¿Qué me llevó a recorrer esos 25 metros de más?
Llovía. No una lluvia abundante, pero sí pertinaz. Era más
bien, como estar dentro de la nube, de manera que todo mi cuerpo estaba calado.
El agua me escurría por las piernas, por la cara, arrastrando el sudor, por los
brazos. Pero era agradable. No hacía frío, así que, el conjunto constituía una
sensación sugestiva.
Miré el reloj y tocaba darse la vuelta. Y sin embargo
recorrí un tramo más de la calle.
25 metros y me di la
vuelta.
Entonces vi el
cartel. Un A3 en color: carrera de 10km en Cabezón de la Sal el sábado 27 a las
20:00 horas.
Clinc.
Apuntado. Si hubiera oportunidad podría estar en la salida.
10 kilómetros … un reto interesante. Regresé montaña arriba dándole vueltas a la
cabeza … Cabezón.
Sábado 27. Cabezón de la Sal. 20:03 horas.
Es probable que me esté equivocando: debería ser más
prudente y no competir. Limitarme a entrenar poco a poco y sin prisas, dándole
tiempo a mis pies para intentar olvidar tanto dolor. Pero … esto es una
adicción y la competición es más fuerte que la paciencia.
En cualquier caso ya no hay marcha atrás.
Suena un disparo. Tomo la salida junto a otros 375 atletas
aproximadamente. Aquí hay mucho corredor bueno. Mucho nivel.
Salgo con la intención de probarme. Ya no solo de probar los
pies a ver cómo aguantan, sino de probarme entero, a ver qué ritmo soy capaz de
llevar y si puedo mantenerlo.
.
En cuanto se despeja un poco la salida, a los quinientos
metros miro el crono. Marca 00:00:00. El reloj también falla. No tengo
referencias de tiempo hasta que pregunto a un colega si ha tomado tiempo en la
salida. Tampoco debería importarme el tiempo y, sin embargo … “Un minuto
cincuenta segundos”, me responde. A partir de ahí soy capaz de tomar alguna
referencia. Me importa menos el tiempo total que el ser capaz de no pinchar.
Kilómetro 5: 19’30’’. Muy buen paso... dadas las
circunstancias. Comienza la segunda vuelta. Hace mucho calor y me estoy
quedando solo.
Consigo engancharme a un pequeño grupo y mantengo el tipo.
Pasamos los “miles” escasamente por debajo de 4’, pero de forma muy regular. 3’
57’’; 3’59’’; …
Estoy cerca del último kilómetro y veo posible bajar de 40’,
algo realmente impensable antes de la carrera. Intento forzar un poco, lo que
antes podía ser un amago de sprint no es más que un último esfuerzo por
mantener el mismo ritmo. Entro en la meta en 39’26’’, más contento que si
hubiera ganado.
He sentido unas ligeras molestias en los pies, pero muy
llevaderas y no tengo una fatiga “mortal”.
Estoy volviendo.
me alegro por ti, espero que siga así la cosa y sigas mejorando.
ResponderEliminarMuchas gracias.
ResponderEliminar¿Qué tal vas tú?