Tercer año de esta
carrera que cada vez atrae más gente y se consolida por una buena causa en el
calendario abulense. Y fue una gran carrera.
Podría escribir sobre
cómo se desarrolló, el buen ambiente que hubo o el nivel de la prueba.
Podría escribir que fue
la primera vez en mi vida de corredor, en casi cuarenta años compitiendo, que
nos enfrentamos a un rebaño de ovejas en dirección contraria, un rebaño
pequeño, pero todos sabemos cómo son las ovejas: tercas e indecisas y se pueden
cruzarse de lado en el último momento, no lo dudan, se cruzan.
Podría escribir sobre
esa cuesta que es casi la seña de identidad de la carrera y recoloca y define
la clasificación por su dureza.
Podría escribir de
muchas cosas más pero …
Resulta que cuando
llegué a la meta mi amiga Mar me contó que había corrido un hombre invidente con
su perro guía.
Había corrido la carrera entera conducido por su perro.
Y que llegó.
Llegó el último.
Y desde ese momento estoy dando vueltas a que, al menos esta
vez, habría que darle la vuelta a la clasificación y empezarla por abajo.
Volví
a visualizar el recorrido: los bordillos, los charcos, los baches, las roderas,
las piedras, … la cuesta arriba… ¡ la cuesta abajo!, esa bajada en la que hay
que poner el pie en el sitio justo porque te juegas el tobillo entre tanto canalillo
abierto por el agua…
Ese corredor y su perro
han encontrado un rendido admirador. Esas son las cosas que tienen verdadero
mérito, sobreponerse a la adversidad y mantener las ganas de salir adelante. Una lección.
Creo que estaréis de
acuerdo conmigo que, de haberlo sabido, deberíamos haberle hecho el pasillo de
los campeones a su entrada en meta.
Lo dejamos pendiente.
Ya lo creo que tiene un mérito ENORME!! .Por cierto Angel estas muy fino este comienzo de año,llegas muy bien al cross.
ResponderEliminarEstoy más flaco que fino. Y cada vez más lento. Pero estoy contento. No me quejo. Nos vemos en el cross!!!
EliminarYa lo creo que teníamos que haberle hecho el pasillo.
ResponderEliminar