Se nos podría tachar de imprudentes y no sería un error. También
podríamos ser catalogados como insensatos, (que es como Gandalf llama a los
hobbits cuando se atolondran) y estaríamos bien definidos. Incluso podríamos
ser tildados de idiotas sin poder rechistar, sin sentirnos insultados. Al menos
yo no podría …porque fue lo primero que me dije yo a mi mismo … “Ángel… eres
idiota”.
Y es que no escarmiento. No escarmentamos, en general. Tal
vez, en toda mi vida de corredor, solo haya conocido una o dos personas con la
sensatez y la prudencia suficientes como para darse cuenta a tiempo y tomar la
decisión correcta.
¿Por qué a una vaca o a un caballo les basta toparse con un
pastor eléctrico una vez, una sola vez, para no volver a acercarse?
¿Por qué a una rata le basta una vez, una sola vez, recibir
una descarga para no volver a asomar el hocico por donde el investigador no
quiere?
¿Por qué yo, que soy persona, por tanto supuestamente racional,
que incluso tengo mi experiencia, me
lesiono hasta tres veces DE LA MISMA MANERA ?
Por imprudente, insensato e … idiota.
Y no soy el único. Pero no me consuela el mal de muchos.
Corremos. Corremos. Corremos más. Notamos una molestia. Nos
hacemos daño. Ignoramos que nos hemos hecho daño. No queremos darnos cuenta. Corremos
otra vez. Sigue doliendo… pero volvemos a correr. Y entonces ya duele tanto que
hay que parar.
Más o menos fue así.
Me hice daño. Instantáneamente me detuve. Reconocí el dolor
inmediatamente. Me paré y me volví a casa. Hasta ahí todo funcionó “racionalmente”. Hasta ahí hice lo correcto. Pero al día siguiente salí a correr. Dolía … pero poco. (¿Cuánto me tenía que
haber dolido para estarme quieto?). Y al día siguiente otra vez. También dolía, pero se ve que no lo suficiente. Y el siguiente
no solo corrí sino que forcé. ¡Zas!
Ya estoy parado.
Ahora pasarán los días entre juramentos y lamentaciones.
Me tocaré la rodilla cada hora a ver si ya me duele un poco
menos.
Me pondré hielo, tomaré antiinflamatorios, iré a fisios, a
médicos, atormentaré a los que me rodean con mis dolores y… dentro de unos días
volveré a correr.
Y … dentro de unos meses o tal vez años volveré a hacerme el
mismo daño, de la misma manera, en el
mismo sitio. Y al día siguiente volveré a salir a correr. Y el siguiente …
hasta que tenga que volver a parar.
Y volveré a lamentarme y … y …. y ….
Somos incorregibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario