Sería injusto no comenzar dando las gracias al Club Ecosport por continuar
organizando esta carrera. El título, entre otros, va por ellos. Mantener la
organización de una carrera no es tarea sencilla y menos aún, como ya he dicho
en otras ocasiones, dedicando tiempo libre que sale del descanso, de las
aficiones y de la familia. Han pasado 6 años desde la última vez que participé
en este cross. Han cambiado cosas. Y no me refiero solo al recorrido. Se nota
que hay menos ayudas. Supongo (y es una suposición aventurada porque no he
hablado de esto con nadie) que cada vez resulta más difícil encontrar
patrocinadores: la pandemia, la crisis, los combustibles, la inflación, ... Y
sigo suponiendo que tampoco las instituciones públicas aportan gran cosa. En
esta ciudad nunca se ha hecho una apuesta decidida por el deporte. Y esto no es
una suposición. Es un hecho constatable. Aun así, el club ha sabido
dimensionar la carrera, ajustar gastos y esfuerzos y mantenerla... contra
viento y marea. Mi más sincera enhorabuena y agradecimiento por ello.
Pero el título también va dedicado a otras personas. Hoy me he vuelto a
encontrar con gente que no veía desde hace más de seis años, el tiempo que he
estado alejado de las carreras. Y como la vida reparte aleatoriamente, me he reencontrado
con corredores que me han contado historias que dejan en anécdota mis lesiones.
¡Qué ignorantes y soberbios somos cuando pensamos que la vida solo nos maltrata
a nosotros!
He visto a mi admirado Eugenio Hernández Galán, grandísimo atleta y unos de
los entrenadores que más he hecho por el atletismo popular. “No te imaginas
lo que yo daría por poder estar ahí” me ha susurrado al oído mientras le
abrazaba en la línea de salida. Después ya en la meta, apoyado en su muleta, me
ha confiado su lucha por superar una gravísima situación. Contra viento y
marea.
Y no ha sido el único. Otros corredores que se han acercado a ver el cross,
me han saludado y me han explicado porqué estaban al otro lado de la cinta de
plástico. O corriendo a ritmos que no son los suyos. Patologías, enfermedades,
secuelas, lesiones graves… Historias que me han conmovido y que solo añaden más
argumentos para sentirme un privilegiado.
También he podido volver a encontrarme con grandes compañeros con los que,
…ya va haciendo años, he ajustado zancadas, volando en alguna carrera,
sufriendo en empinadas cuestas llenas de barro o al filo del kilómetro 35 sin
más gasolina en el depósito. Añado una precisión: me los he encontrado en la
meta. Todos han entrado antes que yo. Soy un privilegiado … lento.
¿Y la carrera? Fantástica.
No me gusta nada el frio, ni el hielo ni el barro. Así que, normalmente
huyo como un cobarde de estas situaciones. Hoy las he disfrutado como solo se
puede hacer de algo que no forma parte del menú habitual. Además, tampoco era
para tanto,… ni hacía tanto frio, ni apenas había hielo y el barro, casi se
podía eludir en todas las zonas. He corrido a un ritmo impensable viendo el
nivel de mis entrenamientos en un terreno que se hace muy pesado, para el que
es necesario tener fuerza. Y lo he hecho en un pequeño grupo con un corredor y
una corredora de montaña, que me han animado mucho y con los que he compartido
todo el recorrido.
¡Ah! Tampoco me gustan los obstáculos, así que los he pisado todos … o
casi.
Y ¿ahora? Pues ahora… a seguir. Contra viento y marea.
Enlace a los resultados CARRERA 9KM.
Enlace a los resultados CARRERA 6KM
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