Y ahí estaba yo en la salida…
Una lesión de Mercedes, tan
imprevista como inoportuna nos dejó en casa tan preocupados como fastidiados y …
con un dorsal encima de la mesa.
Y ¿por qué no corres tú? Pues, es
verdad,… ¿por qué no correr?
Todo lo que estaba haciendo hasta
entonces era correr un día sí y otro no media hora de trote suave, pero eso
bastaría para probar a ver qué tal estaban los pies. En el peor de los casos
sería una carrera de unos veinticinco minutos y, si notase algo raro, siempre
podía parar, así que … correría los 5K de Ávila.
Y los corrí.
Y pasaron dos cosas que, de no
haber corrido, no sabría ahora.
Una, que los pies no me dolieron.
No noté molestia alguna a lo largo de la carrera. Cosa muy importante de cara a
ganar confianza y progresar. Me queda mucho camino por recorrer todavía, pero,
de momento, la cosa marcha.
Dos, que mucha, mucha gente,
muchos corredores y muchos amigos se alegraron sinceramente de volver a verme
vestido “de romano”. Si lo primero es importante, os aseguro que esto lo es
mucho más.
Que alegrón verte de nuevo "vestido de romano", aunque luego al final no te vi, ya me han dicho que no te dolió el pie y eso me alegró mucho más. Aunque siempre se agradecían tus fotos, ya tenemos muchas y es mucho mejor verte corriendo que de fotografo
ResponderEliminarMuchas gracias ... una vez más. Siempre me habéis apoyado mucho y ahora que "la cosa" marcha espero que podamos compartir muchas carreras.
ResponderEliminarMe alegro mucho de tu vuelta al ruedo. Que dure mucho. ¡¡Ánimo!!
ResponderEliminar