¡Qué buena carrera! ¿Qué más se puede decir? Un 10.000 en
Ávila era necesario y esta segunda edición vino a reafirmar todo lo bueno de la
anterior. La mañana fue ideal para correr, así que se hicieron muy buenas
marcas. La gente corre mucho. Mucho.
Ver una carrera como ésta, desde fuera, me permite
reafirmarme en una de mis más profundas convicciones respecto al atletismo
popular. En el pelotón, donde corren los atletas más anónimos (si, todos son
atletas, desde el primero hasta el último; desde el que lleva musleras de
compresión, gps en la muñeca y está fino como un pincel, hasta el que arrastra
una ligera tripa de la que pretende desprenderse y corre con pantalones de
futbol), en mitad del montón, hay gente corriendo cuyas historias valdrían para
dar charlas sobre superación personal, ese tipo de historias que ponen la carne
de gallina de escucharlas; de gente que quiere correr y, por encima de todo,
corre.
Podría contar algunas, pero prefiero ser prudente. Este blog
no quiere entrar en la vida privada de nadie.
Lo que sí quiero es aprovechar para daros las gracias. Muchísima
gente me preguntó por “lo mío” y me resultó muy gratificante saber que me estáis
esperando. Ya queda menos. No sé cuanto menos, pero poco a poco conseguiré
recuperarme. Espero poder estar en la tercera edición de esta carrera. Muchas
gracias por vuestro sincero apoyo.
Respecto a las fotos … hice todo lo posible por sacar imágenes
de todo el mundo , pero el servidor no me deja subir unas cuantas, de manera
que las tengo que suprimir con mucho dolor de mi corazón. Como siempre, si
alguno queréis alguna en particular a más resolución, mandadme un mensaje a mi
dirección de correo electrónico y os la envío.
Una última cosa. Ya sé que para los lectores asiduos del
blog esto ya está dicho, pero… no me resisto. Me vuelvo a rendir de admiración
hacia esos corredores del Ecosport que montan el tinglado antes de la carrera,
corren y después lo desmontan. Y a todos
los voluntarios… vosotros sí que sois unos campeones.
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