lunes, 23 de febrero de 2015

I CROSS DE MONTAÑA ALDEA DEL REY NIÑO



Por un lado un grupo de hombres y mujeres se afanaban trajinado lo que días antes debió ser un hermoso cerdo y ahora un certero despiece hecho por manos expertas.
Por otro lado unos cuantos voluntarios colocaban las últimas vallas y recorrían en moto el circuito para garantizar que todo estaba en orden.
Y por último el grupo de corredores se congregaban tras el calentamiento en las inmediaciones de la salida para ver de una vez por todas por donde habían trazado el recorrido del primer cross de montaña de la Aldea del Rey Niño.

Por un momento, todos nos reunimos en recuerdo de Araceli, a quien se dedicó la carrera y llevará su nombre en años sucesivos.

Y a correr.

El primer tramo por las calles del pueblo y la carretera en dirección a Gemuño puso claro que Luismi no nos iba a esperar. Ivan y Fran salieron valientes tras él, pero Luismi iba con prisas.
Por detrás Alberto Muela, Ángel y David y algo más atrás un grupo con Alejandro, José Luis Arribas, Eduardo, Jime y Alfonso. Y solito en el medio del monte … yo.

En las primeras cuestas arriba de la carrera, aún con casi todo el recorrido duro por delante, conseguí unirme a Jime y Alfonso y ya corrí casi todo el rato con ellos, perdiendo terreno en las bajadas y recuperándolo en las subidas. Alternando momentos mejores con otros de más esfuerzo y viviendo en directo las caídas de Jime y el pinchazo de Ángel, al que se le atragantó la distancia. Cruzando los regatos y sorteando piedras como buenamente podía para mantener el tipo y el ritmo. El caso es que a falta de un kilómetro estábamos los cuatro juntos y con una bajada para decidir cómo quedábamos. Y quedamos como teníamos que quedar… los más rápidos delante y los más lentos detrás. En realidad la clasificación era lo de menos.

¿Qué decir del recorrido? Seguro que a algunos corredores de montaña les pareció demasiado suave o corto, acostumbrados como están a muchos más kilómetros y muchísimo más desnivel acumulado. Mientras, a los corredores de asfalto les debió  parecer una barbaridad de cuestas, barro y charcos. Y a los corredores principiantes algo demasiado duro a lo que enfrentarse. El caso es que allí hubo de todo tipo de tendencias: de montaña, de pista, de asfalto y populares y … a mi me parece que todo el mundo quedó más que satisfecho y contento.

Efectivamente el trazado tenía sus cositas: sus buenos charcos, su poquito de barro hasta el tobillo, sus cuestas empinadas y largas y esas bajadas pedregosas que tanto les gustan a los de trail. Pero también llevaba su asfalto, las calles del pueblo y caminos de tierra. Una buena mezcla. Una carrera de ocho kilómetros (8,2 según los GPS) tampoco es como para tener miedo de la distancia, además por andar …debimos caminar un rato casi todos.

Y después llegó la parte de comerse el cerdo entre los asistentes, que éramos bastantes. Y de agradecer el entusiasmo de la organización, siempre atentos a todos los detalles para que todo el mundo saliera contento.


Si es cierto que esta carrera se instala en el calendario seguro que en el futuro tendrá mucha más participación, porque es muy asequible y porque es divertida por diferente. Además … imaginaos que llueve o que nieva … esos charcos, esos barros, esas cuestas … 
¿Quién se lo perdería?

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