Cuenta la historia que un tal
Silvestre nació en Roma en el año 270. De joven debió de tomar los hábitos y
desde ahí comenzó una fulgurante escalada en el escalafón de la iglesia que le llevó, nada
menos, que a ceñirse la tiara como sucesor de Melquiades. Y suerte que tuvo el hombre, porque gracias a un ambiente de mayor tolerancia hacia el cristianismo, resultó ser primer Papa que
no murió mártir. Esto es, que no terminó sus días despiezado, quemado o comido por las bestias.
No consta en la historia de Silvestre que, ni de joven ni de veterano, se dedicara a la carrera a pie. Lo cual
no quiere decir que no hiciera sus pinitos por las calzadas romanas al
atardecer. Simplemente es un hecho que los libros han podido dejar pasar por
alto como intrascendente, a la par que otros muchos detalles que pudieron adornar o ensombrecer la vida de nuestro protagonista. Ante la duda, nada nos impide pensar que, recogiéndose la túnica, saliera por la via apia antica camino de las murallas a perderse por los suburbios de la ciudad.
Tampoco de las imágenes o de las tallas con las que se le representa se desprende
un aspecto especialmente atlético. Pero todos sabemos que el aspecto, en esto
del correr, casi siempre es secundario.
Y sin embargo, la figura de Silvestre ha
quedado ligada a la celebración de las carreras que se celebran ese día debido
a que precisamente, su muerte se produjo un 31 de diciembre.
San Silvestre. ¿Quién te lo iba a
decir a ti? ¡¡Si tú supieras ...!!
Ignorado por tu pontificado pero
famoso por las carreras.
Más conocido en el Marca que en
la Hoja Parroquial.
Ocho.
Me quedan ocho días para volver a
la línea de salida en la que más veces he estado. Bien es verdad que esa línea
de salida ha cambiado varias veces desde mi primera participación en 1983 hasta
hoy.
Dieciocho.
Será mi decimoctava
participación.
Y ahí estaré de nuevo en la
prueba internacional. Otro año más a intentar una prórroga para la carrera del
año que viene. Este año con Ángel, que debuta en la prueba internacional.
Y en
la popular, mi padre, Mercedes y Alicia, que se estrena.
Un plantel familiar
difícil de superar.
Y aún nos queda Alberto, que participará un año de estos.
Treinta y seis treinta y ocho.
La marca del año pasado a la que pretendo acercarme. Difícil reto. Supone salir desde el primer kilómetro a correrlos, todos ellos, casi tan deprisa como hago mis mejores series.
Esa es mi fiesta de Nochevieja. Toda una fiesta
antes de cenar.
¡¡¡Felices Navidades a todos!!!
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