jueves, 30 de junio de 2011

LA CARRERA DE NAVALACRUZ

Foto de la salida. Tomada de la web de la Asociación Cantobolero de Navalacruz, organizadores de la prueba.



Hay carreras que tienen una personalidad exclusiva. Son diferentes por su propia naturaleza. Tienen carácter. La carrera de Navalacruz es una de ellas. Tiene un sabor especial. ¿Por qué?
El recorrido, los momentos previos, la propia carrera, la animación de la gente del pueblo, las terrazas de los bares llenas, los niños disputando sus carreras, los corredores. Muchos venimos desde Ávila. Hay una especie de relajación que no se vive en las carreras del circuito Ecosport o en el Memorial José Soriano u otras competiciones en la ciudad. Mucho menos en Madrid. Aquí parece que no es tan importante el tiempo ni el puesto. Es importante disfrutar. Hay buen ambiente.
A pesar de haberlo intentado en otras ocasiones, este es mi primer año. No voy a ciegas. Tengo dos padrinos de lujo con los que he hecho el viaje desde Ávila: Chusmari Piedelobo y Vicente. Ellos me enseñan el recorrido y me avisan de las cuestas por venir, de las arriba y de las abajo. Aparece Julio a la carrera: regresa al mundo terrícola después de pasar más horas de vuelo que Luke Skywalker. Termino de calentar con él por las calles del pueblo. En realidad termino solo porque a él le conoce todo el mundo y no puede dar más de dos pasos sin saludar o parar a hablar con sus vecinos. Está en su casa. Quedamos en correr juntos lo que podamos.
La salida es cuesta arriba. Voy tranquilo. Intento encontrar a Julio que ha salido más atrás, pero no consigo verle, así que tiro un poco más para unirme a dos corredores. Comienza la bajada. Es larga, muy larga y divertida, muy revirada por las calles del pueblo. La segunda vuelta nos lleva de nuevo a la cuesta, aunque esta vez parece más empinada. Una larga fila de corredores me precede. En la bajada me vuelvo a lanzar aún a riesgo de mi maltrecho pie. Doy alcance a algunos corredores, pero ahí me quedo. Llego a la meta. Refrescos, sandía, bocadillos, cerveza y mucha, mucha animación en la plaza. Nos vamos congregando todos a cambiar impresiones. Vicente ha tenido un pequeño incidente en la meta: en la disputa por el tercer puesto un hombre ha invadido la calle y se le ha llevado por delante impidiéndole quedar tercero. Vicente no le da mayor importancia demostrando su deportividad y su buen carácter. El hombre no para de pedirle disculpas, lamentando lo ocurrido. Julio se despide apresuradamente: los aires le esperan. Me duele el pie.
Me ha gustado mucho esta carrera.
Queda marcada con cinco estrellas.


Foto camino del pueblo. Tomada de la web de la Asociación Cantobolero de Navalacruz, organizadores de la prueba.




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