Este
año mi padre no correrá la San Silvestre Vallecana. Se retira de esta carrera.
El
año pasado, unos días después de que terminaran las fiestas, le pedí que
escribiera algo para al blog.
Y
me mandó este texto que transcribo aquí ahora, como despedida de una carrera
que para mi familia es una parte más de las ceremonias de la Navidad.
Como todo el mundo
conoce, en Madrid se celebran, digo celebrar porque correr es una fiesta,
muchas carreras a lo largo del año, Moratalaz, Canillejas, Coslada…, pero hay
una que tiene un rango especial, quizá por el recorrido, por su antigüedad, por
el gran ambiente continuo que conlleva por celebrarse en una fecha tan
señalada, el caso es que la San Silvestre Vallecana es la reina de las carreras
de Madrid.
Para nosotros es una
carrera familiar en la que hemos participado cinco miembros, entre ellos mi
nieta Alicia que me acompañó toda la carrera.
Mención aparte y muy
especial merecen mis amigos Guillermo y Rodrigo más dos o tres amigos de estos,
todos magníficos deportistas que pertenecen al equipo de Rugby Veterinaria. No tengo
palabras para calificar su comportamiento conmigo, su apoyo constante, su
cariño. Su actitud supera cualquier calificativo que yo pudiera emplear.
Y vamos con la
carrera.
La carrera suscita en
mí sentimientos varios. Hubo una representación teatral hace unos años cuyo título
es “La Hora de la Fantasía”, de Anna Bonacci. Y eso es exactamente lo que fue para
mí la carrera: una fantasía maravillosa. ¿Cuál es la razón? Yo creo que los 85
años y tres meses de edad que tenía en ese momento se hicieron claramente
visibles y estallaron. Decenas y decenas de fotografías, abrazos continuos, estrechamiento
de manos y algunas jovencitas que vieron que el abuelito era inofensivo, se
atrevieron a darme un beso que me hicieron recordar los versos de Campoamor que
decían “Las hijas de las madres que amé tanto me besan ahora como si fuera un
santo”.
Y así continuó toda la
carrera.
Desde Cibeles a Atocha
fue tremendo. Pero dicho esto tengo que dejar muy claro mi agradecimiento a
todos y a todas con el que corrí rodeado.
En este momento pienso
que será mi última carrera de la San Silvestre, en la que debuté en 1982 en
aquellos años ya lejanos que se celebraba por la mañana. No hace falta decir
que corría mucho más rápido que este año y fui acompañado por mi hija mayor.
Este año, entre los magníficos deportistas que acompañaba estaba mi nieta
Alicia que practica el fútbol y el hockey sobre patines.
Mucha suerte a todos en los próximos años y quiero que sepáis
que nunca olvidaré a los corredores del 31-12-2015.
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