martes, 2 de febrero de 2016

CAMPEONATO REGIONAL DE CROSS VETERANO 2016




El camarero caminaba necesariamente despacio con el plato entre las manos. Seguro que se las estaba quemando, pero ya solo le quedaban dos o tres pasos para llegar a la mesa y depositarlo frente al hambriento corredor. Éste, al ver las dimensiones de la “palangana” repleta hasta el borde de judías, sonrió.
El comer es como el correr, todo es ponerse.

Nueve corredores del Ecosport nos pusimos en marcha en dirección a Sancti Spiritu, localidad salmantina próxima a Ciudad Rodrigo y, por tanto, muy descentrada respecto al conjunto de la región. Allí se celebraba el Campeonato Regional de Cross de veteranos, una competición en la que nos medimos entre iguales, más o menos iguales, porque un veterano de 35 años es, en realidad tan solo “medio veterano” respecto a uno de setenta. Un largo recorrido para los abulenses y mucho más para los de otras localidades, tanto que la participación se vio, sin duda, mermada por el emplazamiento del campeonato. No obstante hay que agradecer a la Delegación de Atletismo de Salamanca que año tras año mantenga su disposición a la organización del evento, porque, de otro modo, ya hubiera desaparecido.

No éramos los únicos abulenses porque del Puente Romanillos también acudieron tres corredores y otras tantas corredoras.

Un calentamiento, confirmación de dorsales en la cámara de llamadas, unas risas, unos pocos nervios –unos más que otros- y disparo de salida.

Unos 80 corredores en un recorrido llano, amplio y bien trazado, con algún pequeño badén y zonas encharcadas que dificultaban algo la carrera. Sigo echando de menos los croses “de antes” con cuestas, con barro y con cuestas llenas de barro, todo junto, de las de correr con clavos del 12.
Seis vueltas, dos a un trazado de 1 km y otras cuatro a otro de 1,5 km.
Una salida sencilla y sin agobios nos coloca en fila a Alfonso, Vivi, Juan Carlos y a mí y por detrás Pepe, Carlos, Mariano, Félix y Guille.
A medida que pasan los kilómetros Vivi y Alfonso se van distanciando, aunque Juan Carlos y yo nos mantenemos cerca uno del otro a lo largo de toda la carrera. Pocos cambios, porque aquí cada uno se conoce muy bien y sabe el ritmo al que puede correr. A media carrera advierten a Juan Carlos que no lleva el dorsal puesto. ¡Ay cabecitas! ¡En qué estaríamos pensando! A poco del final doblamos algunos corredores y vemos a Félix retirado, con molestias en su cadera.

Al final David termina en el puesto 37 (16º en M35), Alfonso el 38 (7º en M45), Juan Carlos el 45 (18º en M35), yo el 46 (5º en M50), Pepe el 71 (11º en M50), Carlos el 76 (14º en M45), Mariano el 78 (1º en M65),  y Guillermo el 85 (15º en M45).

Por equipos quintos en M45-50 y novenos en M35-40.

Destacada actuación de las chicas del Puente Romanillos terceras por equipos y primer puesto para Yolanda y tercero para Nuria en su categoría.

En resumen un podium del brillante primer puesto de Mariano, que en una semana se ha proclamado campeón de España de media maratón  y campeón de Castilla y León de cross. El resto, lo de hablar de cosas que pudieron ser y no fueron, no trae cuenta. Si hay lesionados y ausencias, seguro que en todos los equipos se daría una circunstancia semejante. Fuimos los que pudimos y lo hicimos de la mejor manera posible.
Lo que es indudable es que el club Ecosport tiene potencial de sobra para subir al podium por equipos en las dos categorías y seguramente para algún individual más.
Es cuestión de organización y de objetivos.

Y después … nos fuimos a comer.

Si el plato de judías era como ya os habéis imaginado, el de macarrones era de ración familiar y los entremeses, un plato de embutido para hacernos un bocadillo para todos y cada uno de los miembros del equipo.
Y tras los primeros, llegaron los segundos. Vivi y Alfonso hicieron doble sesión. Si el plato de judías había dejado algo de hueco, ahí estaban  los huevos fritos con panceta (si yo no soy runner, la panceta no es bacon) y patatas. Cuatro lonchas de unos 8 mm de grosos cada una (4 x 8 mm = 3,2 cm de grosor x 18 cm de longitud y 5 cm de anchura, es decir, 288 cmde panceta), postre, café y orujo.

Y olé.

Eso es una restauración completa de la musculatura afectada por el cross. ¿Fatiga? ¿Cansancio? ¿Estrés post-competición? Métete una comida de esas características y ya me dirás.


Total:  Fenomenal.



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