Creo recordar que juré
que no lo volvería a hacer. Algo en mi memoria me dice que es así .
Pero … ¡¡¡qué
demonios!!!. Un reto es un reto. Hace unos días Jime me mandó un wasap. … ¿Correrías
el 10.000 en pista del campeonato de veteranos de Castilla y León?
Entonces recurrí al Archivo
Histórico Provincial, al NO-DO y a los Anales del Atletismo para confirmar que,
efectivamente, hace … 32 años, corrí no uno, si no dos diezmiles en pista.
Junio de 1982. En el INEF de Madrid. Liga Provincial de Clubes. Y ahí me quedo.
Solo un dato más… debí sufrir la del camello porque no volví a repetir.
Se ve que ahora, 32
años después y una vez perdida la memoria, voy a refrescar sensaciones.
El sábado, a las 20:00,
en la pista del Rio Esgueva de Valladolid me enfrentaré otra vez a las 25
vueltas a la pista.
Y vosotros preguntareis…
¿Y qué? ¿Qué tiene de especial? ¿Qué tiene de malo? ¿Qué tiene de diferente?
Nada. No tiene nada de
especial y no tiene nada de malo. Pero si hay algo distinto.
La diferencia entre
correr un diez mil en pista y correrlo en ruta es, tan solo, que en la pista se
corre contra un crono. Da igual que vayas más acompañado o más solo. Corres
contra el tiempo. Y cada zancada, cada metro es siempre igual. 25 vueltas. Una
alfombra de tartán rosa. Si te quedas solo sufres. Si vas chupando rueda, también.
En pista, la marca importa. Peleas por unos segundos. Unos segundos que se te
van con una distracción, con un ritmo demasiado cómodo, con la cabeza pensando
en otra cosa. En pista no es lo mismo hacer 37’30’’ que hacer 38’00’’. No es lo
mismo aunque la diferencia sea solo de medio minuto. Y esa diferencia es poco más
que un segundo por vuelta de velocidad. O sea, un despiste, una falta de
concentración…
Y ahí está el reto.
Volver a sentir esa sensación de la pista.
Jime ... ¿por qué lo hisistes?
Jime ...allá vamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario