carreradelaciencia.com |
El pasado año no pude hacer más allá
de un par de kilómetros a tope porque la rodilla me dolió mucho después del
tortazo de la bici en el ducross de Humanes, pero este año me presentaba en la
salida sin dolores ni molestias que me impidieran disfrutar de la carrera.
Eso sí, tenía la “casi” necesidad
de bajar de 38 minutos. Una especie de exigencia motivada por la tonta ambición
de demostrarme a mí mismo que estoy para esos ritmos y no empiezan a formar
parte del pasado … todavía. Esas autoexigencias, tal vez irracionales, con las
que convivimos los corredores. Así que me planteé la
carrera de tal manera que la primera mitad debía hacerla en 18’30’’ y la
segunda en 19’30’’ … como mucho.
La salida en el CSIC siempre es
rápida porque la calle Serrano se hace cuesta abajo, así que no es extraño que
el primer kilómetro lo pasara en 3’30’’ y el segundo en 3’35’’. Un ritmo que
pronto se ralentizó al allanarse el trazado en la Castellana con el paso por el
3000 en 10’50’’. Me encontraba bien y con ganas de forzar, pero comenzaba a
notar que el recorrido no lo iba a poner todo tan fácil. Al paso por el km 5
marcaba 18’32’’. Justo lo planeado, pero sin mucho margen para despistarse. Y
ahora comenzaba la zona más difícil. Un par de kilómetros por encima de 4’ para
llegar al 8000 en 30’30’’. Dos kilómetros tan solo para meta y otra vez cuesta
abajo…
“¡A tope!” … me exigía a mí mismo. Alargando la zancada y procurando
correr todo lo deprisa que podía pasé por el km 9 en 34’ 15’’ para terminar en
37’45’’.
Una gran alegría, tanto por el
tiempo realizado como por lo que pude disfrutar de la carrera en sí. Puesto 82
entre casi 5000 corredores.
Círculo cerrado. Una temporada en
la que he aprendido a disfrutar de las carreras mucho más que antes y a valorar
mucho más las sensaciones que el cronómetro.
Y ahora... a seguir con prudencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario