lunes, 2 de mayo de 2011

CARRERA DEL RESUCITADO 2011


Penélope Cruz, atenta a mis evoluciones en carrera


Tercera carrera del circuito. Se nos está acabando. La carrera de mi barrio. Mis calles, mis recorridos, mis cuestas, mis agujeros en el pavimento. Caliento un rato. Unos progresivos y a la salida. Guardamos un minuto de silencio por un corredor abulense fallecido. El disparo es un cohete. Uno de esos cohetes que tanto aborrezco los domingos por la mañana a las 8:00 convocando a jarana. Salida rápida. En la curva del instituto Vasco de la Zarza una señora aterrorizada ve como una manada de corredores abandona la calzada, invade la acera para recortar la curva y se abalanza sobre ella. Tiene el tiempo justo para esconderse detrás de un cartel de publicidad. Bajada por el empedrado de la calle Ajates, cuesta abajo alguien canta el mil “vamos a 3:10”. No acabo de creerlo del todo. Es verdad que vamos deprisa pero no me veo corriendo en esos tiempos. La subida hacia la UNED nos pone en nuestro sitio. Voy con Jorge y con Alfredo, mis jóvenes acompañantes. Terminamos la subida y giramos … ahí te quedas, pegan un tirón y me abandonan. Cría cuervos. Termina la primera vuelta. Se repite la historia. Voy en un grupo remontando algunas posiciones. En la subida a la UNED alcanzamos a Oscar y otros dos corredores. Nos juntamos siete u ocho y seguimos “de caza”. Últimos 500 metros. Intento cambiar, pero es cuesta arriba y con el viento en contra. No se ha debido notar el cambio. Pues ale, al sprint. Entro el 38º y 7º veterano B en 17’45’’, nueve segundo más que el año pasado. Vale. Según el conocido primer principio de la termodinámica atlética (se compite como se entrena), el resultado es excelente.
Y con todo lo mejor del día no es eso. Lo mejor de verdad es que he saludado, charlado, reído o comentado con sesenta o setenta personas que compartimos la misma afición, Julio, Oscar, Paco, Longi, Rosalina, José, Javier, Carlos, Eduardo, Jose Luis, Juan Carlos, Diego, Alfredo, Jorge, Luis Miguel, Alfonso, Roberto, Claudio (perdona, Claudio, no te vi, me pillaste), Chusmari, Carlos Tomás, Aurora, Miguel Angel, Francisco, Vicente, Cecilio, Mercedes … En fin, no sigo, que me quedan muchos.
No sigo, pero insisto que ese saludo, esas palabras de ánimo, ese qué tal después de la carrera, todo eso es lo que más valor tiene del circuito, desde mi punto de vista. Ese rato de competición en el que todos intentamos dar lo mejor de nuestra capacidad, reflejar las horas de entrenamiento, poner en contraste nuestro esfuerzo frente al de los demás y compartirlo, antes y después de la carrera. Este es el mejor premio. Y el mejor regalo. Eso que no entra en la bolsa del corredor ni que hay que subir al pódium a recogerlo.
Este es el regalo que yo más agradezco a la organización y que más valoro. Lo demás es secundario. Por eso me revienta que alguien proteste por una botella de agua o por si está mejor o peor medido el circuito.
Nos veremos en la subida a Sonsoles para rematar.

1 comentario:

  1. Qué razón tienes, lo mejor de las carreras "en casa" es precisamente eso, la cantidad de gente que conoces y con la que puedes charlar.
    La pena es que ya solo nos queda la carrera de sonsoles y la media de Ávila...

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