miércoles, 17 de marzo de 2010

DESPUÉS DE LA CARRERA DEL DOMINGO

Me confieso ante mi blog.
Tengo el orgullo herido.
Mucho chau chau con el rollo de la rodilla, que si hay que cambiar el chip, que si ya no soy el que era, que si me tengo que tomar el atletismo de otra manera y a la primera carrera que corro y quedo en el puesto que tengo que quedar en función de lo que entreno y lo que hago, se me retuerce el páncreas.
¿Qué hago ahora? ¿Cómo entreno? ¿Fuerzo la máquina o no la fuerzo? ¿De qué vas Nicolás?
Lucha interna: La cabeza contra el corazón.
He resuelto tres días de entrenamiento. El lunes salí a rodar una hora. Bien. Sin dolor en la rodilla aunque con unas sensaciones como si hubiera corrido una media marathón en vez de 6 km. Me dolía toda la espalda y el estómago, pero terminé contento. El martes he hecho un fartlek con cambios de 2 minutos recuperando 3. Tenía piernas. Me ha salido bien, dentro de lo que cabe. Hoy he hecho un calentamiento suave y un circuito de 10 km con muchas cuestas. Está bien medido (por una vez se me ocurrió medir algo en vez de suponer las distancias). Me ha salido en 41’ 52’’ a pesar del viento, que era mucho. Mañana voy a descansar (es una forma de hablar, tengo "taxi" toda la tarde). Conclusiones: el domingo estuve mal por algún motivo que se me escapa pero que no voy a dar más vueltas. El martes de la semana que viene tengo el reconocimiento médico del trabajo y veremos los resultados de la analítica. A lo mejor se puede sacar algún detalle importante. Por lo pronto me tranquiliza saber que puedo entrenar bien, aunque me asusta pensar en “cantar” otra vez en las cuestas de la muralla. ¿Quién ha ganado? ¿La cabeza o el corazón? Vamos a dejarlo en un empate y después de los tres días de fiesta veremos a ver cómo anda el cuerpo.
Y el pancreas.

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