¡Vaya manopla de agua que les
cayó a los corredores! Se pasó toda la mañana tonteando el tiempo, mostrando su
cara más amable con un sol radiante y la más antipática con cortas aunque intensas
granizadas. Pero lo peor lo reservó para la hora de la salida de la carrera. El
cielo se cubrió de nubes negras y unos minutos antes del cohete que marca el
inicio de la prueba, se puso a llover, incluso a medio nevar. Para que no faltara
nada, el agua se hizo acompañar por fuertes rachas de viento y un intenso frio.
Un panorama, vamos.
Aún así hubo en torno a un centenar
de valientes que salieron a dar las tres vueltas por el circuito de mi barrio.
Roberto Jiménez y Borja Herranz ponto se destacaron y, al igual que el resto, combatieron
contra los elementos más que entre sí. Al final Roberto ganó por su mejor
final. Por detrás Luis Miguel Sanchez, José María Diez, Eduardo Moreno,
Olivares, Oscar, Vicente, Zipi, Juan Carlos… empapados, con el dorsal desecho
en jirones de papel y con cara de frio. Allí estuvieron también Ángel, Rodrigo
y José Miguel , tres “cachorros” de la Escuela de Atletismo corriendo con los
mayores. Se les hizo larga y dura la carrera. Ángel mantuvo el honor de la
familia.
Hice unas cuantas fotos, pero
como gente de buen corazón que sois, me vais a disculpar que no las cuelgue.
¡Qué desastre!. Entre la mochila de Ángel, su abrigo, el paraguas, la cámara,
las manos heladas, el viento y mi falta de pericia… no puedo rescatar más allá
de una docena de ellas y no sé si merece la pena. Esta semana buscaré un ratito para verlas y
separar las que valgan.
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