lunes, 14 de mayo de 2018

SE ME CAE LA CARA DE VERGÜENZA


Estoy sentado frente al televisor, como dice la canción, aunque también podría estar de espaldas porque estoy hasta la mismísima cúspide de mis fontanelas de Cataluña, de Trump, del Cholo Simeone y de Amaia y Alfred (el orden es aleatorio).
En esas, escucho en la sección de deportes la noticia sobre una pelea en un partido de fútbol en Ávila.

Y en ese momento se me cae la cara de vergüenza.

Miles de personas haciendo deporte a diario. Deportistas que han logrado éxitos que nadie reconoce y que no trasciende porque todo lo que no sea futbol es folclore, como decía la legendaria Rosa Mota. Un gran número de personas dedicadas a enseñar las bases del deporte y sus valores a diario en las escuelas deportivas. Clubes que van surgiendo año a año ampliando el elenco de deportes que se practican en nuestra ciudad y provincia. Una amplísima oferta de competiciones deportivas organizadas para el disfrute y desarrollo de las habilidades de todos los deportistas.

Y otra vez una pelea en un partido de futbol base.

Llueve sobre mojado. No es la primera. Ni la segunda ni la tercera.

Qué triste forma de salir en los medios de comunicación. Qué triste forma de perder las formas. Qué manera más ridícula de perder el respeto a los árbitros, a los jugadores, a los espectadores. Qué manera más lamentable de tirar por tierra las horas que se dedican a educar a los chavales en los valores del deporte.


Y sobre todo … que triste imagen para los niños ver a sus padres a tortazo limpio. 

Que vayan a ver la peli Campeones, a ver si les queda alguna neurona decente que les haga entender algo de la vida y del deporte.

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