Tercer cross de la temporada.
Después de Atapuerca y Alcobendas tocaba Cantimpalos. Más o menos a mitad de
trayecto de las competiciones previstas.
Una mañana apacible, con una
temperatura agradable, muy diferente a otros años en los que el frío era el
protagonista de la jornada.
Un recorrido algo más largo que
los anteriores crosses, seis kilómetros, me permitía pensar en tomar la
salida con algo más de calma, sin embargo, compartir carrera con juveniles y
juniors siempre supone estar en una especie de estampida al sonido del disparo.
Y así fue. A pesar de no estar
mal colocado, rápidamente me vi engullido por una nube de corredores. La
ventaja de este cross es que, tanto la salida, como todo el recorrido, tiene
anchura suficiente como para poder elegir un trazado a salvo de tropezones y
empujones. Y así lo hice. Por un momento vi a Jime y tentado estuve de
seguirle. Afortunadamente me contuve. Buena gana. No le hubiera aguantado ni
cien metros. Aún así me impuse un ritmo fuerte.
Al término de la primera vuelta
me encontraba muy fatigado y por un momento temí que se repitieran las
sensaciones del cross de Alcobendas, pero esta vez no. Esta vez el organismo
respondía. Mantuve el ritmo y empecé a notar que las piernas me acompañaban,
así que comencé a remontar posiciones, algunas de ellas consecuencia del exceso
de fogosidad de los más jóvenes.
El terreno estaba duro, muy duro
para lo que es habitual aquí, así que no me calcé los clavos para preservar un
poco mis gemelos. Disfruté las dos vueltas largas con sus revueltas, sus muy
ligeras cuestas y sus badenes. A pesar de que la competición siempre supone un
esfuerzo un poco agónico, me encontré bien y, por tanto, disfruté de la
carrera. Disfruté de esa sensación, que no siempre ocurre, de dominar la
distancia y de correr con soltura, sin esa frecuente pesadez de piernas que a
veces nos parece que, más que correr, solo nos arrastramos por el circuito.
Al final terminé en un tiempo de
21’57’’, a una media de 3’39’’ el kilómetro (si el circuito está bien medido),
lo cual, en cualquier caso, supone un segundo menos que el de la carrera del
pasado año.
Un segundo no es mucho, cierto, pero lo importante son las
sensaciones. Se acerca la San Silvestre y, además de entrenar, es bueno
alimentar a la cabeza de noticias positivas.
Muchos abulenses en competición y
muy buenos resultados, en especial de una gran hornada que atletas en categoría
cadete, tanto en chicas como en chicos que van a dar mucho que hablar en las
próximas temporadas si continúan con la progresión actual.
Algún día tendré que escribir
sobre la calidad del atletismo abulense en relación con los medios de los que
dispone, porque tenemos atletas muy destacados compitiendo en carreras de
asfalto, cross y pista.
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