domingo, 1 de noviembre de 2015

CAMBIO DE CLUB




Me cuesta mucho cambiar. Cambiar de compañía de teléfono, de la luz, cambiar de coche, de casa, de trabajo. Por no cambiar… no me cambio de peinado desde hace más de 25 años.

Pero ha llegado el momento de cambiar de club de atletismo. Dejo el Puente Romanillos y me voy al Ecosport.

Empecé hace 38 años en el A.R. Concepción. El club en el que aprendí a  correr y en el que entendí que el atletismo también es un deporte de equipo que se puede hacer solo. Las mejores competiciones, las más divertidas, las más intensas siempre fueron pruebas en las que el club peleaba contra otros. Incluso mis mejores marcas en pista las hice en ese tipo de competiciones. Había que estar a la altura.

Me fui del AR Concepción un año para competir con el Real Madrid. Cerraron la sección y nos echaron a todos. Todavía guardo con cariño la carta de despido y también la camiseta. Algún día tendría que sacarla para que la vierais… O mejor no.

Volví a la “Conce” y allí estuve hasta que me marché de Madrid. ¿Dónde? A Ávila. ¿Por qué? Porque la vida te lleva y te trae y a lo mejor te pilla despistado y no te das cuenta que decides una cosa y resulta que es importante.

Y estuve una temporada en el Puente Romanillos como si hubiera estado en el San Petesburgo Athletic Team. Y a la siguiente en el Ecosport y otro tanto. Fue una época difícil. Aquí corría poca gente y los que corrían tenían su grupo, sus formas,… Era el año 1992 y … no existía wasap. Y, sobre todo … yo me equivoqué. Esperaba de los clubes algo que no me podían dar.

Así que me fui al Laister, con mi guía, mi entrenador y mi amigo Eugenio Hernández Galán. Mi segunda época de maratoniano. Entrenamientos duros, en solitario, con las 42 kilómetros en la cabeza.

Y según fui cumpliendo años, también fui superando objetivos, retos, experiencias. Y según va pasando la vida, te vas dando cuenta que te vas dejando cosas por el camino. Que a lo mejor ni las clasificaciones ni las marcas son lo más importante ...

Así que volví al Puente Romanillos porque Ángel, mi hijo mayor, ya estaba corriendo. Era la manera de compartir carreras, viajes y más experiencias. Si había corrido un montón de carreras con mi padre ahora también lo haría con mis hijos.

Pero ahora ha llegado el momento de cambiar de nuevo. Y vuelvo al Ecosoport. Y esta vez vuelvo no para recibir. 
Vuelvo para dar. 
Vuelvo para hacer amigos y para compartir entrenamientos y carreras con los que ya tengo. Vuelvo para ayudar. Para poner vallas o para aconsejar a la gente que empieza. Para salir a rodar al ritmo que marque mi compañero. Y para ponerme un dorsal sobre la misma camiseta que mis compañeros de equipo y después celebrar que hemos sido octavos. O penúltimos. O … que hemos ganado. Pero celebrarlo. Vuelvo para divertirme corriendo.

Eso sí. Voy a seguir peinándome igual.

1 comentario:

  1. BIENVENIDO con mayusculas
    YO sigo aprendiendo mucho de ti, antes y ahora mas

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