lunes, 27 de octubre de 2014

ATLETISMO, SOLIDARIDAD Y UN ENORME MONTÓN DE MIERDA EN LA POLÍTICA NACIONAL


foto: www.tribunadeavila.com

Ayer corrimos una carrera organizada con el fin de recaudar fondos para poder llevar a una pequeña niña a Estados Unidos y practicarla una operación que aquí no se puede realizar.
Ayer, otra vez, se recurrió a la solidaridad de los corredores para que, a través de la cuota de inscripción, se pudiera aportar un granito más a ese montón necesario para cubrir necesidades imperiosas. 
A mí me honra que se nos considere un colectivo comprometido y solidario.
No sé cuanto se recaudó ayer, pero no creo que superasen los 1.500 €. Tampoco sé cuanto necesitan para afrontar el viaje, la hospitalización, la intervención,  los cuidados posteriores, etc. Pero, conociendo cómo funciona la sanidad estadounidense, que les van a facturar hasta el papel higiénico, no creo que sea una cifra inferior a 50.000 o 60.000€. Iluso de mí… Quizá sea hasta el doble. O el triple. Es igual. Sea lo que sea la cuestión es que lo tienen que costear los padres de la niña porque la sanidad pública no lo cubre.
Mala suerte. Resulta que nuestros fondos públicos si permiten financiar fiestas, banderas, conmemoraciones, actos institucionales, inauguraciones, y un larguísimo etcétera de cosas … pero  no hay dinero para estos asuntillos.
Acabo de volver de correr y de escuchar un nuevo caso de corrupción entre nuestros políticos: alcaldes, concejales, consejeros, presidentes de diputaciones … esos señores a los que elegimos para que administren los fondos públicos y nos gobiernen. Y que se lo están llevando en carretillos por la cara.
Bonita forma de administrar y de gobernar.
Me gustaría que de una vez por todas alguno acabara juzgado, condenado, encarcelado y … (y aquí viene la novedosa propuesta para los decoradores e interioristas de prisiones) que las paredes de sus celdas se empapelasen con las fotos de niñas como Lucía, de los niños de ASPACE para los que corrió Víctor hace unas semanas, niños con enfermedades raras para los que no solo no se destinan fondos para su tratamiento, sino que siquiera se destinan para la investigación. Fotos de la gente humilde que pierde su trabajo, de los que no tienen dinero ni para pagar los libros del colegio de sus hijos... Y así hasta dejar un solo hueco. Y ahí una leyenda … ESTA ES LA GENTE A LA  que HABÉIS robado.


¡qUE ASCO!

lunes, 20 de octubre de 2014

CARRERA DE LA CIENCIA 2014

carreradelaciencia.com

Treinta y cuatro ediciones de la carrera del CSIC. Pocas carreras en España pueden presumir de semejante longevidad. Tenía ganas de correrla solo por un motivo: el año pasado fue miprimera competición importante después de la fascitis y repetir un año después me parecía una forma bastante armoniosa de concluir una temporada llena de carreras y alejado de dolores y problemas. Algo así como volver al inicio con la esperanza de cerrar un año y abrir otro que ¡por favor! se le parezca.
El pasado año no pude hacer más allá de un par de kilómetros a tope porque la rodilla me dolió mucho después del tortazo de la bici en el ducross de Humanes, pero este año me presentaba en la salida sin dolores ni molestias que me impidieran disfrutar de la carrera.
Eso sí, tenía la “casi” necesidad de bajar de 38 minutos. Una especie de exigencia motivada por la tonta ambición de demostrarme a mí mismo que estoy para esos ritmos y no empiezan a formar parte del pasado … todavía. Esas autoexigencias, tal vez irracionales, con las que convivimos los corredores.  Así que me planteé la carrera de tal manera que la primera mitad debía hacerla en 18’30’’ y la segunda en 19’30’’ … como mucho.
La salida en el CSIC siempre es rápida porque la calle Serrano se hace cuesta abajo, así que no es extraño que el primer kilómetro lo pasara en 3’30’’ y el segundo en 3’35’’. Un ritmo que pronto se ralentizó al allanarse el trazado en la Castellana con el paso por el 3000 en 10’50’’. Me encontraba bien y con ganas de forzar, pero comenzaba a notar que el recorrido no lo iba a poner todo tan fácil. Al paso por el km 5 marcaba 18’32’’. Justo lo planeado, pero sin mucho margen para despistarse. Y ahora comenzaba la zona más difícil. Un par de kilómetros por encima de 4’ para llegar al 8000 en 30’30’’. Dos kilómetros tan solo para meta y otra vez cuesta abajo…
“¡A tope!” … me exigía a mí mismo. Alargando la zancada y procurando correr todo lo deprisa que podía pasé por el km 9 en 34’ 15’’ para terminar en 37’45’’.
Una gran alegría, tanto por el tiempo realizado como por lo que pude disfrutar de la carrera en sí. Puesto 82 entre casi 5000 corredores.
Círculo cerrado. Una temporada en la que he aprendido a disfrutar de las carreras mucho más que antes y a valorar mucho más las sensaciones que el cronómetro.

Y ahora... a seguir con prudencia.

sábado, 11 de octubre de 2014

UNA CARRERA CON VISTA PARA LUCÍA. CARRERA SOLIDARIA EN AVILA EL 26 DE OCTUBRE


Otra carrera en Ávila. Esta vez se trata de ayudar a Lucía, una niña de Arévalo que padece una enfermedad genética rara llamada Amaurosis Congénita de Leber que la impide ver y para lo que necesita una operación en Estados Unidos.
La prueba consta en realidad de dos carreras, una más corta en la que puede participar todo el mundo de 1.700 metros por un circuito de una vuelta y otra competición de 5.600 metros, dos vueltas a un  recorrido de 2.800 metros, ambas por el centro de la ciudad.
Para inscribiros podeis ir a este enlace:


Además podeis ampliar información en este otro:


Ánimo. ¡¡¡A participar!!!


martes, 7 de octubre de 2014

MEDIA MARATÓN DE ÁVILA 2014



8:00 de la mañana. La ciudad que se acostó con la normalidad de un sábado cualquiera se levantaba vestida de Media Maratón Monumental. Vallas, cintas, flechas, carteles y un ir y venir de voluntarios del Ecosport ultimando los detalles. Muchos de ellos trabajando antes de la carrera y después siendo partícipes de ella.

8:30. He recogido mi dorsal y he charlado con unos cuantos corredores. Me invade una cierta sensación de euforia. Hace más de cuatro años que no corro una media maratón, pero no tengo el más mínimo amago de nervios. Vuelvo a casa y me preparo. Una vez más me llama la atención el trabajo del club organizador, hay detalles que pueden parecer pequeños, pero alguien se ha tomado la molestia de hacer para no dejar cabos sueltos. Los imperdibles están pinchados y el chip pegado en cada uno de los 1200 dorsales.

Me voy andando a la salida. Me encuentro con varios vecinos y amigos que me preguntan por la carrera. Allá voy. La línea de meta es un hervidero de voluntarios ajustado vallas y descargando avituallamiento. Cruzo la pasarela que he visto construir todos estos meses atrás y que en unas semanas formará parte de mis circuitos de entrenamiento. ¡Cuanta pasarela para tan poco río!

10:00 En la línea de salida saludo a un montón de corredores. Chusmari, Roberto, Raúl, Eduardo, Encabo, José María, Cristina, Luis, …

Víctor estará al llegar. Cuando pase por aquí llevará una media maratón de hoy más otras catorce de los catorce días anteriores. Está a 21 Km. de alcanzar su reto. Le esperan sus compañeros del Triávila, Mercedes, Alicia, María, Ángel… que le acompañarán en el último tramo de su aventura como han estado haciendo los días anteriores.

