Cuando una persona se involucra
en el mundo del deporte, en especial en el del deporte minoritario, es decir,
en todo aquello que no incluye un balón de futbol, se da cuenta que con una
pequeña cantidad de dinero se pueden hacer bastantes cosas. Muchas cosas. Casi
podríamos decir … muchísimas cosas.
Cuando digo “una pequeña cantidad
de dinero” me refiero a una cantidad infinitesimal en comparación con las
cifras que aparecen en los periódicos deportivos relacionadas con traspasos de
jugadores de futbol, primas, sueldos, en equipos de primera o segunda división.
No mezclemos cosas, porque en el mundo del futbol, también hay equipos humildes
y también hay apreturas.
Y cuando digo muchas cosas,
quiero decir pagar monitores, comprar material, equipar a los deportistas,
ayudarles en los desplazamientos a las competiciones, pagar el alquiler de las instalaciones
deportivas para entrenar, pagar arbitrajes y jueces, licencias federativas,
seguros médicos, etc.
Todo aquél que haya hecho “gira”
por las empresas de su localidad para ver si consigue un patrocinio habrá
podido comprobar que no dista mucho de mendigar. Vas pidiendo algo de dinero a
cambio de nada. ¿Por qué nada? Porque salvo honrosas excepciones, el deporte
minoritario tiene un eco muy escaso en los medios de comunicación.
Aparece ahora el llamado Mecenazgo prioritario, promovido por el
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte a través del Consejo Superior de
Deportes, la Fundación CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales)
y la Asociación de Deportistas, con el
fin de desarrollar un conjunto de acciones financiadas con aportaciones y donaciones
de empresas, como máximo de 50.000 euros, que podrán deducirse hasta un 40% de
la cantidad aportada en la cuota del impuesto sobre sociedades. Los objetivos
del programa son:
1) La promoción y desarrollo,
nacional e internacional, de las PYMES españolas mediante la colaboración con
las empresas y deportistas españoles.
2) Contribuir a la difusión y
mejora del conocimiento que tiene la sociedad del liderazgo del empresario como
creador de crecimiento económico y empleo, asociándolo a los valores del
deporte.
3) Apoyar económicamente al
deporte femenino y a los jóvenes talentos, en su preparación y participación en
eventos y competiciones de su especialidad.
4) Promover becas y prácticas de
empleo de deportistas en empresas así como, la inserción laboral en el mundo de
la empresa de los deportistas al finalizar sus carreras deportivas.
5) Impulsar y promover el
espíritu emprendedor y la capacidad de innovación y creatividad de las PYMES
españolas.
6) Fomentar el desarrollo
personal y profesional de empresarios, directivos y profesionales en todo lo
relativo al factor humano y equipos.
A lo mejor esto es un primer paso
para que los deportistas puedan comenzar a recibir una pequeña ayuda que les
permita salir adelante.
Un primer paso para que los
clubes puedan vivir con algo más de desahogo gracias a la aportación de una
empresa local y no solo de lo que sacan vendiendo lotería de navidad o a las
cuotas mensuales que pagan sus padres, algunos con mucho sacrificio, para que
sus hijos puedan practicas algún deporte.
Un primer paso para que la
sociedad, en su conjunto, reconozca los valores del deporte como un elemento más
de la formación de las personas.
Y ahora … manos limpias: el
dinero que salga para el deporte que sea para el deporte y los deportistas.
Estoy de acuerdo contigo Ángel, porque ni es fácil mantener un club, ni fácil practicar un deporte que no sea el football, y menos aún si es una modalidad "poco habitual", como tampoco es fácil que la sociedad valore los sacrificios (personales y económicos) que hay que hacer para ello.
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