El Campeonato del Mundo de Atletismo está a la vuelta de la
esquina. Menos de un mes y los mejores atletas del planeta se reunirán en Moscú
para dilucidar de nuevo, después de Londres 2012 quienes son los que más
saltan, más lejos lanzan y cuales los más veloces sobre las diferentes
distancias del programa.
Y, una vez más, las cadenas televisivas de nuestro país no ven atractivo alguno en su retransmisión.
Parece ser que el coste de los derechos asciende a 80.000
euros. ¿Es mucho? ¿es poco?
Yo no lo sé. No tengo idea alguna sobre lo que cuestan estas
cosas, pero parece ser, por lo que he leído en distintos foros, que es una
cantidad irrisoria comparado con lo que se paga por otros eventos deportivos.
El caso es que estamos amenazados de no ver las pruebas o de verlas a través de internet en un canal extranjero que lo emita a vía web.
Precisamente busco en internet el presupuesto de RTVE, con
la intención de saber en qué se gasta el dinero: un pastizal de 941 millones de
euros para el año 2013. No resulta fácil saber el desglose.
Renuncio.
Si este
fuera un país normal, estas cosas se encontrarían rápidamente: formarían parte
de la deseada transparencia de las administraciones públicas. Pero nuestros
políticos consideran que los ciudadanos no tenemos derecho a saber estas cosas.
Deben pensar que no nos importan, que no estamos preparados para entenderlo,
que somos idiotas o que … mejor que no lo sepamos. Sea cual sea el motivo, el
caso es que 941.000.000 euros anuales no dan para un gasto de 80.000, es decir,
el 0,0085% del presupuesto. En términos cotidianos es como si una persona que
gana 1000 euros al mes no asumiera un gasto inferior a … 10 céntimos …
Y entonces me pregunto…
¿Este es el país que lleva a gala estar en la élite del
deporte mundial?
¿Este es el país que quiere unos Juegos Olímpicos?
Si.
Es este mismo país, el que desprecia a sus mejores deportistas
olímpicos: atletas, piragüistas, gimnastas, remeros, tiradores, luchadores,
judokas, etc a lo largo de cuatro largos años para luego exigirles medallas y
éxitos en las competiciones más importantes.
Este mismo país cuyos dirigentes están más preocupados de salir
en las fotos que de ayudar y fomentar el deporte de base, el deporte escolar, el deporte universitario y el deporte popular (… que bonita demostración de poderío patrio ver al príncipe Felipe
flanqueado por el presidente de la Generalitat valenciana y el presidente de
Baleares en la final de Roland Garros, con la presencia confirmada de algún ministro y la lógica sospecha de que algún consejero y/o director general no se perdió el "happening") .
Ahora bien. No toda la culpa recae sobre “el mundo exterior”.
El propio atletismo, la IAAF y las RFEA se lo tienen que hacer mirar. Este
desinterés por el atletismo debe hacerles reflexionar sobre cómo organizar las competiciones de una manera más atractiva para el gran público. Hay que
dinamizar el programa, hacerlo más ágil, más sugestivo y dar más espectáculo.
De otro modo será imposible conseguir el interés de la gente aficionada a ver
deporte, de garantizar las retrasmisiones televisivas, de conseguir
patrocinadores y de garantizar el futuro de este deporte y de sus deportistas.
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