Salida.
Es cuesta abajo así que el ritmo de inicio es fuerte. Puente Adaja, San Nicolás. Primer kilómetro en 3’45’’. No es este el ritmo que quiero llevar pero las salidas son siempre rápidas así que mantengo. Se van formando grupos. Encabezo uno de ellos. Siempre me ha gustado correr ahí. El paso por el kilómetro 2 lo hacemos en 7’39’’. Este no es mi ritmo. Tengo muy claro lo que creo que puedo hacer y no quiero reventar en la primera mitad de la carrera. Ralentizo el ritmo. Hay mucha gente  por las calles y me sorprende ver a tanta gente conocida que me anima. Por el kilómetro 3 pasamos en 11’39’’. Mejor. Voy con un grupo de Las Navas del Marqués, del Club Trote Borriquero, que serán después los ganadores al club más numeroso. Buena gente.

En el kilómetro 4 doy alcance a Luís, veterano del Laister, un clásico de toda la vida. Me dice que quiere bajar de 1h 20’. Está claro que uno de los dos va fuera de ritmo porque yo estoy para 1h 24’ como muy requetebién. El kilómetro 5 lo pasamos juntos en 19’43’’. Y así van cayendo poco a poco uno tras otro.
 Nos acercamos a la Muralla y a una subida larga. Mucha gente en el Lienzo Norte animando. El paso por el kilómetro 10 lo hacemos en 39’54’’. Me doy cuenta que va a ser imposible bajar de 1h 24’. Sigo mano a mano con Luís y alternamos los momentos de encabezar un pequeño grupo de corredores. 
Aunque no miro el crono me doy cuenta que las pequeñas cuestas que jalonan la carrera están llevándose segundos que irán apartándome de mi objetivo final. En realidad me importa poco porque me encuentro muy a gusto corriendo. Esto es lo más que puedo hacer y el crono no va a estropear todo lo que estoy disfrutando de este reencuentro con la distancia. Sigue animándome mucha gente conocida. Me empiezan a doler los cuadriceps un montón. El kilómetro 15 lo paso en 1h 00’ 37’’. Luís se ha quedado atrás y me encuentro fuerte para ir a por un grupo que me precede.

Entramos en la parte más revirada de la carrera y con mucho pavés para aumentar la dificultad. Voy atento al corredor que va delante porque el trazado se complica. Kilómetro 18. 1h12’46’’. Voy “reventao”. Sé que queda muy poco y este laberinto de calles me está destrozando los pies y las piernas. Voy perdiendo posiciones pero no alcanzo a pegarme a nadie de los que me cazan, entre ellos los del Trote Borriquero que me funden camino de la calle San Segundo.

Kilómetro 20. Por fin salimos del laberinto y enfilamos la cuesta abajo de la Ronda camino de la meta. 1h 21’ 22’’ y me quedan 1097 metros. La bajada es tan pronunciada como irregular, así que hay un cierto punto de prudencia en las zancadas, a ver donde se pone el pie. La meta está abarrotada de gente.

Entro en 1h 25’22’’ en el puesto 72 muy contento. Muy, muy contento pero no por el tiempo ni por el puesto, que también hace, no quiero resultar falso, pero sobre todo por haber vuelto a correr una media sin los dolores en las rodillas o en los pies… ¡Qué gozada!

Eso si. Tengo los cuadriceps molidos.

Y aún queda lo mejor.  Al poco de las dos horas entra Víctor, acompañado por sus compañeros de club, con su niña cogida de la mano y su hijo pequeño en brazos.
Lo ha conseguido. Quince maratones en quince días.

Una carrera tiene muchos ganadores. Lo he escrito en este blog un montón de veces. A parte del primero en la meta, una carrera tiene tantos ganadores como corredores han cumplido su objetivo y han superado las dificultades del camino.

630 kilómetros después de la primera vuelta que dio a la muralla hace quince días, Víctor está en la meta de su reto.

Él es el gran ganador.


Subo al pódium con la camiseta de su reto. Un pequeño homenaje para todo lo que se merece.