Y DE POSTRE...EDEMA OSEO

Me salió cara la aventura del duatlón. Bueno, no solo el duatlón. La carrera del CSIC también hizo lo suyo.

Cuatro semanas de parón en el peor momento.

Después de la maldita fascitis plantar y una vez “casi recuperado”, nadie se espera y hasta me atrevo a decir, que nadie se merece, sufrir otra lesión que detenga de nuevo la rutina de los entrenamientos recién reconquistada ni la ilusión de mirar el calendario de las carreras para ver cuál es la siguiente.

Bien es verdad que yo me lo busqué solito.

El golpe del duatlón de Humanes de Madrid fue un señor porrazo, pero no pensé que tuviera más consecuencias. Es cierto que al volver a correr el dolor no remitía, pero pude completar dos o tres sesiones de 50 minutos. Y con eso pensé que estaba todo superado.

La Carrera del CSIC agravó el mal que me hubiera producido en el duatlón, asi que no me quedó más remedio que ir al traumatólogo y ver que estaba pasando por ahí dentro.

La primera exploración fue tranquilizadora en el sentido que no parecía que estuviera afectada la articulación, pero debería completar el estudio con una resonancia magnética. Afortunadamente ésta descartaba todo daño articular y solo manifestaba un severo edema óseo en el cóndilo femoral y en la tibia, nombre científico al más vulgar pero expresivo “porrazo”. Tratamiento: entre cuatro y seis semanas parado.

Hoy cumplo tres semanas y seis días de reposo. Entre tanto he ido realizando los entrenamientos habituales de cuando no podía correr por la fascitis: bicicleta de montaña sin cuestas, gimnasia y estiramientos, es decir, mi rutina estos dos años pasados. Tres semanas y seis días deseando salir a correr pero conteniéndome no fuera a ser qué…

Mañana cumplo cuatro semanas parado. El lunes saldré. Y espero que sea para coger carrerilla, nunca mejor dicho.