El camarero caminaba
necesariamente despacio con el plato entre las manos. Seguro que se las estaba
quemando, pero ya solo le quedaban dos o tres pasos para llegar a la mesa y depositarlo
frente al hambriento corredor. Éste, al ver las dimensiones de la “palangana”
repleta hasta el borde de judías, sonrió.
El comer es como el correr, todo
es ponerse.
Nueve corredores del Ecosport nos
pusimos en marcha en dirección a Sancti Spiritu, localidad salmantina próxima a
Ciudad Rodrigo y, por tanto, muy descentrada respecto al conjunto de la región.
Allí se celebraba el Campeonato Regional de Cross de veteranos, una competición
en la que nos medimos entre iguales, más o menos iguales, porque un veterano de
35 años es, en realidad tan solo “medio veterano” respecto a uno de setenta. Un
largo recorrido para los abulenses y mucho más para los de otras localidades,
tanto que la participación se vio, sin duda, mermada por el emplazamiento del
campeonato. No obstante hay que agradecer a la Delegación de Atletismo de Salamanca
que año tras año mantenga su disposición a la organización del evento, porque,
de otro modo, ya hubiera desaparecido.
No éramos los únicos abulenses
porque del Puente Romanillos también acudieron tres corredores y otras tantas
corredoras.
Un calentamiento, confirmación de
dorsales en la cámara de llamadas, unas risas, unos pocos nervios –unos más que
otros- y disparo de salida.
Unos 80 corredores en un
recorrido llano, amplio y bien trazado, con algún pequeño badén y zonas encharcadas
que dificultaban algo la carrera. Sigo echando de menos los croses “de antes”
con cuestas, con barro y con cuestas llenas de barro, todo junto, de las de
correr con clavos del 12.
Seis vueltas, dos a un trazado de
1 km y otras cuatro a otro de 1,5 km.
Una salida sencilla y sin agobios
nos coloca en fila a Alfonso, Vivi, Juan Carlos y a mí y por detrás Pepe,
Carlos, Mariano, Félix y Guille.
A medida que pasan los kilómetros
Vivi y Alfonso se van distanciando, aunque Juan Carlos y yo nos mantenemos
cerca uno del otro a lo largo de toda la carrera. Pocos cambios, porque aquí
cada uno se conoce muy bien y sabe el ritmo al que puede correr. A media
carrera advierten a Juan Carlos que no lleva el dorsal puesto. ¡Ay cabecitas!
¡En qué estaríamos pensando! A poco del final doblamos algunos corredores y
vemos a Félix retirado, con molestias en su cadera.
Al final David termina en el
puesto 37 (16º en M35), Alfonso el 38 (7º en M45), Juan Carlos el 45 (18º en
M35), yo el 46 (5º en M50), Pepe el 71 (11º en M50), Carlos el 76 (14º en M45),
Mariano el 78 (1º en M65), y Guillermo
el 85 (15º en M45).
Por equipos quintos en M45-50 y
novenos en M35-40.
Destacada actuación de las chicas
del Puente Romanillos terceras por equipos y primer puesto para Yolanda y
tercero para Nuria en su categoría.
En resumen un podium del
brillante primer puesto de Mariano, que en una semana se ha proclamado campeón
de España de media maratón y campeón de
Castilla y León de cross. El resto, lo de hablar de cosas que pudieron ser y no
fueron, no trae cuenta. Si hay lesionados y ausencias, seguro que en todos los
equipos se daría una circunstancia semejante. Fuimos los que pudimos y lo
hicimos de la mejor manera posible.
Lo que es indudable es que el
club Ecosport tiene potencial de sobra para subir al podium por equipos en las
dos categorías y seguramente para algún individual más.
Es cuestión de organización y de objetivos.
Y después … nos fuimos a comer.
Si el plato de judías era como ya
os habéis imaginado, el de macarrones era de ración familiar y los entremeses,
un plato de embutido para hacernos un bocadillo para todos y cada uno de los
miembros del equipo.
Y tras los primeros, llegaron los
segundos. Vivi y Alfonso hicieron doble sesión. Si el plato de judías había
dejado algo de hueco, ahí estaban los
huevos fritos con panceta (si yo no soy runner, la panceta no es bacon) y
patatas. Cuatro lonchas de unos 8 mm de grosos cada una (4 x 8 mm = 3,2 cm de
grosor x 18 cm de longitud y 5 cm de anchura, es decir, 288 cm3 de panceta), postre, café y orujo.
Y olé.
Eso es una restauración completa
de la musculatura afectada por el cross. ¿Fatiga? ¿Cansancio? ¿Estrés
post-competición? Métete una comida de esas características y ya me dirás.
Total: Fenomenal.
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