domingo, 2 de julio de 2017

V CARRERA POPULAR DE MARTIHERRERO


Foto de Avila Runners Team


Había que elegir una. Martiherrero o Riofrio. Y esta vez tocó Martiherrero. Solo fue cuestión de valorar fuerzas y de recordar las cuestas que hay en una y otra carrera.

No fue la carrera en sí lo que más me llenó el ánimo, el espíritu, el alma o el corazón. O como quiera que se llame esa parte que tenemos dentro. Fue algo que ocurrió después.

A pesar de tener que repartirnos entre las dos pruebas, a la misma hora del mismo día, resultó que en ambas hubo una buena participación y buen nivel.

En Martiherrero tomamos la salida en torno a  120 corredores, en un circuito de dos vueltas que no alcanza los seis kilómetros (5,6 según la media los gps de quienes pregunté) y que entre caminos y calles tiene su punto de personalidad. La salida, muy rápida, definió en seguida el grupo de los más fuertes, con Diego López, Luis Miguel Martín, Borja, Ángel y  Alejandro. Un poco más atrás Nano, Sergio y un extraordinario Rafa Comesaña, fortísimo desde el principio lideraban el grupo del resto de corredores.

Encabo, Roberto Moreno y yo fuimos remontando posiciones en plan diesel hasta la última cuesta camino de meta, completando una carrera bastante regular.

Ángel, después de muchos meses sin venir a correr a Ávila terminó cuarto, el puesto que más veces ha repetido y yo el 18º, con mejores sensaciones que semanas atrás aunque las cuestas arriba aún me dejan vacío.

Al llegar, como siempre en estos casos, un refresco un bocado y una charla.

Entonces por delante de mí, a unos metros, entre los corredores pasó Alberto en una silla de ruedas. La pierna estirada sobre un soporte, con la chaqueta de su equipo puesta porque empezaba a refrescar y gafas de sol.

Durante muchos días, desde que me contaron de él, he estado acordándome de Alberto. Y muchas veces he buscado palabras para escribir en este blog algo que poder decirle. Nunca llegué a encontrarlas. Así que ayer cuando tuve oportunidad hablé un rato con él.

Alberto es un chaval corredor y ciclista. Una de esas personas que, como tantos otros hacemos,  encuentran en el deporte una forma de vida: entrenar, salir a competir, tiradas largas de bici, carreras en un rato libre … llegar al límite para ver cómo el cuerpo responde cada vez mejor, exigirse y comprobar que los resultados van llegando.

Hace unas semanas sufrió un accidente con la bici. Bajando Hornos Caleros un coche se le cruzó. Le provocó un destrozo enorme.

Yo no conocía a Alberto. No era capaz de ponerle cara a quien me lo describía, aunque seguro que hemos coincidido en más de una ocasión. Afortunadamente cada vez somos  más  corredores en Ávila y esto aumenta de forma imparable. A pesar de ello, desde que me contaron su accidente traté de tener información sobre su evolución.

Por eso ayer, cuando le vi, me llevé una alegría y aún más cuando charlé con él unos minutos.

A las personas se nos puede clasificar de muchas maneras diferentes. Una de ellas es la forma en que encaramos las adversidades. Hay quien se hunde con ellas y hay quien flota y resurge … a pesar de ellas.

Ayer Alberto vino a ver una carrera en la que hubiera podido correr de no haber sufrido ese accidente. Hay que tener una fuerza mental para hacer eso muy grande, porque le quedan muchos meses de recuperación, de rehabilitación, de esfuerzo para volver al punto donde estaba.

Hay que tener coraje.

Siempre he tenido la certeza de que uno se recupera de las lesiones comenzando por la cabeza. El cuerpo, después, hace su trabajo. La cabeza de Alberto ya está trabajando en su recuperación. Por eso vino a vernos correr.

Fueron tres o cuatro minutos de charla. Fue una enorme lección para mí. Esta fue mi recompensa de esta carrera. Haberle conocido personalmente. El jamón de los ganadores está bien, está muy bien, pero os aseguro que este otro premio alimenta más.

Sigo sin encontrar las palabras que me permitan expresar lo que siento. Pero espero con toda mi alma que llegue el día en que vuelva a ver a Alberto vestido de corredor junto a nosotros en la salida de una carrera. Mientras tanto, en el día a día, que sepa que, además de todos sus amigos y de los compañeros de equipo, hay mucha más gente que estamos con él.