Comenzó una nueva temporada de
competiciones. La 2015/16. Y esta vez fue en un escenario inédito para mí: el
cross de Atapuerca.
Aunque había pasado varias veces
por la zona, nunca había estado tan cerca de los yacimientos arqueológicos y quedan
pendientes de una visita en profundidad, porque esta vez toda la mañana estuve
dedicado a las carreras. Realmente impresionante la cantidad de corredores de
casi todos los lugares de España y el enorme nivel de la cantera atlética que
tenemos, juveniles y juniors… ¿Qué pasa después? ¿Les veremos dentro de unos
años compitiendo y demostrando el enorme potencial que tienen? ¿Alguien les
ayuda? Este otro “yacimiento deportivo” también necesita investigación,
seguimiento y financiación para no perder una prometedora generación de
atletas.
En la carrera senior un ritmo
brutal de los corredores africanos. Merece la pena verles en directo pasar por
delante de tus narices, ver cómo apoyan ligeramente el pie en el suelo y salen
propulsados en una zancada infinita con un estilo y una elegancia admirable … y
envidiable.
Enorme carrera de Luismi Sanchez
Blanco, terminando entre los primeros 50 y muy cerca de Alberto Sanchez Pinilla.
Y estrené mi camiseta nueva. Otra
vez de verde, como en mi época en el equipo de la escuela de Montes. Esta vez
en la prueba popular y sobre una distancia de 5 kilómetros. En la salida en compañía
de Juan Carlos, que a pesar de estar preparando el maratón de Castellón, me
hizo una salida estilo Correcaminos. “Sal
tu delante”, “no, no , sal tú”, “no , sal tú que corres más …” Pum … No
volví a verle.
Y aún así en 200 metros me
estallaban los pulmones. “¿Dónde voy?”
No podía seguir ese ritmo salvaje y aún así iba en un pelotón gigantesco, dando
trompicones y dejándome metros en las curvas por la enorme cantidad de gente
que me rodeaba. La primera vuelta la hice como pude. Y las otras dos resultaron
aún peor. Fue una de esas carreras en las que te esfuerzas de lo lindo para, al
final, no acabar a gusto, ni por las sensaciones ni por el resultado. 18’ 52”
sobre un recorrido completamente llano y como una alfombra. Hubiera podido
seguir así otro par de vueltas más pero no se trata de eso. Se trata de correr
deprisa, de ganar velocidad.
Y ahí se plantea el dilema.
Entrenar para conseguirlo o entrenar por salir a correr y no agobiarme a series
y ritmos y presión. Hasta ahora ha sido así y hay que asumir que en las
competiciones luego se nota la falta de esfuerzo en el entrenamiento.
En realidad aquí no hay misterios. Entrenar con método y con cabeza
lleva a unos resultados. Salir a correr un rato por las tardes a otros no tan
buenos. La cuestión es tomar una decisión y asumirla en la competición.
La temporada no ha hecho más que
empezar. Quedan muchos crosses. Quedan muchas carreras. Y en el horizonte
empieza a asomar la San Silvestre…Habrá tiempo para todo.
Ah!!... Y "Tercer tiempo" con mis compañeros de club: comida campestre al solecito y en un día magnífico.
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