lunes, 1 de diciembre de 2014

TEMPORADA DE CROSS


Allá por el pleistoceno medio, exagerando un poquillo la cosa para darle un puntillo, la temporada de campo a través era sinónimo de dureza, frio, barro y cuestas. Muchas cuestas. Muchas cuestas y todo lo empinadas que pudieran ser. ¡Ale! ¡Clavos del 12!. 
Tal era así que hacer una buena temporada de cross significaba que estabas hecho un fiera, un toro, un animal y, por tanto, que en la pista ibas a arrasar. Bueno, lo cierto es que las cosas luego eran como eran... 
Pero la teoría estaba en todos los manuales del entrenador de la época.

Así que los croses se trazaban - una raya blanca pintada en el suelo- por las zonas donde había más cuestas y donde, en caso de lluvia, se acumulaba más barro. Y a sufrir o a disfrutar. 

En aquella época de leyenda yo hacía dos temporadas simultáneas: los croses universitarios, que se disputaban los sábados por la tarde y los croses de la federación, los domingos por la mañana y, salvo excepciones que cada año eran más numerosas, todos se corrían en la Casa de Campo, en la zona del Puente de los Franceses los primeros y en las proximidades del Lago los segundos.

Ni que decir tiene que los lunes reptaba más que caminaba y me dolían las piernas tanto que a duras penas era capaz de soportar un entrenamiento decente hasta el miércoles o el jueves… y el sábado … vuelta a la competición.

El circuito del Puente de los Franceses era especialmente duro. Los días de agua acabábamos con una costra de barro tanto por delante como por detrás, ya seca a la hora de llegar a casa, que obligaba a restregar la ropa , el cuerpo y las zapatillas bajo la ducha durante un buen rato. Y también para recuperar parte del calor perdido en esos duros días de invierno.

Llevo tres carreras de campo a través esta recién iniciada temporada: Ávila, Valonsadero y Alcobendas. Los dos primeros sobre circuitos de hierba y completamente llanos. Vale, Valonsadero tiene una cuesta de 30 metros. Alcobendas tiene algo más de dureza y además ayer estaba el terreno muy embarrado. La semana que viene iremos a Cantimpalos y poco más adelante a Valladolid. Tal vez al "Prado Panadero" de Salamanca Más hierba. Más llanura. Entre las seis carreras no habrá más allá de 100 metros de desnivel positivo acumulado.
¿Dónde han quedado aquellas carreras de campo a través? ¿Dónde han quedado aquellas carreras de trazado duro, complicado y embarrado? No quiero generalizar, que todavía las hay, pero… cada vez menos.

Hace años se extendió la idea, a mi juicio  muy errónea, que disputando los croses en terrenos más asequibles, los mediofondistas podían competir en igualdad de condiciones con los más avezados fondistas. Lo cierto es que ahora los croses son aburridos, ya no solo ver a mismos africanos ganar una carrera tras otra (¿o no son los mismos?), sino que, además los circuitos son una prolongación de la pista sin apenas dificultades que solventar. No hay cambios de ritmo, no hay apenas modificación en las posiciones, no hay especialistas en subidas o bajadas. Es pista. Pura pista.


… Y ahí es donde hacen su aparición … las carreras de montaña… ¿Y por qué no recuperamos una cosa intermedia?: El cross de toda la vida.

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