martes, 13 de abril de 2010

CORRIENDO POR HYDE PARK


Nelson finisher London Marathon 2010.

Una de las cosas que más me gusta hacer cuando voy a alguna ciudad es correr tempranito por sus calles. Es una forma de hacer turismo. Esta vez, en Londres, conseguí salir dos mañanas, eso sí, a costa de madrugar. A las 6:40 de la mañana salía del hotel en dirección a Hyde Park. A las 7 entran a trabajar, así que ya había mucho trajín por las calles. Sin embargo el Hyde Park estaba casi desierto. Unos pocos corredores, unos cuantos paseantes, algunos ciclistas de camino al trabajo e incluso algún jinete a lomos de su caballo en el recorrido habilitado para la hípica. El parque tiene un aspecto esplendoroso. A pesar de que la primavera todavía está por explotar, ya hay árboles vestidos de flores y algunos tienen el brote de hojas. Y lo que más me maravilla de todo es lo bien cuidado que está. El césped está recortado con todo detalle. No hay rastro de basura por ningún sitio. Algunos caminos, dañados por las aguas del invierno, están siendo reparados. Doy una vuelta completa al parque buscando distintos caminos para hacer el recorrido más completo. Me cruzo con una madre que lleva un carrito con dos niños iguales y detrás, dos perrillos también exactamente iguales. Dobles parejas. También me llama la atención un jinete con toda la indumentaria al efecto sobre una bici minúscula, dando pedales a toda velocidad. Una pareja de corredores ya entrados en años, la mujer corre con una minifalda escocesa.
De regreso al hotel me cruzo con los militares en traje de faena que forman la Guardia Real a lomos de sus caballos, saliendo de las caballerizas de Kensington.
Al cruzar las calles me hago un lio tremendo. No me da tiempo suficiente a pensar por qué lado me pueden venir los coches, así que miro a ambos lados varias veces para asegurarme de lo que hago.
No me caen especialmente bien los ingleses- aún así los prefiero a los franceses-, pero admiro, como me pasa en otros países europeos que he visitado, el respeto que tienen por lo común. En general el respeto a unas cuantas normas básicas de convivencia. Y sospecho que, por si acaso alguien está tentado de no respetarlas, el sistema punitivo debe funcionar con bastante rigor. En ese sentido no tienen complejos en aplicar las normas, al contrario de lo que ocurre aquí, que se legisla con profusión pero se mira para otro lado según qué cosas.

La ciudad está preparada para el marathón del próximo día 25. Hay carteles anunciando el evento y por las calles hay señales indicando qué zonas estarán cortadas al tráfico durante ese día (¡dos semanas antes ya lo avisan!). Al mismisimo almirante Nelson le han colocado una manta térmica.
Yo corrí aquí en 1996 y aún recuerdo algunas sensaciones en determinados sitios. En especial a lo largo de The Mall, donde está situada la meta. Esa llegada… se me pone la carne de gallina.

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