Hay
una película, cuyo título en español es
“Atrapado en el tiempo”
(“Groundhog Day”, en su versión original, es decir, “El día de la
marmota”) que protagonizan Bill Murray y Andie McDowell, en la que un meteorólogo acude a una localidad de Estados Unidos
a cubrir, junto con una reportera de televisión, un acontecimiento anual: el
momento en el que una marmota predice cuando acabará el invierno. En la
peli, el protagonista vive diariamente las mismas situaciones, una y otra y
otra vez, hasta que … no cuento el final.
La base
“científica” sobre la que se sustenta esta original forma de “hombre del
tiempo” consiste en interpretar el comportamiento de la marmota el día 2 de
febrero, de tal manara que si el animalito, se vuelve a su madriguera, entonces
el invierno durará seis meses más. Por el contrario si al asomarse, abandona su
refugio, entonces se adelantará la llegada de la primavera.
¿A
qué viene esto? Pues a que yo estoy viviendo mi particular día de la marmota.
La
última vez que os conté de mis pies fue para deciros que estaba recuperado y
volvía a correr. Así fue. Un mes. Exactamente estuve recuperado un mes.
Transcurrido ese tiempo volví a calzarme dos fascitis, una en cada pie. ¿Una
recaída? ¿Una nueva lesión?
Esta
es una cuestión importante, porque no es lo mismo no curarte del todo y que se
reproduzca una lesión que estar curado del todo y volver a lesionarte. Sea lo
que sea no viene al caso. De momento dejémoslo ahí. Estoy lesionado, me duelen
los pies y no puedo correr.
La
cuestión es la marmota.
Yo
tengo dos marmotas: mis dos pies. Me levanto. Apoyo los pies en el suelo y … me
duelen. La lesión durará otras seis semanas más.
A
todo esto, estoy empezando a sufrir lo que le pasaba a Bill Murray en la
película: Se repiten situaciones que ya he vivido. ¿Cuáles son? Pues aquellas
carreras a las que acudí el año pasado como espectador con la casi certeza de
que este año las volvería a correr. Y sin embargo… ahí estoy en la orilla. La
carrera de Navidad, La San Silvestre Vallecana …
Ya
dije que no contaría el final, pero la cosa, en la peli …. termina bien. Yo tengo la
seguridad de que esta otra, de la que soy triste protagonista, terminará de la
misma manera y saldré de este “bucle infinito”. Un día me despertaré, apoyaré
los pies en el suelo y … saldré a
correr.
No hay comentarios:
Publicar un comentario