Ayer se celebró la tradicional
Carrera Popular de Navidad que con tanto cariño organiza la Asociación de
Vecinos Arturo Duperier. Y un año más, lo que me pareció más destacable de la
carrera es el buen ambiente que se vive dentro y fuera de ella. Al centenar y
medio largo que nos apuntamos a disputar la carrera de los mayores hay que
sumar a toda la chavalería que disputan las categorías menores y, a todos
ellos, la cantidad de público que se congrega en la zona para disfrutar de una
mañana de carreras que, como casi todos los años, se celebra bajo un sol de lo
más agradable.
Cada año que pasa son más los
corredores que se disfrazan y ya no es ponerse algo comprado en los chinos sin
más, la cosa va poniéndose interesante. Este año ganaron el premio los bomberos
con su carro de batalla, eso si, de tracción humana en vez de animal. El trío
de corredores disfrazados de mujeres no le fue a la zaga … estaban …irresistibles.
Ganó Luismi Sanchez Blanco y se
llevó una cesta de productos con la que no podía de lo mucho que pesaba, con
Diego, Jorge y Borja, los tres del Puente Romanillos a continuación. Ganó
Jaqueline Martín en categoría femenina con Jennifer y Ana Isabel por detrás.
Y gané yo.
Volver a correr.
Volver a correr
en la misma carrera con Mercedes y Ángel.
Volver a correr sin dolor de pies.
En
la salida estaba exultante. Solo el hecho de estar ahí ya era una victoria. La salida se me hizo muy dura. No tener nada de
ritmo de competición me hizo sufrir mucho en la primera vuelta. Apenas podía
seguir a los corredores que me pasaban. No me encontraba a gusto ni
subiendo ni bajando. Poco a poco fui estabilizándome y mediada la segunda
vuelta conseguí mantener un ritmo cómodo. Y así comencé a adelantar algunos
corredores. Me crucé con Ángel, muy adelante, tanto que no me vi con
posibilidades de acercarme a él para disputarle el sprint que habíamos
imaginado antes de la carrera. También me crucé con Mercedes, con buen ritmo a
pesar del esguince de su pie. La última vuelta se me hizo corta. Aumenté algo
la velocidad para entrar fuerte en la meta, con un tiempo final de 17’ 22’’ y
más o menos el 25º.
La organización daba para el
recorrido una distancia de 4761 m. Según mi tiempo en meta eso suponía correr a
3’34’’ el kilómetro. Jamás pensé que pudiera ir tan deprisa. Tal es así que por
la tarde medí el recorrido sobre una ortofoto. El resultado me dio 4641 m, lo
que supone un ritmo de 3’44’’, algo más razonable, aunque aún a un ritmo muy superior al que yo hubiera supuesto estar capacitado para ir, que de ninguna
manera era inferior a 3’50’’.
Si solo por el hecho de correr ya
estaba contento, haber sido capaz de ir a 3’44’’ dispara, más de lo deseable,
mis expectativas para la San Silvestre.
Ángel me ganó. Me ganó por mucho,
casi me sacó un minuto. Hizo un carrerón en un grupo con Jime y Alfonso.
Mercedes terminó muy bien, aunque su pie no creo que sea de la misma opinión.
Tenemos una cita los tres y mi padre dentro de una semana. Vamos a la fiesta de San Silvestre.
¡Olé!
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