Tengo en mi estantería una hucha.
Es un cerdito-hucha que me tocó hace unos años en el sorteo de la Carrera de Narrillos.
Uno de esos regalos que de pronto llegan a tus manos y tú decides si
guardarlos, tirarlos, darlos o usarlos. Lo cierto es que pasaron meses hasta
que al cerdito le cayó la primera moneda, que tampoco sería de las gordas. Cobre
más que níquel.
Pero al poco, según llegaba a
casa, esas monedas que las prisas no permitían que entraran en el monedero y acababan
saltando en el bolsillo, pasaban a alimentar al cerdito.
Cuando era pequeño solía guardar
el dinero en una hucha, pero no tardé en aprender a sacar con un cuchillo las
monedas por la ranura. Incluso aún guardo una de ellas (con monedas de 50 céntimos, pesetas y duros) a la que directamente le
practiqué un agujero suficiente para que todo lo que entrase pudiera salir en
caso de necesidad, cosa inevitable cuando se pretende acabar una colección de
cromos.
Ayer fue la carrera de Narrillos
de San Leonardo. Muchos niños en las carreras infantiles, cada año más diría yo
y unos 150 corredores en la absoluta para recorrer el ya clásico circuito por
el pueblo y las cuestas de sus alrededores.
Dominio absoluto de Jorge
Blazquez con Hugo Tardón y Luis Miguel Martín completando el pódium y gran carrera
de Pedrito y Fran, cuarto y quinto respectivamente. Entre las chicas, Pilar,
Longi y Virginia. Por detrás ilustres incombustibles como Zipi, Alejandro,
Rilo, Roberto, David, Oscar, Alfonso, Rafa, Raúl… y Vicente.
Ayer reaparecía. Después de muchos
meses, tal vez un año sin competir, ayer se volvió a colocar un dorsal. Vicente
es de esos corredores que no engaña, que no se esconde, que si está bien y
entrenando a tope te lo dice y si está mal y sin entrenar, también. No responde
a ese extendido y cansino estereotipo de corredor “ay
es que me duele aquí, ay es que no he dormido”. Para lo poco que lleva entrenando ayer
consiguió terminar en el puesto 19. “El primero de los gordos”, me dijo en la
meta.
Ja.
Ja Ja.
También estaba por allí Alberto, otros
años en el pódium y esta vez de obligado espectador pero con la pierna con mejor
aspecto. Muchas sesiones de rehabilitación desde hace un mes que le vi. Mucho
trabajo y mucho esfuerzo, pero en el camino.
Y también estaba Guille
Buenadicha. Correrá más o correrá menos, que hasta ahora siempre es más según
su rigurosa contabilidad de marcas, medias, distancias y ritmos (asco de
ingenieros), pero Guille tiene el mundo conquistado porque es de esas personas
para los que las cosas de la vida solo tienen una cara: la positiva. El resto
no entra en la ecuación. Cumplió su programa como quien resuelve la matriz de un endomorfismo de un espacio vectorial en cierta base asociada a la
descomposición en suma directa de subespacios invariantes bajo dicho endomorfismo.
Plis plas. "A 4’24’’ y
además he ganado a XXX". (XXX es su gran y secreto rival). A por la siguiente.
Y me marché de los últimos porque
a esa hora en la que ya se va escondiendo el sol, resulta muy agradable charlar
con los amigos.
He de añadir un par de cosas. Magnífica organización, como todos los años y muy buen ambiente en el pueblo, volcado con la carrera. Muchas gracias a todos.
¿Y la hucha? Creo que fue hace cuatro
años cuando la gané. Lo cierto es que la hucha es bastante fea pero cuando me
la dieron me dijeron que era una colaboración con la carrera de una asociación
de personas con algún tipo de discapacidad. La voy cebando. Es grande así que
tardaré en llenarla. La he cogido cariño así que tendré que darle un destino digno a la fortuna que atesora. De momento no la he profanado, que ya es mucho.
Ojalá subir la maldita trocha de Narrillos (¡dos veces!) fuera tan fácil como resolver la matriz de un endomorfismo de un espacio vectorial en cierta base asociada a la descomposición en suma directa de subespacios invariantes bajo dicho endomorfismo... :-)
ResponderEliminarMuchas gracias por los inmerecidos halagos, Ángel. A punto estuve de estropear mi positivismo por esforzarme vanamente durante 600 metros en seguir la estela de dos grandes compañeros de club. Ese apretón inicial mermó mis ambiciones, pero como dices, acabé contento (hasta ahora siempre ha sido así...).
La siguiente, Sotillo. Como nunca la he corrido, todo será mejorar, y/o ganar a rivales secretos.
¡Un abrazo!