Foto de Avila Runners Team |
Había que elegir una.
Martiherrero o Riofrio. Y esta vez tocó Martiherrero. Solo fue cuestión de valorar
fuerzas y de recordar las cuestas que hay en una y otra carrera.
No fue la carrera en sí lo que
más me llenó el ánimo, el espíritu, el alma o el corazón. O como quiera que se
llame esa parte que tenemos dentro. Fue algo que ocurrió después.
A pesar de tener que repartirnos
entre las dos pruebas, a la misma hora del mismo día, resultó que en ambas hubo
una buena participación y buen nivel.
En Martiherrero tomamos la salida
en torno a 120 corredores, en un
circuito de dos vueltas que no alcanza los seis kilómetros (5,6 según la media
los gps de quienes pregunté) y que entre caminos y calles tiene su punto de
personalidad. La salida, muy rápida, definió en seguida el grupo de los más
fuertes, con Diego López, Luis Miguel Martín, Borja, Ángel y Alejandro. Un poco más atrás Nano, Sergio y un
extraordinario Rafa Comesaña, fortísimo desde el principio lideraban el grupo del
resto de corredores.
Encabo, Roberto Moreno y yo
fuimos remontando posiciones en plan diesel hasta la última cuesta camino de
meta, completando una carrera bastante regular.
Ángel, después de muchos meses
sin venir a correr a Ávila terminó cuarto, el puesto que más veces ha repetido
y yo el 18º, con mejores sensaciones que semanas atrás aunque las cuestas
arriba aún me dejan vacío.
Al llegar, como siempre en estos
casos, un refresco un bocado y una charla.
Entonces por delante de mí, a
unos metros, entre los corredores pasó Alberto en una silla de ruedas. La
pierna estirada sobre un soporte, con la chaqueta de su equipo puesta porque
empezaba a refrescar y gafas de sol.
Durante muchos días, desde que me
contaron de él, he estado acordándome de Alberto. Y muchas veces he buscado
palabras para escribir en este blog algo que poder decirle. Nunca llegué a
encontrarlas. Así que ayer cuando tuve oportunidad hablé un rato con él.
Alberto es un chaval corredor y
ciclista. Una de esas personas que, como tantos otros hacemos, encuentran en el deporte una forma de vida:
entrenar, salir a competir, tiradas largas de bici, carreras en un rato libre …
llegar al límite para ver cómo el cuerpo responde cada vez mejor, exigirse y
comprobar que los resultados van llegando.
Hace unas semanas sufrió un
accidente con la bici. Bajando Hornos Caleros un coche se le cruzó. Le provocó
un destrozo enorme.
Yo no conocía a Alberto. No era
capaz de ponerle cara a quien me lo describía, aunque seguro que hemos
coincidido en más de una ocasión. Afortunadamente cada vez somos más corredores
en Ávila y esto aumenta de forma imparable. A pesar de ello, desde que me
contaron su accidente traté de tener información sobre su evolución.
Por eso ayer, cuando le vi, me llevé
una alegría y aún más cuando charlé con él unos minutos.
A las personas se nos puede
clasificar de muchas maneras diferentes. Una de ellas es la forma en que
encaramos las adversidades. Hay quien se hunde con ellas y hay quien flota y
resurge … a pesar de ellas.
Ayer Alberto vino a ver una
carrera en la que hubiera podido correr de no haber sufrido ese accidente. Hay
que tener una fuerza mental para hacer eso muy grande, porque le quedan muchos
meses de recuperación, de rehabilitación, de esfuerzo para volver al punto
donde estaba.
Hay que tener coraje.
Siempre he tenido la certeza de
que uno se recupera de las lesiones comenzando por la cabeza. El cuerpo, después,
hace su trabajo. La cabeza de Alberto ya está trabajando en su recuperación.
Por eso vino a vernos correr.
Fueron tres o cuatro minutos de
charla. Fue una enorme lección para mí. Esta fue mi recompensa de esta carrera.
Haberle conocido personalmente. El jamón de los ganadores está bien, está muy
bien, pero os aseguro que este otro premio alimenta más.
Sigo sin encontrar las palabras
que me permitan expresar lo que siento. Pero espero con toda mi alma que llegue
el día en que vuelva a ver a Alberto vestido de corredor junto a nosotros en la
salida de una carrera. Mientras tanto, en el día a día, que sepa que, además de
todos sus amigos y de los compañeros de equipo, hay mucha más gente que estamos
con él.
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