A lo largo de estas
últimas semanas he oído esta frase en varias ocasiones. Empezar a correr. ¿Qué
impide a una persona salir a correr un rato a la calle? La vergüenza, el miedo
al qué dirán, el dolor de piernas, el no ser capaz de soportar más allá de unos
minutos o unos centenares de metros, el pensar y volver a pensar que para qué
voy a salir si total … Excusas. Somos artistas en buscar excusas.
Empezar a correr. En
tantas ocasiones como surgió el tema me vi dando explicaciones, así que pensé …
tal vez el blog debería servir de algo más aparte de contar mi vida, mis
dolores y mis pasiones.
Empezar a correr … pero
no sé cómo.
Una forma sencilla de
empezar a correr es no pensar nada más que en el día en el que vas a empezar.
Pongamos … hoy. No pienses en nada más. No pienses en si te va a doler algo o
no. No pienses en quién te vas a encontrar
si sales. Si vas a tener que salir mañana o no.
No. Solamente piensa en hoy. Nada más que hoy. Repite conmigo: Hoy voy a
salir a correr.
Ha llegado el momento.
Tal vez no sea el mejor día (hace frio, se va a hacer de noche … ). No, no, no.
No busques excusas. Has decidido que hoy es el día, así que no te eches atrás. Se
valiente y sé consecuente. Hoy es un día diferente a los anteriores en los que
te volviste al salón y encendiste la tele entre remordimientos. No. Hoy vas a
salir. Abre el armario y busca la ropa de deporte que tengas. Entre todo lo que
encuentres ponte lo que más te guste, la ropa con la que te sientas más a
gusto. Vas a correr, tal vez no vayas a un desfile de Adidas, pero tampoco
tienes que ir hecho un adefesio. Elegante. Gústate.
Ya estás en la calle. Primer
Momento Clave. No hace falta que arranques a correr como si te persiguiera un
batallón de orcos. Puedes caminar un rato. Ve a un parque o a una zona donde
haya otros corredores. Una vez allí comienza a trotar un poco. Despacio. DESPACIO.
Segundo Momento Clave. Comprende que tu cuerpo está haciendo algo que no ha
hecho hace mucho tiempo (todos hemos corrido de pequeños, de manera que no me vengas con que no lo has hecho nunca)
así que corre despacito … diez, doce … quince minutos. ¿Estás al borde del colapso? Probablemente
no. Si has corrido DESPACITO diez o quince minutos sigues en el reino de los
vivos. Tal vez un poco fatigado pero VIVO. Vale por hoy. Párate y regresa
caminando a casa. Si tienes ganas puedes estirar un poco. SOLO UN POCO.
Y ahora mírate al
espejo. Has corrido. Nadie se ha metido contigo. Nadie se ha reído. No te ha
pasado nada grave. No te has caído de bruces contra el suelo. Te has demostrado
que no eres tan pato como pretendías y con lo que te excusabas para no intentarlo…
Ya has traspasado ese muro que te parecía insuperable. Enhorabuena. Has dado el
primer paso para convertirte en un corredor. El paso más difícil y el más
importante. Y ahora te duchas y sigues con tu vida cotidiana. Date el gusto de
recordar de vez en cuando que hoy es el primer día que has salido a correr. En
el futuro lo recordarás … durante muchos años.
Y ahora … ¿qué? Tercer Momento
Clave. Habrá que repetirlo ¿no?…. ¿Cuándo? Pues … cuando quieras. Correr no
debe convertirse en una obligación. Correr se convertirá en una necesidad, pero
mientras tanto deberás superar una serie de adversidades. Mañana es posible que
te duelan las piernas. O simplemente que no te apetezca. No te obligues a salir
todos y cada uno de los días a correr. No tengas el temor de que … si no salgo mañana perderé la motivación…
Si mañana quieres salir … simplemente sal y repite. Y si no es mañana y es
pasado mañana … no pasa nada. Estás empezando, así que ¿Por qué empezar a
torturarse con obligaciones y planes?
Próximo capitulo: EL
SEGUNDO DÍA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario