miércoles, 23 de marzo de 2016

10K LAREDO: POSIBLEMENTE EL CIRCUITO MAS RÁPIDO DEL MUNDO




La tercera Ley de Newton establece que siempre que un objeto ejerce una fuerza sobre un segundo objeto, este ejerce una fuerza de igual magnitud y dirección pero en sentido opuesto sobre el primero. 
El mismo enunciado pero de manera mucho más sencilla se expresa así: A cada acción siempre se opone una reacción igual pero de sentido contrario. 
A una acción imprudente siempre se opone otra extremadamente prudente. 
Y así me presenté en Laredo. 
Con la tercera Ley de Newton en el bolsillo. 
Con la idea clara de que por nada del mundo daría un solo paso que comprometiera mi rodilla. 

Probablemente una reacción exagerada.
Pero los 10K  de Laredo es más que solo la carrera. 
Este año no alojamos en el hotel Cosmopol, tomado completamente por corredores y donde se respira atletismo desde que entras por la puerta. Por allí estaba el gran Sergio Fernandez Infestas, con una corte de grandísimos corredores, Santo de la Fuente, Pedro Sanz, Felix … Inevitable tertulia en los pasillos del hotel, a la que se sumó Mariano Haro cuya historia podría llenar de anécdotas interminables tardes entre corredores.

Es pasear por las calles y ver más corredores, algunos conocidos y otros de casi todas las provincias de España, atraídos por esta carrera y su ya famoso eslogan… “posiblemente el circuito más rápido del mundo

Y es entrar a comer o a cenar en algún local del lugar y que se hable de la carrera, de marcas, de ritmos y de tiempos de paso con los de las mesas de alrededor o con los propios camareros.
Compartir un rato recogiendo el dorsal con atletas locales, calentando con los amigos, con los compañeros del club…

Y mojarte con todos los demás, público y corredores. 
Nosotros, Ángel y yo, llevamos dos de dos. Dos años, dos lloviendo. Santi decía que el lleva cuatro de cuatro y Sergio afirma que recuerda que algún año … no ha llovido.

Y la tercera Ley de Newton me llevó a salir en la cola de la carrera, donde nadie lucha por colocar un pie tres centímetros más adelante o sientes un codo alojado en tus costillas diez minutos antes del disparo. 
Atrás hay fotos y risas, pocos cronómetros y muy pocos pulsómetro. También es cierto que hay más móviles en el brazo, mucho auricular y más ropa que por delante...

Corrí un ratillo para ver que la recuperación va por buen camino y aproveché que el circuito permite ir viendo a los corredores de cabeza y a los amigos y conocidos a lo largo del recorrido. 

Vi a Luismi Sanchez Blanco haciendo un carrerón, tirando de un grupo a su rebufo abusando de su generosidad. Pablo algo más atrás, Jaqueline a por el record nacional de veteranas en ruta, a Vivi mejorando otra vez su marca, a Jorge, a Ángel sufriendo porque si se entrena poco resulta difícil mejorar marcas.

También a Sergio agarrándose el isquiotibial y aún así peleando como el chaval de 60 años que es. A Juan Carlos buscando esa marca que vale y se le resiste. 
1800 corredores inscritos cada uno de ellos en busca de un objetivo, muchas veces más ambicioso de lo necesario en una carrera que lo permite … o lo permitía.

Los 10 k de Laredo pueden “sufrir” estrés de éxito. 
Es tal la fama que tiene que muchos atletas vienen aquí a hacer su mejor registro sobre la distancia. Muchos … a todos los niveles. Hay atletas que están por debajo de 33’, que es correr muchísimo, que saben que este es el circuito. Pocos problemas tiene estos. En dos o tres segundos están en la línea de salida y con terreno despejado.

Pero también hay ambición en los sub 35’ o los sub 38’ o los sub 40’. A todos nos gusta superar nuestras marcas… o no irnos muy lejos de las que hicimos el año anterior, como ocurre en el caso de los que ya no estamos en nuestros records.

Y Laredo … es el circuito.

El año pasado corrí en 36’42’’. Este año me correspondió el dorsal 761 por ese tiempo. 
Voy a los resultados de 2016: con 36’42’’ se entró en el puesto 388. Es decir, 377 puestos mejor que el supuesto teórico. 
¿Las razones? Falsear el tiempo acreditado para salir delante. 
¿Las consecuencias? Qué se las pregunten a los que salieron donde les correspondía, un slalom gigante los dos o tres primeros kilómetros. Y la certeza de que, habiendo salido mejor, se hubieran ido a casa con 20 o 30 segundos menos. 
¿Los comentarios? No compensa venir, como algunos decían después de la prueba.

Y no es una cuestión de la organización. Es de los atletas. Los segundos exigimos de los primeros el recorrido perfecto, llano, homologado y cerrado al tráfico. Puntualidad, control rigor. Exigimos los resultados casi al terminar la prueba. 
Y a cambio una importante proporción de corredores mienten descaradamente a la hora de cumplimentar la inscripción. Mienten al dar su marca. Y arruinan la carrera a los demás. Ya les llegará el día que otros les molesten el la salida y se quejarán. 

Yo sí volveré. Las marcas ya han pasado a un segundo plano en mi vida deportiva en la misma medida que disfrutar del ambiente y los amigos han pasado a ser la prioridad. 

Y Laredo … es el circuito. 

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