Hace
unos meses escribía en este blog acerca de lo que entonces era presunto dopaje
de Lance Armstrong y me hacía una serie de preguntas, muchas de las cuales ya
tienen respuesta. (ENLACE)
En
primer lugar es muy importante que la USADA (la Agencia Antidopaje estadounidense)
haya conseguido las pruebas y
testimonios suficientes para forzar la confesión de Armstrong. Según los medios
informativos, ello se debe al esfuerzo de un grupo de sus miembros que no
cejaron en su empeño de desenmascarar la trama de dopaje más mediática de las
que han existido hasta el momento ¡Y mira que hay donde elegir!, Ben Johnson,
Marion Jones, Caso Festina, Operación Puerto etc.
Las
declaraciones de Lance Armstrong a la periodista Oprah Winfrey son
escandalosas. Escuchar al ex ganador de siete Tour de Francia expresarse con
esa frialdad, incluso con cierta arrogancia, sobre la impunidad con la que se
dopaban los ciclistas en el seno de su equipo resulta mucho más que alarmante.
Es sencillamente vergonzoso. Armstrong llega a afirmar algo así como que la
rutina diaria de los corredores era “inflar las ruedas de aire, llenar los
bidones de agua y … doparse”.
En
relación con esto llega el segundo asunto importante. Lance Armstrong superó
más de 500 controles antidopaje a lo largo de su carrera deportiva… ¿Cómo es
posible que ni uno solo de ellos detectara nada anormal? Si lo anterior era
escandaloso ¡esto es inaudito! Tanto dinero invertido en controles, tantos
medios, tanta garantía de que todo se hacía de manera correcta y ahora resulta
que los controles no han servido absolutamente para nada.
Si
el dopaje en el US Postal era sistemático y si los controles no detectaban nada…
probablemente una más de aquellas preguntas que me hacía hace meses se conteste
sola: todo el ciclismo es una completa farsa en la que CASI todos están dopados
( CASI… para mantener el beneficio de la
duda y salvaguardar el honor de aquellos pocos que no se entraron en esa
dinámica). Consecuencia de la caída de Armstrong son la cascada de
declaraciones de algunos otros ciclistas que, ahora, afirman que en sus equipos
también existía el dopaje.
En
la misma entrevista Armstrong contestaba a la pregunta de si no sentía estar
haciendo trampas. “No”, contestó rotundamente. Él no se veía como un tramposo porque él no estaba tomando ventaja
alguna sobre el resto de los competidores porque…todos estaban igual. Dopados.
Y
si el ciclismo está así… ¿Por qué no pensar en el resto de los deportes en los
que no hay controles sistemáticos o ni siquiera hay controles?
Hoy
empieza el juicio de la Operación Puerto. Más de seis años después de las
primeras investigaciones sobre el caso, por fin se va a juzgar a los implicados
en el mismo.
Vamos
a ver si, después de tanto tiempo, las cosas empiezan a aclararse y se ponen
los medios para evitar este enorme fraude que existe en el deporte.
Esta
sociedad en la que vivimos está profundamente putrefacta, cada día aparece un
nuevo caso de corrupción política, hay enormes desigualdades sociales, hay
fraudes sistemáticos … y el deporte, una válvula de escape en la que se
refugiarse para olvidar otros problemas y en la que reconocer una serie de
valores muy necesarios para “oxigenar” nuestra vida social, el esfuerzo, la
dedicación, la honradez, el compañerismo…, no puede caer también en la trampa,
el engaño y la mentira.
Y
si es así… apaga y vámonos.
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