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El pasado domingo día 2
volví a la competición. Con motivo de la celebración del Cross Internacional de
Valladolid, Campeonato Regional individual y de clubes, la Federación de
Atletismo de Castilla y León organizó el I Cross Popular, tal vez para compensar
la eliminación de la carrera de categoría de veteranos del primero.
En cualquier caso, la
campa de Covaresa estaba llena a rebosar de corredores de todas las categorías,
desde prebenjamines a absolutos.
El día, sin ser
espléndido, sí resultó de los mejores que yo recuerdo de los últimos años, en
los que bien viento, bien la lluvia, la nieve o un frio intenso acompañaban las
carreras endureciendo la competición. Esta vez no fue así.
Las carreras se
desarrollaron con normalidad, con la habitual multitud en las categorías de los
más pequeños y con la presencia de más corredores que en años anteriores en las de cadetes, juveniles o junior, incluso
en categoría femenina. Buena señal. Parece que las cosas se están haciendo
bien.
En la categoría
absoluta hubo un detalle que no quiero pasar por alto y que no me gustó un
pelo. El reglamento de la competición indicaba claramente en su artículo 3 que “Los atletas deberán abandonar la competición
cuando sean superados por el atleta que marcha en primera posición, no siendo
clasificados en ningún caso. El jurado de llegada dará por terminada su misión
en el tiempo indicado como cierre de control para cada carrera (Artículo 2).
El tiempo indicado para
la carrera absoluta era de 12 minutos. Es decir, que los atletas doblados
debían retirarse y que no se podía entrar más allá de 12’ después del primero.
Pues bien. En cuanto el
ganador, el atleta eritreo Tsegay, entró
en meta los jueces comenzaron a forzar la retirada de los corredores que ya
habían completado la cuarta vuelta, es decir, no habían sido doblados, y evidentemente
ya no lo iban a ser y además con toda seguridad harían los dos últimos
kilómetros en menos de 12 minutos. Todo eso delante de la línea de salida de la
prueba popular y arguyendo que lo hacían para no retrasar esta. Varios
corredores de entre los que estábamos esperando a salir comentamos a los jueces
que no importaba esperar unos minutos más y que no retirasen a los corredores,
lo cual resultó en que algunos jueces continuaron con su labor mientras otros
permitían el paso de los más rezagados.
Total, una pena.
Y por fin salimos a
correr. Tras el tiro, la salida fue muy rápida. Yo hice lo que pude por
mantener un ritmo fuerte, pero iba un poco atrancado. A mitad de la primera
vuelta conseguí estabilizar mi ritmo y me pegué como una lapa a un corredor
veterano del Vino de Toro, tras el cual fui adelantando numerosas posiciones.
La segunda vuelta me resultó más cómoda aunque perdí a mi “liebre”. Al final
incluso llegué a esprintar para ganar un par de puestos más.
Al final terminé el 30º
de entre 197 y 4º veterano B con un tiempo de 15’16’’ para los 4 kilómetros, es
decir, a un ritmo de 3’49’’/km, que no estás para tirar cohetes pero que a mí
me satisface mucho para mi nivel de entrenamientos. Así que … tan contento.
Ángel y Alberto también
corrieron en sus respectivas categorías, 34º y 70º respectivamente.
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