga en gana y llevar a la espalda el petate de Rambo.
Un poco más allá veo a otro tipo con un forro polar puesto y pantalones largos, estamos a unos 18 ºC a las 9:30 de la mañana y no parece que vaya a ver un cambio brusco de tiempo. Casi en primera línea una mujer mayor de pelo blanco (puede ser Joan Benoit, no prejuzguemos) y un grupito de chicas con pinta de no haber corrido apenas alguna carrera. Y de pronto junto a mí se sitúa otro joven, también pertrechado con una mochila. ¿Qué llevará? Me pregunto. Es una carrera de 10 kilómetros, tal vez un bocadillo de panceta por si le asalta una pájara, una sudadera, un ahuyentador de perros… ya sabemos que en el retiro hay mucho que anda suelto… ¿Qué llevará?. Para rematar la instantánea de la salida, su amigo le palmotea la espalda… “¡Bienvenido al mundo de las carreras populares!”.
Olé.
Así que … disparo y a correr. No llevamos ni quince metros y ya estamos saltando unos por encima de otros. Alguien ha tropezado  y queda la manada entera por pasar. Empujones, manotazos, …
Tal vez el speaker, que lleva una hora diciendo lo emocionante que es esto, que quedan sucesivamente 48 minutos, 46 minutos, 45 minutos y así la cuenta atrás entera y que hace un día  maravilloso para correr, podía haber dedicado un momentito a recordar que es prudente colocarse en la salida en la zona en la que cada uno estima que puede andar según su tiempo esperado. Y a lo mejor así no pasa lo que pasa cada vez que nos juntamos unos cuantos cientos o miles a correr.  Al final cada uno tendrá su tiempo neto y no se pone en peligro a nadie. Afortunadamente el paseo de coches del Retiro es ancho y pasamos el trago de la mejor manera posible.
Corro … casi todo lo que puedo, pero noto que no me pongo a tope. Es una especie de prudencia que me impide darlo todo. No sé muy bien por qué… y tampoco me importa mucho. Otro 10.000 más en la temporada y otra vez 38’22’’. Ya al paso del kilómetro 5 veía que el tiempo no iba a ser muy distinto de lo habitual esta campaña. Lo pasé en 18’53’’, a pesar de que la primera parte de la carrera era más suave que la segunda. En cualquier caso las cuestas de Alcalá y sobre todo Alfonso XII y la subida al Ángel Caído se me hicieron muy duras.

67º de la general sobre 2035 corredores no está nada mal y 2º en categoría de +50 tampoco. Así que me vuelvo contento para casa. Tras un ligero rayo de decepción me obligo a reconocer que hace un año, hace exactamente un año, estaba caminando 4’ y corriendo 10’ para volver a ser corredor. Así … es fácil acabar satisfecho. 

sábado, 3 de mayo de 2014

EQUILIBRIO, AEQUUS LIBRA.




Llevo seis meses corriendo después de superar mi fascitis bilateral.
Olvidada en lo físico, no se puede decir lo mismo de la cabeza. Una lesión que te obliga a parar dos años del todo, no se supera así como así. Queda un poso que se manifiesta de diversas maneras y, probablemente, a cada uno de forma diferente. Y eso … ¿En qué se nota? O, mejor dicho… ¿cómo lo noto yo? Pues lo noto en el entrenamiento y en la forma de entrenar.
Hay un antes y un después en mi entrenamiento tras la fascitis. El de antes era un plan sistemático: rodajes, series, rodajes largos, más series, rodajes rápidos, cuestas, más series… para hacer entre 80 y 90 kilómetros semanales. Nada del otro mundo, tampoco.
Ahora hay rodajes mucho más cortos, cambios de ritmo y algunas, pocas, muy pocas series. Y todavía no he pasado de 45 kilómetros semanales.
Y aquí, precisamente aquí radica el quiz de la cuestión.
Mejorar los resultados en competición pasa por forzar en los entrenamientos. Y forzar es hacer series. De una manera u otra, de más o menos distancia, con mayor o menos recuperación… pero hay que hacer series. Series o algo parecido a las series. Correr deprisa. Correr a tope.
Entonces llega un momento en el que te encuentras en una encrucijada y tienes que decidir. Hay tres fuerzas que tiran de ti en distinta dirección:
por una lado lo que quieres hacer,
por otro lo que puedes hacer
y un tercero, lo que debes hacer.
Tres fuerzas que deben equilibrarse para poder seguir en activo. Tres fuerzas opuestas.
Lo que quieres hacer está claro… solo tienes que dejar volar tu cabeza y tu afán competitivo, que todos, o casi todos tenemos, y en seguida tendrás un plan de entrenamiento y de competiciones lleno de emociones fuertes e intensidad.
Lo que puedes hacer también es más o menos evidente, todos tenemos un límite, por mucho que queramos superarlo, pero sobre todo en los entrenamientos, no te puedes machacar un día sí y otro también porque no hay cuerpo que lo aguante.
Y queda lo que debes hacer. Unas gotas de sangre fría, sensatez, planificación y mucha dosis de escuchar a tu propio cuerpo. Esas señales que nos envía y que nos permiten saber si estamos forzando mucho o no, si nos estamos pasando, son fundamentales para dimensionar esta tercera fuerza que equilibre las otras.
Equilibrio … igual peso.
No sé si se trata de darle igual peso a cada una de esas tres fuerzas, pero si se que aunque querer si quisiera hacer series a tope y volver a mi entrenamiento anterior, poder probablemente no podría y, además seguro que deberdeber no debería.

Por mi propio bien. 
Por no volver a lesionarme.